Han pasado ya casi tres semanas desde que un fuerte temporal sorprendiera a Xàbia el pasado 24 de julio. Las olas y el viento arrojaron un gran velero, que se encontraba fondeado mar adentro, contra las rocas de la zona conocida como Primer Muntanyar. Desde entonces, la imagen de la embarcación varada, sin pasajeros a bordo, se ha convertido en un inesperado reclamo para curiosos y turistas. Sin embargo, tras la estampa pintoresca, se escondía un riesgo medioambiental que el Ayuntamiento no ha querido pasar por alto.
Quince días sin actuación del propietario
Pese a que el incidente no dejó víctimas ni heridos, la embarcación quedó seriamente dañada y expuesta a la acción del oleaje. Con el paso de los días, el combustible, el aceite de motor, las baterías y otros elementos contaminantes seguían a bordo, sin que el propietario hubiera iniciado tareas de limpieza o retirada. Ante esta inacción y como medida preventiva, el consistorio ha decidido actuar de oficio.
“Después de más de quince días sin avances, hemos optado por intervenir para proteger nuestro litoral”, ha señalado el Ayuntamiento en un comunicado oficial. La decisión se ha tomado en coordinación con la Concejalía de Seguridad Ciudadana y bajo orden directa de Alcaldía.
Intervención especializada
La empresa Kraken, especializada en trabajos marítimos y en la gestión de residuos peligrosos, ha comenzado la extracción de unos 300 litros de gasoil, aceite de motor, baterías y otros materiales que podrían suponer un grave peligro para la fauna y flora marinas. El objetivo es claro: impedir que estas sustancias terminen en el mar y provoquen un daño irreversible en una zona que alberga especies protegidas de gran valor ecológico.
“Con esta intervención queremos evitar cualquier vertido que ponga en riesgo nuestro entorno. La costa de Xàbia no solo es un recurso turístico, sino un patrimonio natural que debemos preservar”, destacan desde el consistorio.
Próximos pasos: la retirada completa del barco
La descontaminación es solo el primer paso. El Ayuntamiento continúa con las gestiones necesarias para la retirada total del velero, una operación que no será sencilla por las dimensiones de la embarcación y la ubicación rocosa donde quedó encallada.
Mientras tanto, la zona sigue recibiendo visitas de curiosos que fotografían la escena. Sin embargo, las autoridades piden prudencia y respeto por el entorno, recordando que se trata de un área sensible desde el punto de vista medioambiental.
Un aviso sobre la fragilidad del litoral
Este incidente ha servido de recordatorio sobre la vulnerabilidad de la costa y la importancia de actuar con rapidez ante riesgos de contaminación marina. En Xàbia, donde el turismo se apoya en gran parte en la belleza de sus aguas y paisajes, cualquier amenaza al ecosistema repercute directamente en su futuro económico y social.
“Proteger el mar es proteger nuestro modo de vida”, concluyen desde el consistorio, que espera cerrar este episodio con la retirada definitiva del velero en los próximos días.