La Unidad de Parasitología Sanitaria de la Universitat de Valéncia, centro colaborador oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y también centro de referencia de FAO/Naciones Unidas, está analizando las aguas, tanto urbanas como rurales, de la zona afectada por la DANA. La iniciativa del centro, que cuenta con la colaboración, entre otros, del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias y del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, tiene como objetivo la prevención de potenciales epidemias por enfermedades infecciosos en la zona.
Las prospecciones están incluyendo tomas de muestras en las zonas afectadas y los análisis se están enfocando hacia la posible detección de bacterias, virus, rickettsias, protozoos, helmintos y vectores, esencialmente tanto mosquitos como moluscos de gran trascendencia transmisora. El arrastre de una enorme cantidad de lodo y restos vegetales, además de restos fecales y, con el tiempo, de materiales de descomposición de cadáveres animales, puede conducir a una situación de riesgo de aparición de enfermedades infecciosas a consecuencia del colapso de infraestructuras higiénico-sanitarias, explica Santiago Mas-Coma, catedrático emérito de Parasitología de la Universitat de Valencia y coordinador de los dos centros de Naciones Unidas en la Unidad de Parasitología Sanitaria.
“Los estudios iniciales se están dirigiendo a la detección de agentes patógenos de transmisión directa y alta facilidad de infección, con especial énfasis en agentes de infección directa y/o índole zoonótica, incluyendo estudios comparativos entre zonas inundadas y zonas aledañas no afectadas. En el momento actual ya se han diagnosticado varios agentes infecciosos presentes en la zona inundada”, explica Mas-Coma.
Tan pronto como se disponga de los primeros resultados definitivos y de su distribución según zonas urbanas y rurales concretas, se pasará oportuna información a todo tipo de centros sanitarios y asistenciales para facilitar la labor de diagnóstico, tratamiento y prevención de pacientes infectados por vivir o acudir en ayuda de las zonas afectadas, así como las oportunas medidas de control. La iniciativa tiene previsto proceder con muestreos adicionales a medio y largo plazo para posibilitar la detección de agentes infecciosos de aparición lenta o transmisión indirecta.
Actualmente, la obturación del alcantarillado, la saturación de aguas residuales, la contaminación de tuberías de agua potable, el contacto personal directo con el lodazal, la aspiración de aire húmedo de locales cerrados como garajes totalmente inundados, y la insuficiencia de productos de limpieza y desinfección puede derivar en epidemias, hecho que se debe controlar a través del análisis de potenciales infecciones.
“La Universitat de Valéncia está involucrada en el análisis y prevención de potenciales epidemias por enfermedades infecciosas en la zona afectada por la DANA del 29 de octubre, y por ello, tras la lógica caótica situación inicial, la Universitat de Valéncia lanzó una iniciativa inmediata la misma primera semana de la catástrofe, concretamente ya desde el 4 de noviembre, para analizar potenciales riesgos de aparición de epidemias y/o infecciones individuales por todo tipo de agentes infecciosos”, explica Santiago Mas-Coma.
La inundación devastadora que ha afectado a 75 municipios de l’Horta Sur, la Ribera Alta, la Hoya de Buñol-Chiva y la Plana de Utiel-Requena, además del sur de la ciudad de Valencia, incluyó aportes de agua de presas en los ríos a través de barrancos, interconectadas por canalizaciones artificiales de la amplia red hidrográfica local, espacios habitados también por gran cantidad de poblaciones humanas y animales domésticos y roedores peridomésticos, factores a tener en cuenta en los análisis, explica Mas Coma.