Este sábado, 27 de septiembre de 2025, alrededor de un centenar de personas —principalmente procedentes de Aragón— se concentraron de manera pacífica frente al Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), en la montaña de Montjuïc de Barcelona, para exigir el cumplimiento inmediato de la sentencia del Tribunal Supremo que obliga a la devolución de las pinturas murales del Monasterio de Santa María de Sijena a su lugar de origen en Huesca. La convocatoria, organizada por la Plataforma Sijena Sí, se enmarcó en una movilización «patrimonial, no política», según sus organizadores, y contó con el respaldo de más de 30 entidades aragonesas, incluyendo partidos como Chunta Aragonesista (CHA), Aragón Existe y Teruel Existe, así como ayuntamientos locales y asociaciones culturales.
Desarrollo de la protesta
La concentración comenzó a las 12:00 horas y duró aproximadamente una hora. Los manifestantes desplegaron pancartas con mensajes como «Cumplan la sentencia ya», «Devuelvan las pinturas de Sijena sin más excusas» y «MNAC: ¿museo o cárcel del patrimonio?», criticando al centro catalán por supuestamente actuar como «prisión» de bienes ajenos.
Durante el acto, se leyó en voz alta el Manifiesto de la Sociedad Aragonesa ante el MNAC, un documento suscrito por 26 entidades (con más adhesiones en curso) que reivindica la restitución de las obras como un acto de «justicia social y científica», rechazando las «maniobras dilatorias» del museo.
El manifiesto también se intentó entregar físicamente al MNAC, pero no fue posible debido al cierre del registro por ser festivo; en su lugar, se enviará por correo certificado.
Juan Yzuel, coordinador de Sijena Sí, fue uno de los portavoces principales. En su intervención, recordó que Sijena es un pueblo de apenas 400 habitantes que «solo quiere recuperar lo que le corresponde», y comparó las pinturas con «la piel de los monumentos románicos», argumentando que su separación equivale a «quitarles la vida». Yzuel criticó los «estudios técnicos tardíos» presentados por el MNAC para frenar el traslado, que no se aportaron durante el juicio, y enfatizó que la demanda no tiene motivaciones «anticatalanistas», sino un enfoque en la conservación y el origen patrimonial.
La movilización se organizó con transporte facilitado desde Aragón (autobuses y coches privados) y transcurrió sin incidentes, aunque algunos medios catalanes como El Nacional la describieron como «modesta» al estimar en «una cincuentena» el número de asistentes, en contraste con las cifras de un centenar reportadas por fuentes aragonesas.
Apoyo valenciano
Desde la Comunitat Valenciana también se desplazaron varios colectivos para exigir justicia y que Cataluña cumpla con las leyes. La catedrática y experta en pinturas quemadas María Gómez Rodrigo, restauradora valenciana, desgranó que el ennegrecimiento de las pinturas se debe a la mala restauración que Gudiol realizó, metiendo ligamentos orgánicos que oscurecen con el tiempo por el oxígeno y la luz (oxidación). Argumentos químicos, físicos, y técnicos que no quieren escuchar los expertos del Museo d’Art Nacional de Cataluña que parece se rigen más por criterios políticos que técnicos.
María aseguró que como se puede observar en las fotografías en el detalle de los paneles donde están pegadas las pinturas, los cortes y los tornillos que sujetan al entablillado del armazón. «Dicen que no se pueden «arrancar». Con un destornillador se puede porque son pinturas de caballete, ya no son murales.».
Desde Lo Rat Penat en Valencia se ha apoyado esta petición de retorno y además se ha exigido al Museo y las autoridades catalanas que devuelvan igualmente todo lo expoliado al patrimonio de los valencianos, que de momento las autoridades catalanas guardan silencio y continuan exponiendo y guardando numerosas obras expoliadas a los valencianos.