“Yo solo tenía un Peugeot y un sueño”: Santos Cerdán, mártir del renting y enemigo del fisco
Durante su declaración ante el Supremo, Cerdán se presentó como un ciudadano humilde, sin propiedades ni millones, solo con un coche de renting y una amistad peligrosa con Koldo y Anchón. Dice que no se llevó ni un euro, que le devolvieron 600 euros en gasolina y que todo esto es una conspiración contra el gobierno progresista. Asegura que el siguiente en la lista es… ¡Félix Bolaños!
Una ampliación con más jugo que las naranjas de Carcaixent
La declaración de Santos Cerdán ha dado más titulares que un derbi entre el Valencia CF y el Levante UD en plena crisis institucional. Y no solo por el auto judicial que lo manda directo a prisión provisional, sino porque el ex dirigente socialista ha decidido hablar… bueno, solo con su abogado, pero suficiente como para dejarnos una colección de frases que podrían pasar directamente a los anales de la política española o a una nueva edición del “Libro gordo de Petete corrupto”.
“Yo soy inocente, vivo de alquiler y conduzco un coche de renting”
Empecemos por el principio, como decía Jack el Destripador. Según Cerdán, ni él ni el PSOE han cobrado jamás un céntimo por adjudicar obra pública. Nada. Ni un euro, ni un cupón de la ONCE, ni una bolsa de pipas. Para reforzar su mensaje de honradez, ha hecho una radiografía financiera tan austera que haría llorar de orgullo a San Francisco de Asís:
- Vive de alquiler.
- Tiene un coche de renting.
- No se ha llevado ni un euro, y lo dijo así, con la contundencia de quien niega haber comido el último trozo de tortilla en una cena familiar.
Vamos, que si fuera por él, el caso Koldo sería más bien el caso Koldito: una historia de pobreza digna, gasolina pagada y un Peugeot que ya tiene más kilómetros que las promesas electorales del bipartidismo.
600 euros y un Peugeot: el escándalo más low cost del siglo
Uno de los momentos estelares de su defensa es la explicación sobre su relación financiera con Koldo García, el exasesor de Ábalos y protagonista principal de esta tragicomedia. Cerdán reconoce haber recibido 600 euros de Koldo en 2017, pero ojo, que no fue un soborno ni un pago oscuro: fue una devolución por gasolina.
Sí, como lo oyes: Santos puso de su bolsillo el combustible del Peugeot durante las primarias del PSOE, y Koldo, todo un caballero navarro, se lo devolvió dos meses después. Así, como quien devuelve un táper a tu madre con unas lentejas extra.
Este detalle ha provocado más memes que análisis jurídicos, con tuiteros sugiriendo que el verdadero escándalo aquí es que alguien haya pagado gasolina por un coche francés en plena crisis del diésel.
Servinabar, Anchón Alonso y un contrato que nunca se firmó… pero casi
La empresa Servinabar, con nombre de bar de carretera pero trama de novela negra, ha sido otro de los temas calientes. Cerdán ha admitido tener una amistad fuerte con Anchón Alonso, el hombre al que señala como intermediario con EH Bildu y el PNV. Aquí la política se mezcla con los negocios, el vermut del domingo y una decisión que pudo cambiarlo todo.
Según el ex del PSOE, estuvo a punto de hacerse con el 45 % de Servinabar, pero en el último momento, su mujer lo convenció de que era mala idea. Fue durante un fin de semana —porque los sábados dan para mucho— que, inspirado por el espíritu de la sensatez conyugal, le comunicó a Anchón: “Rompe el contrato”.
Lástima que, como tantas otras veces en la vida, el contrato no se rompió. Ya sabemos que en política, como en las bodas en Las Vegas, lo que pasa el fin de semana no siempre se queda en el fin de semana.
Dardos a la Guardia Civil, a la judicatura y aviso para Bolaños
Para rematar su declaración, Cerdán se puso épico. Como esos gladiadores que sabían que iban al circo romano con pocas opciones, lanzó un palo directo a la UCO (Unidad Central Operativa) y a la judicatura. Dijo que muchas de las transcripciones y conclusiones del informe están mal, como cuando te corrigen un examen de historia creyendo que Napoleón era español.
Además, reiteró su teoría: todo esto es una persecución política por haber formado parte de un gobierno progresista. Y para que no digan que no avisa, soltó la bomba final: “El próximo objetivo será Félix Bolaños”.
¡BOOM! Bolaños, el ministro de la Presidencia y mano derecha de Sánchez, ya puede ir preparando sus papeles, sus audios y quizás un renting como el de Cerdán. Por si acaso.
En resumen: ¿De verdad estamos hablando de 600 euros y un Peugeot?
Cerdán lo ha dicho todo con cara de “yo pasaba por aquí”, asegurando que su patrimonio es más triste que una paella sin arroz. Vive de alquiler, no tiene bienes, no cobra comisiones y lo único que ha recibido son 600 euros y una amistad peligrosa. Es como si Pablo Escobar hubiera comenzado revendiendo chicles en la puerta del cole.
Sin embargo, los indicios siguen ahí: audios, contactos, adjudicaciones sospechosas y empresas salpicadas. Y aunque su declaración intenta construir una imagen de sencillez monacal, lo cierto es que el juez no se ha creído nada y le ha regalado unas vacaciones a todo gasto… pero en prisión preventiva.
Próxima entrega: ¿Tendrá Bolaños que preparar la mochila?
Lo que viene ahora es aún más jugoso. El nombre de Félix Bolaños ha entrado oficialmente en la narrativa de la persecución progresista. Y no es un detalle menor. Cerdán parece estar dispuesto a arrastrar a medio gobierno si con ello puede probar que todo esto es una conspiración digna de los archivos secretos de la T.I.A.
Mientras tanto, la UCO sigue investigando, el PP sigue pidiendo elecciones, el PSOE se sigue haciendo el sueco y los ciudadanos… seguimos esperando que algún día haya una legislatura sin que un político acabe en los juzgados con cara de “me han robado la merienda”.
Conclusión: ¿Estamos ante un nuevo mártir político o ante el Houdini de las comisiones?
En esta tragicomedia nacional que ya tiene más temporadas que Cuéntame, Cerdán se presenta como el hombre humilde, perseguido por sus ideas y víctima de su Peugeot de gasolina, mientras la justicia pinta un cuadro de organización criminal con amigos peligrosos y contratos sospechosos.
Una cosa está clara: o esto se resuelve pronto, o el siguiente en pedir un coche de renting va a ser el propio Pedro Sánchez.
Y tú, lector desconfiado pero fiel: ¿te convence la historia del coche de renting y los 600 euros o crees que nos están vendiendo humo en bidones de gasolina? ¿Esto es persecución, casualidad… o solo España siendo España? ¡Cuéntanos tu teoría, pero sin audios comprometedores, por favor!