Un acto conmemorativo en el parque que lleva su nombre reúne a autoridades y ciudadanos en recuerdo del edil asesinado por ETA en 1997
La ciudad de Valencia ha rendido homenaje este jueves a Miguel Ángel Blanco, concejal del Partido Popular en Ermua, al cumplirse 28 años de su secuestro y asesinato a manos de la organización terrorista ETA. El acto conmemorativo ha tenido lugar en el parque que lleva su nombre, donde se han depositado rosas blancas como símbolo de memoria, dignidad y rechazo a la violencia.
Un símbolo que marcó a una generación
Miguel Ángel Blanco fue secuestrado el 10 de julio de 1997 por ETA y asesinado dos días después tras la negativa del Gobierno a aceptar el chantaje de la banda. Su muerte generó una de las mayores movilizaciones ciudadanas de la historia democrática reciente en España y marcó un punto de inflexión en la lucha social contra el terrorismo.
Desde entonces, su figura se ha convertido en símbolo de unidad, resistencia democrática y homenaje a las víctimas del terrorismo. La conmemoración en Valencia se suma a otros actos que cada año recuerdan su figura en distintos puntos del país.
Representación institucional
El acto celebrado en Valencia ha contado con la presencia del president de la Generalitat, Carlos Mazón, y la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá. Ambos han encabezado la ofrenda floral y han dirigido unas breves palabras de recuerdo, sin discursos oficiales, en un formato sobrio y respetuoso.
Carlos Mazón ha destacado que “la memoria de Miguel Ángel Blanco sigue viva en todos aquellos que defendemos la democracia, la libertad y el Estado de Derecho”. Por su parte, Catalá ha subrayado la importancia de “honrar su recuerdo sin partidismos, como un símbolo común frente al odio”.
Rosa blanca: símbolo del homenaje
Durante el acto, se han depositado rosas blancas sobre el monolito instalado en el parque Miguel Ángel Blanco, situado en una zona ajardinada del barrio de Campanar. La rosa blanca, que se ha convertido en emblema de su memoria desde los funerales de 1997, representa la pureza de la vida truncada por la violencia y el rechazo social al terrorismo.
Ciudadanos, asociaciones de víctimas y representantes políticos han participado en el homenaje, en un ambiente marcado por el respeto y el silencio.
Memoria democrática
La celebración de actos como este forma parte del compromiso institucional con la memoria democrática, especialmente en un contexto en el que los discursos negacionistas y revisionistas aún existen en algunos sectores.
Desde la Fundación Miguel Ángel Blanco, se insiste cada año en la necesidad de “no olvidar” y de mantener vivo el relato de las víctimas para las generaciones futuras, como garantía de que el terrorismo no encuentre justificación en ninguna causa.
Conclusión
Veintiocho años después de su muerte, Miguel Ángel Blanco sigue siendo un símbolo de la conciencia colectiva frente al terrorismo. Valencia, como muchas otras ciudades españolas, ha querido rendirle homenaje con un gesto sencillo pero cargado de significado: una rosa blanca, en silencio, en el parque que lleva su nombre. Porque recordar a las víctimas es también una forma de defender la libertad.