Admitida a trámite la querella contra el Ajuntament de Valencia por la situación anómala de múltiples paradas del Mercado Central traspasadas al Bar Central y cerradas al público algunas desde hace años, sin la actuación del Ayuntamiento.
La Asociación de vendedores y trabajadores del Mercado Central y Centro Histórico de “La Cotorra” junto a la Asociación de los Mercados Municipales de la Comunitat Valenciana y algunos vendedores del propio Mercado presentaron una querella porque la normativa municipal asegura que sin causa justificada una parada del Mercado Central no puede estar más de 10 días cerrada “o se le quitará la concesión”, cosa que parece el Ayuntamiento no aplica su propia normativa, ya que llevan paradas hasta 3 años cerradas.
Denuncian un trato “especial” a un concesionario, al Bar Central del Mercado y la permisividad del Ayuntamiento que incumple su propia ordenanza municipal a sabiendas, lo que podría constituir un delito.
El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo ha aceptado la causa y ahora incoará diligencias al respecto, un problema más en el Mercado Central para Santiago Ballester y la concejalia de Mercados y para la propia alcaldesa Catalá.
La historia del Bar interior del Mercado Central
El bar interior del Mercado Central de Valencia era propiedad de la Asociación de vendedores que gestiona de manera privada la gestión del mercado, un bar cuya gestión era manifiestamente mejorable, ya que siendo el único bar del interior, extrañamente daba pérdidas , y estaba en una situación económica ruinosa llegando a perder hasta 50.000€ al año. Esto sólo era posible por la mala gestión y la administración completamente desleal, ya que era vox populi en el mercado que la directiva y empleados de la propia asociación, parece que siendo la propietaria del local no abonaban ni siquiera sus consumiciones, y una posible sisa de la recaudación por parte de algunos trabajadores, un auténtico despropósito y gestión desastrosa y ruinosa a lo largo de los años.
Entonces se tomó la decisión movido porque la situación económica era insostenible de sacarlo a concurso, con la connivencia del Ayuntamiento de Valencia. Es entonces cuando se desprenden del mismo y por ello sacan una suma de dinero, eso sí, el supuesto concurso, -según los propios vendedores- fue asignado al actual concesionario a dedo, entonces las paradas fueron reformadas, sin ningún rechazo ni negativa por parte del propietario del edificio, el Ayuntamiento de Valencia.
Se hizo una cocina cerrada que rompía la estética del edificio, tipo bunker, sin ningún problema, eliminando elementos originales patrimoniales, y practicando una salida de humos a una cubierta secundaria, lo que prohíbe taxativamente la propia ordenanza municipal. Parece que existió un supuesto “trato de favor” de la entonces concejal María Jesús Puchalt, incluso en contra de la propia normativa de mercados se le permitió colocar banquetas sobre el pasillo y balizas cerrando parte del propio pasillo. Todo ello en contra de la normativa municipal y ante el asombro del resto de vendedores, pero se había solucionado el problema económico y el agujero que suponía ese pozo sin fondo para la asociación de vendedores y existía un nuevo bar denominado Bar Central, que abrió sus puertas el 16 de Agosto de 2012.
Mientras el Mercado Central cierra a las 15:00h se le permitió nuevamente una prerrogativa, seguir abierto hasta las 16:00h, aunque rara es la tarde que a las 17:00h siguen los clientes acabando su comida en el Bar Central, incumpliendo nuevamente la propia normativa municipal.
Misma historia diferentes concejales
En la época de pandemia, el concejal era Carlos Enrique Galiana, y a pesar de la prohibición de usar la barra en los bares por precaución y el decreto sanitario estatal, el bar colocó unas maderas cruzadas a modo de extensión de barra para utilizarla y la excusa esgrimida era entonces “tengo el permiso del propio concejal Galiana”.
El incumplimiento de las normas y el parece que más que trato de favor ha causado rechazo y estupor entre los otros más de 300 empresarios del Mercado Central, ya que constituye una discriminación con respecto a todos los demás continuada en el tiempo desde su apertura.
Un bar Central al que se le otorgó, al menos al principio, desconocemos si en la actualidad, gratuitamente un gran almacén en el sótanos del Mercado Central, mientras se sacaron a concesión pequeños almacenes en el sótano, el Bar central lo tenía gratis por lo que otros pagaban…
Los nuevos locales que pretende el Bar Central y siguen cerrados años
Parece que hace unos años el Bar Central pensó que era hora de expandirse y compró 3 locales contiguos, 3 paradas del Mercado, nos consta que ya poseen 5 paradas traspasadas, algunas de ellas llevando más de 3 años cerradas al público, esto ha generado problemas, y nuevamente incumple la normativa municipal, que asegura que durante más de 10 días cerrado al público y sin trabajo comercial de cara al público durante al menos tres meses, se procederá a rescindir la concesión, excepto por causa de vacaciones estivales o enfermedad (causas justificadas) aunque esto no impidió presionar al propietario de una de las paradas con una afección cardíaca que tras un tiempo con la parada cerrada la concejalia le presionó para vender y traspasar o quitarle la concesión. Tuvo que traspasar a un precio muy por debajo del mercado obligado por la amenaza municipal de quitarle la propia concesión.
