El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, solicitó la incorporación gradual de efectivos militares, en grupos de 500, para responder a la devastadora DANA que azotó Valencia. Con una población afectada cercana al medio millón de personas, esta decisión ha planteado preguntas sobre la estrategia detrás del despliegue escalonado de tropas.
Despliegue gradual de refuerzos: una estrategia de emergencia
Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, optó por una estrategia escalonada para solicitar apoyo militar, con envíos de 500 soldados cada vez. Esta respuesta fue inicialmente cuestionada, ya que la magnitud del desastre requería una movilización masiva e inmediata de recursos. Sin embargo, fuentes cercanas a la gestión de la emergencia explican que la petición gradual de efectivos obedece a una estrategia destinada a maximizar la eficiencia del despliegue militar, asegurando que los recursos se concentren donde más se necesitan en cada momento y evitando, al mismo tiempo, una saturación logística en las áreas afectadas.
Desde el primer día, se fueron desplegando 1.200 efectivos, que se incrementaron con grupos adicionales hasta alcanzar los 2.000 soldados y, posteriormente, una solicitud adicional de 5.000. Esta organización en fases permite evaluar la situación conforme avanza, ajustando la distribución de tropas en función de las áreas que permanecen inaccesibles o donde persisten las tareas de rescate y limpieza.
Coordinación con el CECOPI y necesidades específicas
El plan de despliegue gradual se desarrolló en coordinación con el Centro de Coordinación Operativa (CECOPI) de la Comunidad Valenciana, que define el nivel de emergencia y permite coordinar a todas las fuerzas de seguridad y rescate presentes en la zona. Según las normas de respuesta en emergencias de nivel 2, la UME y otros efectivos de las Fuerzas Armadas deben recibir la autorización del director de emergencias de la comunidad autónoma antes de intervenir en cada área afectada. Esta coordinación es vital para asegurar que cada nuevo grupo de efectivos pueda operar en condiciones seguras y dirigirse a las zonas con mayor prioridad.
La petición inicial de 500 efectivos, pese a la necesidad urgente en otras zonas, respondió a la evaluación de acceso seguro. Con el paso de las horas y el acceso controlado a nuevas áreas, Mazón amplió la petición en fases, para que las tropas pudieran reforzar la cobertura en los municipios más devastados sin crear una situación de caos logístico.
El rol de la UME y la autorización de intervención
En el contexto de la DANA, el despliegue de la Unidad Militar de Emergencias (UME) se ha dado bajo condiciones controladas debido a las dificultades meteorológicas y las restricciones de acceso en las zonas de riesgo. La UME ya había anticipado la situación mediante sus sistemas de alerta temprana, movilizando 500 efectivos en Valencia antes de recibir la luz verde de la Generalitat para intervenir. Esta anticipación permitió que, en cuanto se autorizara su entrada, las tropas estuvieran listas para actuar inmediatamente.
El jefe de la UME, teniente general Javier Marcos, explicó que esta “espera activa” fue esencial para garantizar la seguridad de los equipos. “No podemos añadir caos a una situación caótica. Cada autorización nos ha permitido organizar el despliegue de manera estratégica, para que el personal pueda desplazarse sin retrasos y centrar sus esfuerzos en las zonas de difícil acceso”.
El impacto en las labores de rescate y ayuda humanitaria
La petición de refuerzos adicionales cada día ha tenido como objetivo ajustar la respuesta a las necesidades en constante cambio sobre el terreno. A medida que se aseguraban caminos y se despejaban puentes y vías de acceso, Mazón solicitaba que se incorporaran más soldados para abarcar áreas previamente inaccesibles y coordinar la ayuda en más puntos críticos.
Además de las tareas de rescate, los militares han colaborado en la distribución de alimentos, agua y medicinas, así como en la limpieza de infraestructuras públicas. Con una red logística amplia y un volumen de casi medio millón de personas afectadas, cada nueva petición de refuerzos de 500 soldados permitió ajustar el número de efectivos sin generar problemas de coordinación ni saturación de recursos.
Los próximos pasos: refuerzos adicionales y la atención continua a las zonas críticas
Con la incorporación de un contingente de 5.000 soldados adicionales, la Generalitat Valenciana asegura que se podrá cubrir la totalidad de las zonas afectadas. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha confirmado que, de ser necesario, se enviarán más tropas en función de la situación en Valencia, donde también están colaborando cuerpos de la Guardia Civil y efectivos de la Unidad de Actividades Subacuáticas en las labores de rescate.
La decisión de Carlos Mazón de solicitar refuerzos de manera gradual ha permitido evaluar la situación con cada nueva incorporación, evitando el caos en zonas ya devastadas y garantizando que los soldados lleguen de forma ordenada y según las necesidades de la población.
¿Consideras acertada la estrategia de refuerzos escalonados para enfrentar la crisis en Valencia? ¿O crees que una movilización masiva habría sido más efectiva desde el inicio?