Valencia. — El presidente de VOX Valencia, Vicente Barrera, ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la convivencia y la seguridad en los barrios tras los incidentes ocurridos en el centro de menores de la Malvarrosa, donde hace una semana se produjo una pelea entre varios internos “porque no les gustaba el menú de la cena”.
Según Barrera, la trifulca —que se saldó con varios heridos entre menores y personal de seguridad— no es un hecho aislado, sino un reflejo de una situación “cada vez más preocupante” que, asegura, viven muchos vecinos de la zona.
“Estos episodios se repiten en distintos puntos de la Comunidad Valenciana. La gente tiene miedo, y lo que vemos aquí es el resultado de unas políticas que no funcionan”, afirmó el dirigente frente a las puertas del centro, arropado por simpatizantes y cargos del partido.
Una polémica que vuelve a encender el debate
El político señaló además que muchos de los internos “no parecen menores”, y que algunos “superan con creces la mayoría de edad”. “Hay chicos de hasta 1,90 metros, con más de 25 años, y siguen considerados como menores no acompañados. Es un sinsentido”, denunció.
Sus palabras, cargadas de crítica hacia el Ejecutivo central, apuntan directamente a las políticas migratorias del Gobierno de Pedro Sánchez. “Estamos ante un modelo de puertas abiertas que está generando inseguridad y preocupación entre los vecinos”, añadió.
El discurso de VOX: repatriaciones y fin de ayudas
Barrera aprovechó su intervención para reiterar el posicionamiento firme de VOX en materia de inmigración: repatriar a los menores no acompañados a sus países de origen, deportar a los inmigrantes ilegales y a quienes cometan delitos, y acabar con la financiación pública de las mafias de tráfico de personas.
“El dinero público debe destinarse a quienes lo generan con su trabajo y sus impuestos, no a sostener políticas que solo agravan los problemas”, subrayó.
Un barrio cansado
Mientras tanto, en la Malvarrosa, los vecinos reconocen estar cansados. Algunos aseguran que el centro “se ha convertido en un foco de conflictos”, mientras otros piden prudencia y no generalizar. “No todos los chavales son iguales, pero sí que es cierto que últimamente hay más tensión”, comenta un residente que prefiere mantener el anonimato.
La polémica promete seguir viva. Y es que, más allá de los discursos, la convivencia y la seguridad siguen siendo una de las grandes asignaturas pendientes en algunos barrios de Valencia.
















