Los vecinos y afectados por la discoteca de La Roqueta situada en la Calle San Vicente siguen igual, con broncas, vomiteras, problemas de ruídos, gritos, peleas,…cada fin de semana.
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La Plataforma de afectados por la Discoteca denuncia que la pasada noche tuvieron que actuar hasta 12 patrullas que cortaron a altas horas de la madrugada la circulación de esta vía.
Esta vez los gritos procedían de una pelea con nuevamente ocupación por los viandantes de la calzada, teniendo que actuar numerosas patrullas de la policía local, obstaculizando el tráfico y la seguridad vial y finalmente cortando por completo la vía con hasta 12 vehículos de patrulla.
Los vecinos aseguran que los problemas no cesan nunca y exigen soluciones a los actuales gobernantes, ya que la paciencia de los vecinos acabó, si bien es cierto la propia alcaldesa se comprometió con ellos, a diferencia de la anterior corporación que no sólo les dió la espalda sino que algunos vecinos aseguran sufrieron presiones y amenazas de cargos políticos.
“Las buenas palabras se las lleva el viento y 9 meses tras tomar posesión del cargo ya es suficiente para que comience a actuar la nueva alcaldesa, no queremos que siga la senda de los anteriores gobernantes negando el problema una y otra vez, nos merecemos el derecho al descanso”.
Unas palabras contundentes de los vecinos que claman por una solución definitiva a este problema que arrastran décadas, especialmente el problema tras la pandemia se ha intensificado y ha acabado con la paciencia y los nervios de los vecinos que no entienden el desamparo sufrido por las autoridades locales.
Cada fin de semana tienen que denunciar los problemas y los vecinos no ven otra solución que la de trasladar esta discoteca a una zona alejada de viviendas. “Tampoco queremos trasladar el problema a otro barrio, sino que se solucione, porque llevamos años de intranquilidad y problemas”.
Unos políticos alejados de la realidad de la calle
La nueva alcaldesa tiene este problema pendiente de solución y los vecinos claman por su derecho al descanso, pero desde el Consistorio Municipal sus dirigentes ven una ciudad color de rosa, que se llenó de ilusión y votos a los nuevos dirigentes, no entendiendo que esos votos eran de castigo a la anterior corporación y que conforme pasan los meses sin solucionar los problemas, esos votos se tornan en frustración y desilusión, y por tanto desaparece el apoyo.
“Unos votos no son un cheque en blanco cada cuatro años, hay que gestionar”
Justo lo que se les achacaba a la anterior corporación, la falta de gestión son los mismos errores en los que está cayendo la actual corporación municipal, muy alejada de lo que prometía, muy alejada de la realidad de la calle, muy alejada de sus propios votantes.
Quizá por ello el barómetro municipal lleva meses reflejando el descontento de los vecinos, que extrañamente puntúan peor el gobierno y las actuaciones del gobierno de Catalá de las del de Ribó. Unos lo llamarán manipulación, pero es la triste realidad, parece que aún se podía hacer peor que Ribó…
Muchos problemas han pasado de la marginación y el olvido, del desprecio del gobierno de Ribó y Sandra Gómez a las promesas de Catalá ahora incumplidas, y muchos no saben que es peor, si el desprecio o la mentira, por cuanto la casta política alejada de la población sigue gobernando una ciudad agreste para sus vecinos.
Catalá deberá virar sus políticas 180º si no quiere encontrarse con una sorpresa en las urnas en 2027…avisados están y los vecinos necesitan que esa ilusión perdida vuelve, se recupere la confianza perdida en el gobierno municipal y se cumplan las promesas, ¿será capaz Catalá de ello o dará la espalda a los vecinos como hizo Ribó?. Catalá ya conoce el camino que le marcaron los vecinos a su antecesor, el de la oposición…