El joven Layonel logró sobrevivir dos noches a la deriva en alta mar antes de ser localizado por un avión de Salvamento Marítimo en aguas de Gran Canaria. Había salido en busca de su moto de agua, que se encontraba a unas quince millas de la costa, cuando fue avistado haciendo señales al equipo de rescate. Poco después fue evacuado en buen estado y trasladado al puerto de Arguineguín.
Supervivencia entre la suerte y la experiencia
Los expertos coinciden en que su supervivencia se debió a una combinación de fortuna y a saber qué hacer en una situación límite. Layonel pasó 60 horas en alta mar con heridas leves, un hecho que, según especialistas, no siempre termina con la misma suerte.
Dario di Vico, de Extrem Water Sports Alcossebre, recuerda que es obligatorio llevar un chaleco salvavidas de al menos 100 newtons. Además, insiste en que disponer de una bengala puede marcar la diferencia: “Incluso de día emite luz y facilita la localización”.
Por su parte, el cabo de bomberos de Castellón, José Fornés, subraya la importancia de portar siempre un teléfono en el compartimento estanco de la moto de agua: “En alta mar cualquier fallo puede convertirse en un accidente grave, y estar localizados es vital”.
El consejo de los profesionales
Samuel García, patrón de rescate y socorrismo, explica que la regla de oro en estos casos es permanecer junto al vehículo: “Nunca hay que alejarse de la moto. Es más visible, flota mejor que una persona sola y aumenta las probabilidades de ser rescatado”.
Aunque Layonel salió casi ileso de la experiencia, los profesionales advierten de que no todos logran soportar el frío, la falta de agua o las duras condiciones del mar durante tantas horas.
Su caso se ha convertido en un ejemplo de supervivencia, pero también en un recordatorio de la importancia de extremar las medidas de seguridad en este tipo de actividades recreativas.