Luces y sombras de la V16: La DGT admite que su visibilidad se reduce a 50 metros
Lo que se vendió como la revolución definitiva para la seguridad vial en España podría acabar convirtiéndose en un quebradero de cabeza jurídico y técnico para la Dirección General de Tráfico (DGT).
A poco más de un mes para que entre en vigor la obligatoriedad total de las balizas V16 conectadas (enero de 2026), una admisión inesperada desde la propia institución ha dinamitado la confianza en el dispositivo: su visibilidad real, en ciertas condiciones, es de apenas 50 metros.

El mito del kilómetro de visibilidad, desmontado
Durante años, el argumento estrella para jubilar los tradicionales triángulos de emergencia fue la superioridad lumínica de la baliza V16. Se prometió que su destello amarillo auto sería visible a un kilómetro de distancia en 360 grados, permitiendo a otros conductores anticipar el peligro mucho antes. Sin embargo, la realidad técnica ha chocado con el discurso oficial.
En una reciente intervención que ha pasado casi desapercibida para el gran público pero no para los expertos, responsables técnicos de la DGT, como Montserrat Estaca (Jefa del Área de Telemática), han reconocido una limitación crítica: a plena luz del día y bajo una fuerte insolación, la visibilidad de la baliza puede caer drásticamente hasta los 50 metros.
Este dato es demoledor. Si un coche se avería en una curva ciega o tras un cambio de rasante en un día soleado, una luz sobre el techo que solo se ve a 50 metros elimina el factor de anticipación. El triángulo, al colocarse físicamente a 50 metros detrás del coche, obligaba a los conductores a reaccionar con antelación. La baliza, al estar sobre el coche, hace que el aviso y el peligro coincidan en el mismo punto geográfico, reduciendo el margen de maniobra a cero si la luz no es visible desde lejos.
«Spain is Different»: Una isla normativa en Europa
La controversia técnica se agrava con la soledad normativa de España. Somos el único país de la Unión Europea que ha decidido eliminar los triángulos en favor de una baliza conectada obligatoria. Esto genera un absurdo legal y práctico que vulnera, según diversos juristas, el espíritu de armonización de la UE.
La situación crea una paradoja peligrosa:
Conductores extranjeros en España: Un turista alemán o francés que entre en España con sus triángulos homologados por la UE no podría ser multado, pues no se le puede exigir una norma técnica (V16 conectada) que no existe en su país. Esto podría chocar con el principio de libre circulación de vehículos y el reconocimiento mutuo de homologaciones de seguridad dentro del espacio comunitario.
Españoles en el extranjero: Al salir de nuestras fronteras, la V16 carece de validez legal como sustituto del triángulo en países como Francia o Portugal. El conductor español deberá llevar ambos dispositivos, duplicando costes y equipamiento, ya que la «nube de la DGT» no tiene jurisdicción fuera de la Península.
Dudosa legalidad y la avalancha de recursos
El horizonte judicial para 2026 se presenta tormentoso. Despachos de abogados y asociaciones de conductores ya afilan sus argumentos ante lo que prevén será una avalancha de multas de 200 euros. Los recursos se basarán en tres pilares fundamentales que ponen en duda la legalidad de la medida:
Ineficacia probada: La propia admisión de la DGT sobre los «50 metros» de visibilidad abre la puerta a alegar que el dispositivo no cumple su función de seguridad (preservar la integridad), convirtiendo la multa en una medida puramente recaudatoria y no preventiva.
Privacidad y Geolocalización (GDPR): Aunque la DGT insiste en que los datos son anónimos, la obligatoriedad de llevar un dispositivo con tarjeta SIM y GPS activo (que envía señal cada 100 segundos al activarse) genera recelos ante la Agencia Española de Protección de Datos. ¿Quién garantiza que esa geolocalización no se usará para verificar la velocidad media en un tramo antes de la avería?
Monopolio encubierto: Se obliga al ciudadano a comprar un dispositivo con caducidad (la conectividad dura 12 años) y fabricado por un número limitado de empresas homologadas, desechando una solución (los triángulos) que era universal, imperecedera y gratuita (venía con el coche).
https://noticiasciudadanas.com/fiasco-infografia-ia-ministerio-interior/
¿Rumbo a los tribunales europeos?
La imposición unilateral de una norma técnica que afecta al libre tránsito podría acabar en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Si se demuestra que la medida restringe desproporcionadamente el acceso de vehículos comunitarios a las carreteras españolas o impone cargas injustificadas a los consumidores sin una mejora evidente de la seguridad (recordemos los 50 metros), Europa podría tumbar la obligatoriedad exclusiva de la V16.
Por ahora, la DGT se mantiene firme, pero la grieta en su discurso es visible. Los conductores se enfrentan a una nueva realidad en 2026: pagar por un dispositivo que, bajo el sol de justicia de las carreteras españolas, quizás nadie vea hasta que sea demasiado tarde.
¿Qué puedes hacer ahora?
Dada la confusión actual, mi recomendación más valiosa es que no tires tus triángulos de emergencia todavía, aunque compres la baliza.
Seguridad: Si tienes una avería de día en una curva, el triángulo sigue siendo más seguro para «avisar antes» de llegar al coche.
Viajes: Si cruzas a Portugal o Francia, los necesitarás obligatoriamente, ya que la V16 allí no sirve como sustituto legal.
















