Una tragedia anunciada: muertes evitables
El pasado lunes 28 de abril, un apagón masivo dejó sin electricidad a gran parte de la península ibérica durante más de diez horas.
Entre las víctimas, destaca el caso de una mujer de 46 años en Alzira (Valencia), que falleció al quedar sin funcionamiento su máquina de oxígeno debido al corte eléctrico .
Además, se investigan otras muertes relacionadas con el apagón, incluyendo la de un paciente con ELA en Castilla y León que dependía de ventilación mecánica domiciliaria.
Estos casos evidencian la falta de protocolos adecuados para proteger a las personas electrodependientes durante emergencias eléctricas.
Muchos de los enfermos fueron trasladados a los hospitales, de lo contrario habrían muerto.
En los hospitales, gracias a los grupos electrógenos se garantizó la continuidad de los servicios críticos: UCI, quirófanos o sistemas de soporte vital
La vida en la cuerda floja
España cuenta con aproximadamente tres millones de personas electrodependientes, cuya supervivencia depende del suministro eléctrico para dispositivos como respiradores, sillas de ruedas eléctricas o equipos de diálisis .
Durante el apagón, muchos de ellos vivieron momentos de angustia.
Jordi Sabaté, paciente con ELA, relató que sobrevivió nueve horas sin luz:
«cada segundo la muerte por asfixia estaba más cerca»
“Si llega a durar más ahora mismo estaría muerto”
En referencia al fallecimiento en ese momento de una persona por el apagón:
«EXIJO QUE LA CAIGA TODO EL PESO DE LA LEY AL RESPONSABLE O RESPONSABLES DE ESTE APAGÓN»
Esto refleja la precariedad en la que viven muchas personas electrodependientes y la necesidad urgente de establecer medidas de protección efectivas.
Jordi Sabaté se dirigió en redes a su compañía de luz (Endesa) con un mensaje tremendo:
«Tengo miedo de morir asfixiado si hubiera otro apagón. Os suplico que me pongáis un generador de luz en mi piso, para mis máquinas de soporte vital. No pretendo que me lo regaléis, yo os lo pago»
Protocolos insuficientes y necesidad de reformas
Aunque algunos hospitales activaron protocolos especiales y utilizaron generadores para garantizar la atención a pacientes críticos, muchos electrodependientes que reciben tratamiento en sus hogares quedaron desprotegidos.
La falta de un registro nacional de electrodependientes y de planes de contingencia específicos agrava esta situación.
Es esencial que las políticas de emergencia incluyan la entrega de generadores portátiles y la priorización en la restauración del suministro eléctrico para estos pacientes.
Proteger la vida siempre
La tragedia del apagón del 28 de abril debe servir como una llamada urgente de atención para autoridades y sociedad.
Es imperativo establecer protocolos claros y efectivos para proteger a las personas electrodependientes en situaciones de emergencia.
Esto incluye la creación de un registro nacional, la implementación de planes de contingencia personalizados y la garantía de suministro eléctrico alternativo.
Proteger la vida de los más vulnerables no es solo una cuestión de responsabilidad gubernamental, sino un deber ético de toda la sociedad.
Es hora de actuar con determinación para evitar que tragedias como estas se repitan y exigir responsabilidades.