La exconsellera de Justicia e Interior de la Generalitat, Salome Pradas, ha defendido que el Es-Alert enviado a las 20:11 horas del 29 de octubre de 2024, durante la trágica DANA que afectó al interior de Valencia y a lHorta, no se demoró por Carlos Mazon ni estuvo condicionado por la agenda del entonces president.
Pradas asegura que en ningún momento esperó instrucciones políticas para autorizar el envío del mensaje masivo a los teléfonos móviles. Según su relato, intentó contactar varias veces con Mazon durante la tarde para informarle de la situación, pero no obtuvo respuesta: la exconsellera se pregunta cómo podrían haber supeditado una decisión de emergencia a una persona que, afirma, ni siquiera sabía si iba a acudir al centro de coordinación.
Un Es-Alert decidido tras un debate técnico
En sus declaraciones, la exresponsable autonómica de Emergencias sostiene que la activación del Es-Alert siguió el procedimiento previsto: primero se planteó la posibilidad del aviso, después se abrió un debate entre los mandos técnicos sobre el contenido y el momento oportuno, y finalmente se gestionó el envío sin esperar la respuesta del jefe del Consell.
Pradas sitúa el momento en que conoció la herramienta de aviso masivo pocos minutos antes de las siete de la tarde, cuando se le informó de que el sistema podía utilizarse en ese episodio de lluvias extremas. A partir de ahí, insiste, las decisiones se tomaron dentro del Cecopi siguiendo la cadena técnica y no una orden política externa.
Llamadas, mensajes y la comida de Mazón el día de la DANA
La exconsellera también detalla el intercambio de llamadas y mensajes que mantuvo con Mazón a lo largo de la jornada. Explica que el último cruce de mensajería fue en torno a las dos de la tarde, momento a partir del cual el jefe de Gabinete del president le indicó que canalizara la información a través de él.
Según Pradas, la primera conversación telefónica directa con Mazón se produjo ya por la noche, cuando el Es-Alert estaba a punto de lanzarse, y una segunda llamada minutos después, en la que le explicó cómo acceder a la sala donde se desarrollaba el Cecopi. La exconsellera reconoce que no supo hasta días después, cuando el episodio ya se había convertido en polémica pública, que el president había pasado buena parte de la tarde en un restaurante acompañado por la periodista Maribel Vilaplana. Asegura que la noticia le causó sorpresa y decepción.
Forata, 80.000 personas en riesgo y un presidente al que no pudo informar
Uno de los momentos clave del relato de Pradas se sitúa en torno a las 19:10 horas, cuando, según señala, los técnicos le trasladan que la población potencialmente afectada por una eventual rotura de la presa de Forata podría alcanzar las 80.000 personas y que se estudiaba pasar al nivel 3 de emergencia en el embalse.
La exconsellera afirma que, por responsabilidad institucional, en ese instante intentó volver a comunicar la gravedad de la situación a su superior, pero no consiguió contactar con él. A su juicio, esa llamada fallida refuerza su convicción de que el president debería haber estado presente en el Cecopi desde la tarde, y que su ausencia ha pesado tanto en la gestión como en la percepción pública de lo ocurrido.
El papel de los técnicos y el origen del retraso
Pradas también ofrece su versión sobre el retraso en el envío del Es-Alert, que finalmente llegó a los móviles a las 20:11 horas, cuando buena parte de las zonas afectadas ya sufrían graves inundaciones. Según explica, el factor determinante fue el debate entre el subdirector de Emergencias, Jorge Suarez, partidario de activar el sistema cuanto antes, y el entonces jefe del Consorcio Provincial de Bomberos, José Miguel Basset, que veía inconvenientes en el momento y la forma del mensaje.
La exconsellera subraya que su responsabilidad política no pasaba por sustituir el criterio de los máximos responsables técnicos en medio de una emergencia. Asegura que, una vez alcanzado el acuerdo sobre el contenido del texto y la conveniencia de lanzarlo, se procedió a la remisión del aviso sin ninguna instrucción ni bloqueo procedente de la Presidencia de la Generalitat.
Críticas al flujo de información y un protocolo “obsoleto”
En su análisis de lo ocurrido, Pradas también dirige reproches a otros organismos implicados en la gestión de la DANA. Cuestiona que la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Aemet no ofrecieran, a su juicio, información en tiempo real suficiente sobre la evolución de la avenida y el estado de infraestructuras clave como la presa de Forata.
Además, califica de obsoleto el protocolo de actuación que se encontró en la Conselleria, elaborado en tiempos del anterior ejecutivo, y que todavía recogía referencias a comunicaciones por fax y mensajes SMS. Reivindica, en este sentido, la necesidad de actualizar procedimientos y herramientas para ajustarlos a emergencias en tiempo real y sistemas de alerta masiva como el utilizado el 29 de octubre.
Dolor por las víctimas, autocrítica y reproches a posteriori
Más de un año después de la tragedia, la exconsellera asegura que empatiza con las víctimas y sus familias y admite que su mayor error fue no haber exigido con más firmeza la presencia del president en el Cecopi desde el inicio de la crisis. Considera que, por rango institucional, Mazón debía compartir el mando político de la emergencia junto a los técnicos.
Pradas confiesa que algunas de las explicaciones que el exjefe del Consell ha ofrecido posteriormente, como la versión de que no escuchó sus llamadas porque el móvil estaba en la mochila, le provocaron un profundo malestar. Según afirma, en plena emergencia su objetivo era trasladarle la información crítica sobre la presa de Forata y el Es-Alert, no pedirle opinión ni retrasar decisiones.
La exconsellera admite que solo después de su cese se atrevió a confrontar directamente con Mazón por lo que considera inexactitudes en sus declaraciones públicas. También reconoce que, aunque intentó mantener la mente fría mientras estaba al frente de la Conselleria, hoy siente la necesidad de pedir perdón a los familiares de las víctimas por no haber podido hacer más en aquellas horas decisivas.
