La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana explica su petición de confinamiento durante el temporal del 29-O, insistiendo en que su única intención era minimizar riesgos ante una emergencia extrema
Un intento de reacción en medio del caos
El 29 de octubre sigue dejando huella en la memoria de la Comunitat Valenciana. Mientras la comisión de investigación parlamentaria y el proceso judicial avanzan, nuevas voces claves comienzan a arrojar luz sobre las decisiones tomadas durante aquel trágico día. Una de ellas es la de Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en la Comunitat, quien ha explicado por qué solicitó un confinamiento preventivo durante la DANA.
Su declaración ha sido clara: “Mi preocupación principal era advertir y proteger a la población. Especialmente que pudieran desplazarse a plantas altas en sus domicilios y evitar la movilidad”. En otras palabras, no se trataba de un confinamiento obligatorio o con tintes autoritarios, sino de una recomendación urgente ante la gravedad del temporal.
¿Confinamiento o mensaje de alerta?
Durante las horas críticas del 29-O, Bernabé pidió públicamente que la ciudadanía limitara sus movimientos y buscara refugio en lugares seguros dentro de sus viviendas. Este llamamiento fue interpretado por algunos sectores como un intento de confinar a la población, lo que generó cierto revuelo político y mediático.
Sin embargo, la delegada insiste en que en ningún momento se planteó imponer medidas coercitivas. “Se trataba de una advertencia basada en los datos que teníamos en ese momento. Era evidente que nos enfrentábamos a una situación extraordinaria”, explicó.
Este matiz es clave para entender su actuación, ya que pone el acento en la prevención y no en la imposición. En un contexto de emergencia, las decisiones deben tomarse con rapidez, y no siempre es posible coordinar todos los niveles institucionales al mismo tiempo.
Una gestión bajo la lupa
Las palabras de Bernabé llegan en un momento especialmente delicado, con la investigación judicial y la comisión de Les Corts en pleno desarrollo. Tanto desde el ámbito político como desde la ciudadanía, se cuestiona si las medidas adoptadas durante la DANA fueron las adecuadas y si llegaron a tiempo.
Al respecto, la delegada ha reiterado su disposición a colaborar con todas las instituciones para esclarecer los hechos: “Si hay que revisar protocolos, se hará. Pero también es importante reconocer que en situaciones de este tipo, cada minuto cuenta y no siempre se dispone de toda la información”.
Coordinación institucional: una asignatura pendiente
Uno de los temas más comentados tras la DANA ha sido la falta de coordinación entre administraciones. Varios ayuntamientos se quejaron de que no recibieron instrucciones claras en las primeras horas del temporal. Por su parte, algunas entidades señalan que hubo solapamientos en los mensajes a la ciudadanía, lo que generó confusión.
En este sentido, Bernabé ha admitido que siempre hay margen de mejora, pero ha defendido que se hizo todo lo posible con los medios disponibles. Además, ha instado a que esta tragedia sirva para reforzar los canales de comunicación entre la Delegación del Gobierno, la Generalitat, las diputaciones y los consistorios.
Las víctimas, siempre en el centro
“Lo más importante es no perder de vista que hubo víctimas, familias destrozadas, personas que lo han perdido todo. A ellas debemos nuestro respeto y nuestra responsabilidad de actuar mejor en el futuro”, ha subrayado Pilar Bernabé.
Sus palabras intentan zanjar una polémica que, más allá de las interpretaciones políticas, tiene una dimensión profundamente humana. Cada minuto de demora, cada decisión errónea, pudo costar vidas. Y ese es el peso que ahora recae sobre todos los actores institucionales involucrados.
¿Qué aprendemos del 29-O?
El episodio del 29 de octubre ha puesto sobre la mesa muchas preguntas sobre la capacidad de reacción ante emergencias climáticas extremas. Las recomendaciones de Bernabé, aunque bienintencionadas, evidencian la necesidad de contar con protocolos más claros, campañas de concienciación más eficaces y una mayor inversión en infraestructuras de prevención.
El cambio climático no da tregua. Y lo ocurrido en la Comunitat Valenciana no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia creciente de fenómenos meteorológicos devastadores. Por eso, cada declaración, como la de Bernabé, debe servir para aprender y mejorar, no solo para señalar culpables.
Conclusión: entre la reacción y la prevención
La intervención de Pilar Bernabé reabre el debate sobre cómo se deben gestionar las emergencias en un contexto de crisis climática. Su mensaje —centrado en la protección ciudadana— busca despejar dudas sobre una decisión que, aunque polémica, pretendía evitar males mayores.
¿Estamos preparados para la próxima DANA? ¿Hemos aprendido lo suficiente del 29-O como para no repetir los mismos errores?