Valencia, 4 de agosto de 2025. La conmoción ha sacudido al Hospital La Fe y a toda la ciudad de Valencia tras conocerse el caso de un niño de tan solo tres años de edad que fue ingresado el pasado 29 de julio con síntomas de intoxicación grave por drogas. Los análisis confirmaron la peor sospecha: el pequeño dio positivo en cocaína y THC, el principal componente psicoactivo del cannabis.
El menor, que llegó rígido y sufriendo convulsiones súbitas, fue trasladado al hospital por sus propios padres, una mujer de 26 años y un hombre de 46, según fuentes policiales. Los sanitarios, ante el estado crítico del niño, activaron de inmediato el protocolo médico y judicial para casos de intoxicación infantil por sustancias estupefacientes.
Un diagnóstico que heló la sangre
Los análisis toxicológicos no dejaron lugar a dudas: el niño presentaba restos de cocaína y marihuana en su organismo. La presencia simultánea de ambas sustancias en un menor de esa edad constituye una situación de extrema gravedad médica y una posible negligencia parental de carácter penal, motivo por el cual los facultativos informaron a las autoridades.
Pocas horas después, los padres fueron citados a declarar en la sede del Grupo de Menores de la Jefatura Superior de Policía de Valencia. Allí se les notificó su condición de investigados por dos presuntos delitos: abandono de familia y delito contra la salud pública, dado que el entorno del menor podría haber favorecido la exposición directa o indirecta a sustancias ilegales.
Los padres, en libertad mientras avanza la investigación
Tras prestar declaración, los progenitores quedaron en libertad provisional, aunque se encuentran a la espera de ser llamados por el juez encargado del caso. De momento, no se descarta que puedan enfrentarse a cargos más graves si se demuestra una conducta continuada de negligencia o exposición al riesgo por parte del menor.
El niño, bajo tutela de la Generalitat
Mientras tanto, la Dirección General de Familia, Infancia y Adolescencia ha asumido de forma temporal la tutela del menor, que sigue ingresado en el Hospital La Fe bajo observación médica. Se desconoce de momento su evolución clínica, aunque fuentes sanitarias confirman que está fuera de peligro inmediato, aunque requiere seguimiento constante.
El caso ha generado una ola de indignación ciudadana, tanto por la gravedad de los hechos como por el debate social que abre sobre la protección infantil en entornos vulnerables. Las redes sociales han multiplicado los mensajes de solidaridad con el menor y piden justicia para garantizarle un futuro lejos del peligro.