Mientras el PSPV denuncia una vulneración de la intimidad, la alcaldesa de Valencia tilda de “bochorno nacional” la filtración de mensajes entre el presidente del Gobierno y el exministro. La Volta a Peu terminó con zancadas políticas.
Cuando los mensajes se convierten en titulares
Domingo soleado en la ciudad del Turia. La Volta a Peu Valéncia 2025 llenó de corredores las calles, pero entre camiseta y dorsal, la política se coló —como siempre— entre los aplausos. Porque la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, no se quedó callada. A preguntas de los medios, utilizó la oportunidad para lanzar un ataque frontal contra Pedro Sánchez y su exministro José Luis Ábalos, a propósito de los mensajes privados entre ambos que recientemente han visto la luz pública.
“Son un bochorno nacional”, sentenció Catalá, visiblemente molesta. “El PSOE puede maquillarlo como quiera, pero esos mensajes hacen una referencia muy clara a la acción del Ejecutivo, no a cuestiones personales”.
Con esas palabras, la edil valenciana volvió a poner el foco en la polémica nacional que amenaza con escalar: la filtración de conversaciones entre el presidente del Gobierno y el exministro que ahora se ha convertido en una piedra en el zapato socialista.
¿Qué dicen los mensajes? Nadie lo sabe… pero todos opinan
Lo curioso de esta situación es que poco se sabe del contenido concreto de los mensajes, pero eso no ha impedido que medio arco político opine al respecto con rotundidad. Desde el PSOE se insiste en que la publicación de estos mensajes vulnera la intimidad de Pedro Sánchez, algo que subrayaron este fin de semana Diana Morant (ministra de Ciencia y secretaria general del PSPV) y Pilar Bernabé (delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana).
Ambas se alinearon para señalar que estamos ante un caso de intromisión ilegítima en la vida privada del presidente, con “una voluntad evidente de hacer daño”. Bernabé incluso fue más allá y calificó la situación como “un descontrol” y “un ataque a la intimidad en general”.
Catalá, sin pelos en la lengua: “Esto va de elegir”
Pero lejos de suavizar el tono, Catalá ha endurecido su discurso. La alcaldesa acusó directamente al PSPV de “ir de la mano de Sánchez” y remarcó que esa es precisamente la elección que deben hacer los valencianos:
“Hay que elegir ya entre Pedro Sánchez o los valencianos. El maltrato permanente que sufrimos por parte del Gobierno central es intolerable.”
No se quedó ahí. Catalá recordó lo que, para ella, es la última ofensa del Gobierno: la ausencia del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) para la Comunitat Valenciana, especialmente tras una DANA que dejó a muchas familias y municipios afectados.
“Después del ‘si quieren ayuda, que la pidan’ y de dejarnos sin FLA… ¿qué más tiene que decir Pedro Sánchez?”, preguntó de forma retórica ante los periodistas. “Diana Morant y Pilar Bernabé ya han elegido: han elegido a Pedro Sánchez, no a los valencianos”.
¿Y la intimidad? ¿Y el contenido? ¿Y la transparencia?
En medio de todo este fuego cruzado queda una pregunta que ni el PSOE ni el PP parecen querer abordar en profundidad: ¿qué decían exactamente esos mensajes? Y sobre todo, ¿cuál es el marco legal, ético y político para la publicación (o filtración) de comunicaciones entre cargos públicos?
Porque si bien el argumento de la intimidad puede sostenerse en términos legales, la oposición insiste en que cuando se trata de conversaciones que afectan a la acción de gobierno, el carácter privado desaparece. Y ahí es donde se genera el verdadero conflicto: ¿hasta qué punto es justificable que los ciudadanos conozcan estas conversaciones si implican decisiones públicas?
Una crisis interna que reabre heridas
Cabe recordar que José Luis Ábalos no es un personaje cualquiera. Exministro, exsecretario de organización del PSOE y protagonista de uno de los episodios más incómodos para la Moncloa tras el “caso Koldo”, su figura ha sido utilizada por la oposición como símbolo de la supuesta corrupción y descomposición del socialismo en el poder.
Y ahora, con esta filtración, el escándalo resucita. Lo privado vuelve a lo público, y lo político se convierte en espectáculo, una vez más.
Morant y Bernabé: defensa cerrada
Desde el PSPV, la consigna es clara: proteger la figura de Pedro Sánchez. Diana Morant insistió en que estamos ante un intento “orquestado” de dañar al presidente del Gobierno, un ataque político disfrazado de filtración. Pilar Bernabé, por su parte, alertó del riesgo de que se normalicen prácticas que violan derechos fundamentales, como la privacidad de las comunicaciones.
Nadie ha querido confirmar oficialmente el contenido de los mensajes. Nadie ha explicado cómo salieron a la luz. Y, por supuesto, nadie ha asumido responsabilidades.
Una Volta a Peu muy política
Lo irónico de todo esto es que la alcaldesa lanzó estas declaraciones durante un evento deportivo, donde se esperaba un clima más relajado, centrado en la participación ciudadana. Pero claro, en tiempos de campaña permanente, hasta una carrera popular sirve como trampolín para el discurso político.
Y lo dicho, mientras unos corren por las calles de Valencia, otros corren a posicionarse políticamente en una polémica que apenas ha comenzado.
¿Veremos más mensajes? ¿O más reacciones?
La gran pregunta que queda en el aire es si esta filtración es solo la punta del iceberg. ¿Se avecinan más revelaciones? ¿Afectará esto a la estabilidad interna del PSOE o a la relación entre Moncloa y la Comunitat Valenciana?
En un escenario donde cada conversación puede convertirse en arma política, quizás deberíamos preguntarnos:
¿Quién protege la intimidad cuando el interés público exige respuestas?