Santiago Posteguillo Gómez es un escritor valenciano, lingüista, filósofo y doctor por la Universitat de Valéncia. Ha alcanzado la fama por varias novelas cuya trama transcurre en la antigua Roma. El 16 de octubre de 2018 fue galardonado con el Premio Planeta por su novela Yo, Julia.
Ha relatado en el Senado lo vivido desde su casa de Paiporta en la #DANA que asoló casi un centenar de poblaciones en Valencia.
Un relato de abandono institucional absoluto en los momentos más decisivos
Posteguillo ha efectuado un muy duro relato para explicar lo que él mismo sufrió, y cómo en 10 minutos llegó el tsunami en forma de inundación que causó 220 fallecidos en la Comunitat Valenciana (cifras provisionales).
«Me interrumpe mi pareja diciendo que su hermana dice que subamos arriba, a la terraza, vivimos a 50 metros del Barranco del Poyo y vemos cómo se desborda»
Posteguillo narra como nadie lo sucedido y cómo él, como mucha gente pensó en sacar sus coches de los garajes para llevarlos a un lugar más elevado.
«Tomo una decisión, que mucha gente tomó, cogemos el mando del garaje y mis llaves del coche y vamos a cambiar el coche de sitio».
«Pero cuando bajamos ya hay una lámina de agua de un palmo que cubre toda la plaza de garaje, y había varios vecinos abajo y convenimos que no era una buena idea que cambiáramos el coche de sitio, porque era raro que tan pocos minutos hubiera tanta agua».
«En 13 minutos había un torrente brutal de 2 metros de agua sin control, arrastrando ramas, coches,…»
«Se llevó la puerta del portal, todo el muro de la fachada, la pared con el local de al lado, todo el local de al lado, fueron 6 horas sin parar de torrentera»
«Vimos a gente desaparecer bajo el agua y nos acostamos sin luz ni agua pensando que al amanecer vendría la ayuda».
Abandono institucional al día siguiente y crudeza de la vida ene stado puro
«Al amanecer esperábamos ver la Guardia Civil, los bomberos, el ejército, pero al amanecer no había nadie»
Tan claro y contundente narra el total abandono institucional a cientos de miles de valencianos, que se escucha el silencio ensordecedor a su alrededor mientras narra en la Cámara Alta lo vivido.
«Sólo había el cadáver en mitad de la plaza de una joven china de un bar con la que algunas sonrisas que había intercambiado porque no hablaba bien español. Al lado, su madre velando el cadáver, pero no había policía, ni Guardia Civil ni ejército, no había nadie».
Posteguillo narra cómo los coches estaban volcados, todo lleno de barro, silencio y miedo y cómo cae la noche «y no viene nadie, hay saqueos y no viene nadie».
«Pero amanece dos días después y no hay nadie, no viene nadie, sólo han retirado el cadáver en un bajo que han podido vaciar los vecinos».
«¿Cómo puede ser que en 48 horas no venga nadie, alguien me lo puede explicar en el siglo XXI en España?».
Sin luz ni agua hice una llamada al ejército y no puedo decir lo que me dijeron, sólo que cuando colgué le dije a mi pareja, «hemos de salir aquí por nuestros medios»
«Al tercer amanecer en el que empezaron a llegar voluntarios, pero nadie institucional, cogí el ordenador, mis notas de mi tercera novela, un poco de ropa y arrastramos aquella maleta kilómetros y kilómetros por un espectáculo de devastación como nadie se imagina.»
«Vimos cadáveres que aún no habían sido retirados, colas de gente en alguna manguera puesta para coger agua, coches destrozados y edificios devastados, hasta llegar andando a Valencia donde tengo un piso»
«No se pueden ni imaginar lo que está pasando esa gente, no pueden ni concebir lo que está pasando a esa gente, porque no se está llevando la ayuda institucional que hace falta»
«Gracias a Dios, el Pueblo llegó, pero con palas y escobas no se puede hacer mucho»
«Ha sido muy cruel no avisar, pero es mucho más cruel no ayudar con la energía que se necesita»
Llama miserables a las instituciones y advierte del sentir popular en Valencia
Hay mucha gente mayor que vivía en bajos, que se ha quedados sin nada y no sabe ni cómo rellenar formularios y necesita ayuda urgente.
«¿Cómo se puede ser desde las instituciones tan miserable?»
No tienen ni idea de lo que está pasando la gente, ni idea…En el siglo I A.C: los políticos se mataban entre ellos, se apuñalaban, ahora voy a hacer una generalización
«La sensación es que los políticos del siglo XXI apuñalan al Pueblo, es la sensación que tienen los ciudadanos de todas las poblaciones devastadas»