Un atasco de más de dos horas ha vuelto a encender las alarmas sobre el túnel de Pérez Galdós, considerado por las asociaciones vecinales como un obstáculo insalubre y obsoleto. Seis colectivos convocan una concentración este sábado para exigir su eliminación definitiva.
Un túnel que separa más que conecta
El túnel de la avenida Pérez Galdós en Valencia, infraestructura diseñada para canalizar el tráfico motorizado entre Giorgeta y la calle Cuenca, ha pasado de ser una solución de movilidad a convertirse, según denuncian los vecinos, en un problema urbano y de salud pública. La reciente congestión de tráfico vivida en la zona, con colas de hasta dos horas, ha sido el detonante de una nueva ola de indignación vecinal.
Seis entidades ciudadanas —el Colectivo Fuera Túnel y las asociaciones vecinales de La Petxina, Patraix, La Raïosa, Abastos-Finca Roja y La Roqueta— han decidido convocar una concentración este sábado a las 11:00 en la salida del túnel hacia la calle Cuenca, exigiendo al Ayuntamiento que cumpla con la promesa de eliminar esta infraestructura en la próxima reurbanización.
Motivos: salud, seguridad y cohesión urbana
Los argumentos de los convocantes son contundentes: el túnel genera ruido, contaminación, inseguridad vial y fragmentación urbana. Aseguran que impide la interacción vecinal y comercial entre los barrios que lo rodean y que la densidad de tráfico supera con creces los niveles recomendables, con hasta 72.000 vehículos diarios cruzando una avenida de solo 30 metros de ancho.
“Queremos abrir las ventanas sin el estruendo de los vehículos, pasear sin restricciones, respirar aire limpio y disfrutar de espacios verdes”, resumen los colectivos, que califican el túnel de “insalubre, peligroso y obsoleto”.
Desde estas plataformas vecinales también se alerta de que mantener el túnel pone en riesgo el acceso a fondos europeos destinados a la reurbanización sostenible de la zona, ya que el proyecto ganador del concurso de ideas europeo —bautizado como «Arrels»— planteaba precisamente la eliminación del túnel como medida clave.
Un conflicto con historia: del “Arrels” al actual plan municipal
El malestar actual tiene su origen en 2022, cuando, tras una intensa movilización ciudadana, el anterior gobierno municipal (Compromís y PSPV) ejecutó una mejora provisional de la avenida que redujo carriles de tráfico, amplió aceras y promovió el uso de bicicletas.
Ese mismo año, el proyecto “Arrels”, presentado por un equipo multidisciplinar y apoyado por las asociaciones vecinales, ganó un concurso europeo de regeneración urbana. Su propuesta incluía la eliminación del túnel, la integración peatonal de los barrios adyacentes y la plantación de arbolado para crear una avenida verde.
Sin embargo, el actual equipo de gobierno ha optado por mantener el túnel, alegando que su demolición supondría un proceso largo y costoso. Esta decisión ha sido interpretada por los vecinos como una marcha atrás en los compromisos adquiridos y una falta de ambición urbana.
El coste de seguir igual: salud mental, contaminación y ruido
Las asociaciones citan informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para respaldar sus quejas. Aseguran que los niveles de ruido y contaminación en la avenida Pérez Galdós-Giorgeta superan los umbrales tolerables para la salud, y que esto tiene consecuencias directas en el bienestar físico y mental de los residentes.
Además, recalcan que el túnel actúa como una barrera para la movilidad peatonal y ciclista, dificultando los desplazamientos cotidianos y afectando negativamente al comercio local.
“Nuestra salud física y mental, la seguridad vial, la calidad de vida, la comunicación entre barrios y el comercio local están en juego”, reiteran los organizadores de la protesta del sábado.
¿Qué propone el vecindario?
El Colectivo Fuera Túnel y las entidades firmantes piden al Ayuntamiento que recupere el proyecto original de “Arrels” y se comprometa de forma clara a eliminar el túnel en la reurbanización prevista. Aseguran que existen alternativas más económicas y rápidas que cubrir la infraestructura, como una demolición controlada por fases, compatible con el mantenimiento del tráfico en superficie.
También solicitan que se priorice la creación de espacios verdes, carriles bici seguros, aceras amplias y zonas de encuentro, elementos fundamentales para avanzar hacia una ciudad más saludable y sostenible.
Próximos pasos: presión social y movilización
La concentración del sábado busca visibilizar el descontento de los barrios afectados y presionar a la administración para que rectifique. No se descartan futuras acciones si no hay una respuesta concreta del consistorio.
La cita será a las 11:00 h en la salida del túnel hacia la calle Cuenca, y los convocantes animan a todos los vecinos y colectivos sociales de Valencia a sumarse bajo el lema “Fuera túnel, queremos una ciudad para vivir”.