Gran parte de los académicos están más preocupados por el recorte del presupuesto del 25% que puede afectar a sus abultados sueldos y a sus subvenciones a dedo a organismos pancatalanistas que en velar por la protección y difusión de la lengua de los valencianos.
En la reunión de esta semana, pese no estar en el orden del día, muchos académicos recriminaron al «compañero» Abelard Saragossà que haga un informe científico sobre la toponimia de la Ciudad de Val(è)ncia, recriminando que esto quita el foco de lo importante: que su sueldo se verá recortado.
La credibilidad de la AVL bajo mínimos
La credibilidad de una institución que vela por una lengua de la que no reconoce ni su nombre y que constantemente siendo una propia institución recogida en el estatut de Autonomía lo ataca sin importar sus consecuencias ha llevado a esta academia política al austracismo absoluto.
El coste de esta academia política para este 2025 está cifrado en 3.976.440 euros, con la subida de salario del capítulo 1 (de personal), pero con los presupuestos que se aprobarán en Cortes Valencianas finalmente en mayo, con el voto favorable del PP y Vox éste recogería al menos un recorte del 25% del presupuesto sobre la base de 2024, esto dejaría la institución política con un presupuesto para 2025 de algo menos de 2,9 millones de euros, esto significa un millón de euros menos.
Los costes de la AVL y sus números
En el capítulo de personal, la AVL en 2023 (último año en su web de transparencia) aparece un gasto de 2,4 millones de euros. Gran parte de este montante corresponde al abultado salario de sus académicos.
Los académicos de la política y catalanista AVL cobran más de 60.000€ al año, y son 21 personas, el secretario y la presidenta tienen salarios superiores por sus cargos
Sólo en locomoción en 2024 tenían un presupuesto de 45.000€ (transporte), o 450.000€ en otras indemnizaciones.
Otras subvenciones que «da» la AVL es a medios de comunicación por la promoción de su «valencià», 50.000€ o 6.000 a la editorial Bromera, 3.000€ a la assoc. Cultural el tempir del sur de la CV, 6.000€ a la Fundació de Escola Valenciana, 8.000€ a la Escolanía de la Virgen de los Desamparados o 5.000€ a Junta Central Fallera, entre otras, un capítulo de subvenciones que suma más de 210.000€.
La AVL reparte más de 210.000€ en subvenciones directas a otras entidades
La toponía del Cap i Casal
El tema del acento en catalán de Val(è)ncia ha escocido en el seno de la institución que sigue escondiendo las actas de los debates cuando se tomó por esta institución la adopción del acento de Val(è)ncia. Un secretismo y oscurantismo que incluso el académico Abelard Saragossà critica abiertamente de una supuesta institución pública.
Una institución que no tiene web propia de transparencia como obliga la ley y que no identifica nominalmente a las personas que cobran de la institución ( los académicos y sus salarios) como sería lógico con la Ley de Transparencia en mano ya que cobran del erario público.
Saragossà es partidario de enmendar lo que califica como «tremendo error» que es el nombrar a la Ciudad, al Cap i casal con acento abierto, y así lo ha hecho saber, es más, en el seno de la institución gran parte de los académicos le recriminaron este hecho, y finalmente provocaron con el apoyo de la presidenta una votación en la que hasta dos académicos votaron a favor de las tesis de Saragossà y uno se abstuvo, lo que demuestra que no existe consenso en una academia que nació fruto de una necesidad política y que se dedica a hacer política.
Saragossà ya ha anunciado que su dictamen encargado por el Ajuntament de Valéncia defenderá que la grafía correcta para el valenciano es Valéncia con acento cerrado, no abierto, lo que ha provocado la ira del catalanismo más rancio que ve como una decisión política puede irse al traste con un dictamen científico, que cumpliría con la exigencia de la ley y que augura no pocos debates muy encendidos en el seno de la institución política y catalanista en que se ha convertido la AVL.
Una academia política que no sólo ataca al Estatut, sino que muchos, cada vez más, defienden que se ha excedido en sus funciones y que es un problema para la Generalitat Valenciana, ya que en vez de velar por el valenciano y el Estatut de Autonomía, no pocas veces los pisotea y pasa por encima de él.