Valencia, 19 de noviembre de 2025 – En un movimiento que acelera el relevo al frente del Ejecutivo autonómico, Juan Francisco Pérez Llorca, secretario general del PP valenciano y portavoz en Les Corts, ha registrado este miércoles su candidatura oficial para suceder a Carlos Mazón como ‘president’ de la Generalitat. La decisión se produce en un clima de optimismo cauto, con negociaciones «in extremis» entre el PP y Vox que aún no han fructificado en un acuerdo formal, pero que el candidato califica de «cordiales» y con «buena sintonía». Sin los 13 escaños de la formación de ultraderecha, los 40 del PP están lejos de la mayoría absoluta (66), lo que convierte el pacto en una necesidad imperiosa para evitar elecciones anticipadas.
Pérez Llorca, de 49 años y figura clave en la negociación del pacto postelectoral de 2023 que llevó a Mazón al Palau, compareció sonriente ante los medios tras la reunión del grupo parlamentario popular. «Me presento porque tengo la confianza de mi partido en conseguir un acuerdo de investidura», afirmó, rebajando la relevancia de un documento firmado: «No es vital ni relevante; lo importante es la estabilidad para la reconstrucción tras la DANA». El alicantino, que deja la portavocía para centrarse en la campaña, subrayó su estilo «prudente y discreto» en la búsqueda de consensos, priorizando la «responsabilidad compartida» con Vox. Fuentes del PP dan el pacto por «prácticamente cerrado», aunque el portavoz de Vox en Les Corts, José María Llanos, insistió en que «la negociación no está cerrada» y que priorizarán la reconstrucción de la provincia de Valencia.
Cronología de un relevo exprés
El proceso se ha precipitado tras la dimisión de Mazón el 3 de noviembre, motivada por la crisis de la gota fría de octubre de 2024 y las presiones judiciales y políticas. Feijóo designó a Pérez Llorca el 11 de noviembre, respaldado unánimemente por las tres provincias valencianas, en un guiño a su experiencia como negociador del acuerdo con Vox para los presupuestos post-DANA. La primera reunión oficial entre equipos se celebró el 14 de noviembre, con «buena sintonía» y énfasis en la transparencia, según el propio candidato.
Las charlas avanzan en un «clima de respeto«, como describió el líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien espera un relevo «adecuado» en el partido tras la investidura. El secretario general del PP, Miguel Tellado, confió hoy en que ambas formaciones «antepongan el interés general» al electoral, evitando un «Botànic» de izquierdas. Vox, por su parte, exige medidas «asumibles y responsables», como más recursos para la reconstrucción y políticas en inmigración y ecología, similares a las incorporadas en presupuestos previos. «Hasta el rabo todo es toro», ironizó un portavoz de Abascal, aludiendo a los plazos ajustados.
La Junta de Síndics de Les Corts Valencianes se reúne mañana jueves para fijar el pleno de investidura, que podría celebrarse entre el 24 y el 28 de noviembre, según el reglamento. Pérez Llorca declarará como testigo ante la jueza de Catarroja esa misma semana, en el marco de la investigación por la DANA.
Retos pendientes para el virtual ‘president’
Si logra la vara de mando, Pérez Llorca hereda un Consell en funciones con retos acuciantes. La remodelación del Ejecutivo, liderada por Vicente Martínez Mus en Infraestructuras, es prioritaria, junto a un acercamiento a las víctimas de la DANA –un flanco que Mazón dejó abierto, sin reunirse con asociaciones clave como las de Paiporta o Catarroja. El candidato promete visitas a la «zona cero» y recomponer puentes con administraciones locales, dejando atrás la confrontación.
En el plano orgánico, asumirá un liderazgo interino en el PPCV hasta un congreso en 2026, con el aval de figuras como la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. La izquierda, con PSPV y Compromís, ve en este relevo un «balón de oxígeno» para Sánchez, pero alerta de que el pacto PP-Vox perpetuará un gobierno «sin foto ni firma», basado en promesas públicas.
Con el plazo de candidaturas expirado hoy, la pelota está ahora en el tejado de Vox. Pérez Llorca, el «hombre de entendimiento» según sus aliados, confía en cerrar el círculo antes de la votación. Si no, el fantasma de unas elecciones en 2026 –y una posible movilización de la oposición– acecha en el horizonte valenciano.
