Todo a pesar de que en los pasillos donde se aloja el Bar Central posee locales 3 años cerrados, que han hecho bajar las ventas a las otras paradas, con una situación de abandono lamentable del mercado y con escasos clientes excepto los del bar, que se suman a las colas de clientes que esperan su turno de comida y que impiden pasear y comprar por esos pasillos, con lo que muchos la única salida comercial que han encontrado ha sido la de traspasar a bajo precio sus locales al Bar Central.
Ni el Ayuntamiento ni la asociación de vendedores han hecho absolutamente nada
Según ha manifestado el vigilante y funcionario municipal a este diario de Noticias Ciudadanas, él mismo ha realizado al Ayuntamiento numerosos partes de abandono de la actividad comercial, que no se han visto reflejados ni en sanción ni en pérdida de la concesión, contradiciendo la propia normativa municipal, lo que a ojos de muchos puede suponer una irregularidad flagrante y conocida que puede llegar a ser constitutiva de delito para muchas personas.
La Asociación de vendedores que gestiona de manera privada y en precario desde 2018 el edificio municipal en su día a día tampoco ha querido pronunciarse, perjudicando los intereses generales del propio mercado y de los vendedores, no ha defendido a las paradas que han tenido que cerrar por los privilegios otorgados a uno de ellos y que han perjudicado al resto.
Hoy vemos pasillos con paradas cerradas años, y pasillos fantasma por los que difícilmente pueda existir actividad comercial, ya que los clientes del Bar Central lo invaden todo, incluido el pasillo.
La situación actual
Según ha podido conocer este diario, parece ser la intención del Bar Central utilizar esos locales para un cambio de actividad y colocar allí comedores para sus clientes, cambiando la estética por completo y la actividad para la que fueron concebidos, algo que parece que el actual concejal Santiago Ballester vería con buenos ojos. Fuentes municipales han asegurado a este diario que los técnicos habrían puesto mil reparos a esta situación con la normativa actual, a lo que la propia alcaldesa Mari Fotos Catalá, habría resuelto el conflicto asumiendo la responsabilidad y pidiendo se autorice. Una vez más, incumpliendo la normativa municipal y a sabiendas.
A sabiendas porque varios vendedores han advertido de la situación anómala de cierre de años por registro general de entrada municipal hace meses y la propia Concejalía de Comercio de Santiago Ballester conocedora de la situación ni ha contestado a los vendedores, como es su obligación legal, ni ha incoado expediente y tras él ha aplicado su propia normativa de extinguir la concesión, ¿nuevo trato de favor?…
Parece que la alcaldesa reina de las fotos y los posados, también como hiciera Ribó quiere tener buena relación con este bar que posee el nombre de un conocido chef… siguiendo los pasos de Ribó nuevamente la alcaldesa Catalá, y optando por los poderosos y famosos, -lo dicho, se está convirtiendo en la alcaldesa de la farándula y la reina del postureo-.
De hacerse realidad este proyecto se reducirá la oferta comercial y permitiendo este cambio de uso y perjudicando la esencia misma del Mercado Central, pero por contra, mientras se permite “todo” a este concesionario, otros puestos que han pedido cambiar su tipología a bar se lo ha denegado la propia concejalía, ¿de nuevo otro trato de favor más? ¿Hasta cuándo?. Por denegar, incluso la concejalía deniega a otros puestos venta y degustación de cafés.
La pregunta es obvia, ¿por qué a unos se permite absolutamente todo, incluso en contra de las ordenanzas y a otros se deniegan lo que sí es posible?
Entre pasillos fantasma “ocupados” por el Bar Central, pasillos vaciados de clientes y paradas que han vendido a bajo precio y los tratos de discriminación positiva a este concesionario, existe una clara discriminación al resto de paradas y una más que evidente falta de diligencia y cumplimiento a leyes y ordenanzas, este mismo medio alertó de que el Bar Central había colocado un acumulador de agua encima de su parada atado con una cincha a la propia estructura del Mercado y perfectamente visible, tampoco se ha actuado al respecto contra quien parece tiene una impunidad absoluta y con un Ayuntamiento de Valencia de distinto color político donde de todos ha obtenido cuanto menos un trato “preferencial”.