La llegada de efectivos del Ejército a Valencia tras la DANA ha generado dudas y preguntas en la opinión pública sobre los factores que influyeron en su despliegue tardío. Estas son algunas de las claves para entender por qué el refuerzo completo se demoró varios días.
1. Competencias y coordinación inicial con las autoridades locales
Las competencias en la gestión de emergencias comienzan a nivel autonómico. En la Comunidad Valenciana, se activó el nivel 2 de emergencia, lo que significaba que la Generalitat mantenía el control de las operaciones, solicitando refuerzos estatales, como la Unidad Militar de Emergencias (UME), sin ceder el mando. La llegada del Ejército en su conjunto suele requerir la declaración de un nivel 3 de emergencia (interés nacional), en el cual el Estado asume la coordinación de toda la operación.
Este marco de competencias, destinado a respetar la autonomía de las comunidades, puede llevar a que la respuesta del Gobierno central se active progresivamente en lugar de manera inmediata.
2. Evaluación gradual de la magnitud de la emergencia
En las primeras horas y días de una catástrofe, las autoridades locales y autonómicas deben evaluar la situación para coordinar adecuadamente la respuesta. Al principio, la Generalitat movilizó recursos locales y solicitó el apoyo de la UME, pero a medida que las lluvias persistieron y aumentaron los daños, se hizo evidente la necesidad de un mayor despliegue de efectivos. Este proceso de evaluación escalonada implica que los refuerzos completos no se movilicen hasta tener una visión clara de las necesidades y capacidades en el terreno.
3. Desafíos logísticos y accesibilidad
La DANA causó graves inundaciones y bloqueos de carreteras en varios puntos de Valencia, lo cual dificultó el acceso a muchas zonas afectadas. Para movilizar al Ejército con equipos pesados, vehículos de rescate y maquinaria específica es fundamental contar con condiciones logísticas que permitan el tránsito seguro, especialmente en situaciones donde la infraestructura está comprometida. Estos desafíos logísticos afectan la rapidez con la que los refuerzos pueden llegar a las áreas más afectadas.
4. Despliegue inicial de recursos civiles y de la UME
La primera respuesta en situaciones de emergencia generalmente recae en cuerpos de rescate civiles, como bomberos y servicios de Protección Civil, complementados por la UME. En el caso de la DANA en Valencia, las autoridades movilizaron rápidamente estos recursos, y solo después de algunos días se hizo evidente que sería necesaria la intervención del Ejército en mayor número. Este enfoque gradual permite optimizar el uso de recursos, aunque puede parecer que el despliegue total se retrasa.
5. Factores políticos y respeto por la autonomía
La intervención completa del Ejército en situaciones de emergencia a menudo conlleva decisiones políticas, especialmente en situaciones donde la comunidad autónoma mantiene el control operativo. El Gobierno central evitó tomar el control desde el primer momento para respetar la autonomía de la Generalitat Valenciana, coordinando los refuerzos con la administración autonómica para no intervenir sin una solicitud formal. Aunque este protocolo busca equilibrar competencias, puede crear la percepción de que el despliegue de recursos no es tan inmediato como se esperaría.
En resumen, la combinación de competencias descentralizadas, la evaluación gradual de daños, las dificultades logísticas y la coordinación autonómica pueden haber influido en el tiempo de respuesta del Ejército. El despliegue final, con refuerzos militares adicionales, refleja la escalada de esfuerzos en respuesta a la magnitud del desastre.
¿Cuándo puede intervenir el Ejército español en una catástrofe?
El Ejército español puede intervenir en situaciones de catástrofe natural, emergencia o crisis humanitaria cuando se considera que los recursos civiles son insuficientes para controlar la situación. Esto incluye situaciones de grave riesgo para la población, como inundaciones, incendios forestales, terremotos y otros desastres naturales. La intervención militar está regulada por el Sistema Nacional de Protección Civil y, en situaciones extremas, por la Ley de Seguridad Nacional.
Existen tres niveles de emergencia en el Sistema Nacional de Protección Civil:
- Nivel 1: Emergencia de ámbito local, que puede ser controlada con recursos municipales o autonómicos.
- Nivel 2: Emergencia de ámbito autonómico que requiere recursos del Estado, pero donde la dirección sigue en manos autonómicas.
- Nivel 3 (Emergencia de Interés Nacional): Declarada cuando el desastre requiere la intervención del Estado para tomar el mando de todas las operaciones. En este nivel, el Ministerio del Interior puede asumir la dirección de los recursos de todas las administraciones y coordinar la intervención de las Fuerzas Armadas.
El Ejército puede intervenir de manera inmediata si el nivel de emergencia es elevado o si el Gobierno de la comunidad autónoma lo solicita formalmente. Además, el Consorcio de Compensación de Seguros y la Unidad Militar de Emergencias (UME), que depende directamente del Ministerio de Defensa, son los principales recursos a los que se suele recurrir en desastres naturales.
¿A qué ministerio pertenece el Ejército en España?
El Ejército español depende del Ministerio de Defensa, que tiene la responsabilidad de administrar y coordinar las Fuerzas Armadas. En el contexto de emergencias civiles, el Ministerio del Interior, a través de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, también tiene un papel importante en la coordinación de la intervención militar en colaboración con el Ministerio de Defensa.
Cuando se declara una emergencia de nivel 3 (de interés nacional), es el Ministerio del Interior quien asume el mando y dirige todas las operaciones, con la participación de las Fuerzas Armadas y otros recursos estatales necesarios para afrontar la crisis.