El Palco de Varea
La Semana Santa Marinera ha recuperado la presencia institucional del Ayuntamiento de Valencia en los distintos actos procesionales tal como no se producía desde 2016 donde el alcalde de la tercera ciudad de España, el de Compromis Joan Ribó, provocó un desaire notorio a la segunda fiesta de la ciudad declarada de Interés Turístico, por segunda vez en su historia, contemplando el Desfile de la Resurrección desde un balcón justo enfrente de la Tribuna de Autoridades donde había algún que otro de sus concejales.
Desde ese citado año ninguno de los dos concejales de Cultura Festiva, Pere Fuset ni Carlos Galiana, salvo cuando lo hizo detrás de la Coronación de Espinas por nombrar a su marido Clavario Mayor, y bien hecho que esta porque Fuset iba por las esquinas y aceras viendo pasar los cortejos procesionales hasta que el pasado Sábado de Pasión de 2024 una hermandad del Grao lo nombró cofrade de honor, y participó en la procesión.
Pues bien, este año la alcaldesa Catalá ha devuelto la normalidad institucional a una fiesta, la de la Semana Santa Marinera, que en 2017 el Gobierno de España declaró a la de toda España como Patrimonio Inmaterial, una declaración poco desconocida para la gran mayoría de hermandades y cofradías como cofrades y hace ya 7 años. El equipo de gobierno de Catalá también acude a los actos del Ramadán como hará hoy la concejala Torrado. Estamos en un estado aconfesional como reza la Constitución y se debe estar con todas las confesiones. Aún recuerdo como en 2016 los gobernantes de Compromis ni siquiera fueron a la presentación de las publicaciones de la Marinera y a algún acto cultural de alguna cofradía. Con el tiempo han mejorado y en eso Pere Fuset tuvo mucho que ver.
Dicho queda lo anterior también es preciso escribir el desconocimiento de muchos ediles de a donde van y lo que deben hacer durante las procesiones. Otros no. Llegan y donde les dicen se ubican, aunque para el protocolo oficial no sea lo más habitual pero existe otro, el protocolo de ese acto en concreto de una cofradía o hermandad particular. Algún caso particular ha ocurrido con desaire incluido de un regidor que devolvió la medalla impuesta por acudir en representación de la alcaldía tras acabar la procesión y, encima, se marchó al vino de honor de otra hermandad. No vean la cara de gelipollas que dejó en los cofrades que le entregaron la medalla. Disculpas se merecen.
Y al concejal de Dominio Público le debería decir la alcaldesa Catala que permitan vender palmas en el Mercado del Cabanyal a dos vendedores, uno de Carcaixent, porque ya van dos años, uno ya ya lo sé no es de su mandato pero que más les da a estos autónomos, porque ya me explicará la diferencia de hacerlo en las puertas del Mercado Central y no en las del Cabanyal, donde centenares de vecinos se quedaron con las ganas de comprar las palmas. La petición oficial la hicieron con tiempo y forma y en tiempo y forma les contestaron. Ahí no se venden palmas. A ver si en 2025 se arregla señores funcionarios. Sean más empáticos.
Abundando he de indicarles algo más. Los partidos de la oposición hicieron pública sus rutas por la Semana Santa Marinera, pero ni Vox ni el PP lo hicieron, aunque las realizaron. Me consta que sí pero quien no ha aparecido es ni el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, como sí hizo en Alicante, ni otros responsables eclesiásticos quizás por ser el arzobispo pregonero en Gandía se debía a la capital de los Borja.
Por cierto, Señores del Ayuntamiento hagan bando para la Semana Santa Marinera en 2025 y cumplan con el acuerdo de la Comisión de Cultura. No echen la culpa a la junta de gobierno de que ha pedido aplazar su redacción cuando ustedes pidieron reunirse a apenas unas semanas de la “fiesta”.
Tienen todo un año para ello y también para cumplir con otros acuerdos incumplidos, el de más promoción y difusión, – incluso en Valencia en cuyas oficinas de turismo municipales no hubo publicaciones para entregar a los turistas – y de poner en marcha la red de museos,
Díganle al director de museos festivos que le ponga ganas y no vuelva a esgrimir falta de tiempo o de personal.
Y ponga algo más de dinero a la junta mayor que sigue, a día de hoy, con menos recursos económicos que en 2023. Espero que haya más miras para 2025 el año del Centenario anímico de la junta mayor.
Del análisis de la fiesta lo dejo para otro día. Dicho queda pues en el día del último traslado procesional de imágenes, la del Cristo del Salvador y la Dolorosa en el Cabanyal.