La asociación privada que gestiona el Mercado Municipal Central de Valencia NO consta en el Registro de Asociaciones para la Generalitat Valenciana
La asociación de vendedores del Mercado Central ha recibido una querella por administración desleal por parte de la otra asociación de vendedores y trabajadores del Mercado central, «La Cotorra». La querella se sustenta en la ausencia de estatutos en regla de la asociación que lleva la gestión del Mercado Central de Valencia.
La asociación privada de vendedores es la que lleva la gestión del Mercado Central, y aunque su concurso está expirado desde 2018, sigue efectuando esta tarea en precario, y el Ayuntamiento de Valencia, primero Carlos Enrique Galiana y ahora Santiago Ballester han permitido que siga en precario este contrato de gestión.
Especialmente hiriente es que se mantenga a pesar de las peticiones a Santiago Ballester cada vez mayores de la vuelta a la gestión municipal, o sea la remunicipalización de la gestión, ya que el edificio es de propiedad municipal, aunque la gestión lleva décadas privatizada.
Las irregularidades detectadas en la gestión se multiplican en los últimos años y desde concejalía y la propia alcaldesa María José Catalá siguen eludiendo sus funciones «in vigilando» y siguen haciéndose literalmente «los tontos» para no tomar la decisión a pesar de las irregularidades y problemas existentes.
Sin estatutos en regla una entidad que maneja más de 1,5 millones de presupuesto anual
Una investigación para comprobar que la nueva asociación tenía toda la documentación en regla ha dejado al descubierto que para Consellería la única asociación en el Mercado Central es la creada ahora hace más de año y medio denominada «La Cotorra» y ésto ha hecho que se pidiera la certificación de la otra asociación, La Asociación de Vendedores del Mercado Central de Valencia ante lo que las autoridades han asegurado que no tienen los estatutos actualizados y por tanto no está en regla.
La Asociación de Vendedores del Mercado Central de la Ciudad de Valencia se constituyó el 26 de marzo de 1.981. El pasado 11 de febrero uno de los asociados pidió a la Generalitat Valenciana que le diera traslado de los Estatutos actualizados, ya que no era posible obtenerlos de manera normal, ante lo que se encontró la afirmación de la Generalitat Valenciana con sorpresa de que en el Mercado Central sólo se encuentra registrada una asociación que es la de La Cotorra de reciente creación ( de menos de 2 años)
La Generalitat Valenciana emitió certificado, de fecha de 25 de febrero de 2025, firmado por la directora territorial de la Conselleria de Justicia y Administración Pública en el que se hace constar como asociación de vendedores del Mercado Central de Valencia es la ASOCIACIÓN DE COMERCIANTES Y EMPLEADOS DEL MERCADO CENTRAL Y CENTRO DE VALENCIA “LA COTORRA”.
La entidad querellante descubre que la última actualización y adecuación de los estatutos de la ASOCIACIÓN DE VENDEDORES DEL MERCADO CENTRAL DE LA CIUDAD DE VALENCIA, a la normativa aplicable, es de fecha 5 de julio de 1996, sin que ninguna otra adecuación de los mismos se haya producido administrativamente, como vienen siendo preceptivo, ni mucho menos depositados.
Cabe recordar que la ley orgánica 1/ 2002 de 22 de marzo, daba un plazo de dos años para adaptar los estatutos de las Asociaciones a la nueva normativa, plazo que finalizaba el 27 de mayo de 2004.
La propia ley establece lo siguiente:
«Las asociaciones no adaptadas, ni disueltas, que actúen, en su caso, sin haber regularizado su situación registral, se asimilarán a las asociaciones no inscritas a los efectos del artículo 10 de la Ley Orgánica 1/ 2002 de 22 de Marzo».
Así, en este caso la Asociación de vendedores que lleva la gestión del Mercado Central de Valencia no estaría inscrita como asociación y carecería de cualquier legitimidad, incurriendo en un fraude de ley en todas las contrataciones efectuadas desde el 27 de mayo de 2004.
Además recalca que «los asociados responderán solidariamente por las obligaciones contraídas por cualquiera de ellos frente a terceros, siempre que hubieran manifestado actuar en nombre de la asociación.»
¿Cómo es posible que una asociación que maneja más de 1,5 millones, concesionaria municipal y que recibe subvenciones públicas no esté al corriente de sus obligaciones?
Es la gran pregunta que nos hacemos ahora, porque esta entidad maneja un presupuesto de más de 1,5 millones de euros anuales y tiene contratadas a varias personas y servicios de múltiples empresas como seguridad y limpieza. Esta asociación recibe subvenciones directas del Ajuntament de Valencia y parece que no tiene los Estatutos en vigor, por lo que carecería de cualquier legitimidad para poder actuar.
De hecho no podría actuar desde 2004, ya que desde esa fecha sus estatutos no están depositados y por tanto no está inscrita en el registro de asociaciones, y como tal, no existe como asociación, por lo que no debería tener CIF y menos operar con él.
Una situación anómala e irregular que parece han obviado desde el Ayuntamiento de Valencia desde 2004, pasando por las concejalías Galiana y ahora Santiago Ballester.
Esto da cuenta del total descontrol en la función in vigilando de una concejalía totalmente anómala que aseguró en recientes documentos oficiales que «carece de cualquier protocolo de custodia de documentos».
Una concejalía donde sigue trabajando el fantasma de la Llongeta que se dedica por las noches a entrar con expedientes bajo el brazo y fotocopiar, nadie sabe qué… algo con lo que puso el grito la propia alcaldesa maría José catalá, pero que ahora como alcaldesa permite…
Un escándalo en mayúsculas
Este hecho debe hacer que hoy mismo el Ayuntamiento intervenga el Mercado Central y recupere su gestión, y se persone como acusación particular en la demanda, al ser un edificio de su propiedad, un mercado municipal, de no hacerlo, estaría colaborando con estas actividades irregulares, y por tanto en caso de delito sería cómplice del mismo.
¿Cómo es posible que la gerente del Mercado y en oficinas no se hayan dado cuenta? ¿Y el Ayuntamiento?
Todo esto tiene muchas más consecuencias de las que nos podemos imaginar, ya que de demostrarse que carecen de legitimidad para actuar todas las actuaciones desde 2004 serían nulas de pleno derecho y los perjudicados podrían presentarse como afectados y reclamar daños, y la gran pregunta, ¿cómo es posible que cada año reciba una cuantiosa subvención municipal y nadie se haya dado cuenta de esto? ¿Dónde están los controles tan exhaustivos para unos y tan laxos para otros? ¿Qué ha fallado?
Así, el escándalo es mayúsculo ya que la asociación que regenta la gestión del Mercado no existiría jurídicamente y estaría operando según lo visto en una situación completamente irregular.
La asociación La Cotorra sigue pidiendo reunión con Santiago Ballester que sigue sólo reuniéndose con la asociación que para la Generalitat Valenciana no existe.
Tras conocer estos hechos desde La Cotorra han solicitado nuevamente reunión con la alcaldesa y con el concejal, una reunión con el concejal que llevan esperando más de 18 meses sin ninguna respuesta, y la respuesta de la alcaldesa es derivarlo a su concejal que no se reúne con ellos.
La alcaldesa para no ser cómplice ha de tomar cartas inmediatamente en el asunto y quizá debería comenzar por cesar a su concejal y pedir explicaciones, pero de momento deberá intervenir el Mercado Central Municipal y revisar toda la documentación y de no estar en regla como parece, deberá actuar, porque gestionan un patrimonio municipal, el presupuesto que manejan es de más de 1,5 millones al año y reciben cuantiosas subvenciones municipales.
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