El icónico solar de las antiguas Bodegas Vinival será transformado en un nuevo barrio con viviendas, servicios y espacios verdes
La transformación urbana vuelve a situarse en el centro del debate metropolitano con un ambicioso proyecto que promete dar una nueva vida al solar de las antiguas Bodegas Vinival, un enclave fronterizo entre Valencia y Alboraya que ha permanecido degradado durante años. En apenas dos años comenzará la urbanización de esta zona industrial abandonada, donde se prevé la construcción de cerca de mil viviendas, incluyendo una parte significativa de protección oficial.
Este proyecto, impulsado por la promotora Metrovacesa, busca no solo revitalizar el entorno urbano, sino también sentar las bases de un nuevo modelo de ciudad de proximidad con servicios, comercio, equipamientos públicos y un diseño urbano integrador.
Un nuevo barrio sobre una memoria industrial
El solar donde se ubican las históricas Bodegas Vinival, diseñado originalmente en los años 70 por los arquitectos Luis Gay y Juan Antonio Hoyos, representa para muchos vecinos un símbolo de la Alboraya industrial que conectaba con la expansión de Valencia. Desde 2017, Metrovacesa ostenta la mayoría de los terrenos, y tras un largo proceso de tramitación urbanística, en enero de 2025 el Ayuntamiento de Alboraya aprobó el desarrollo del plan.
El arquitecto Juan Herreros, encargado del diseño urbanístico, ha planteado una actuación que no solo contempla la construcción de viviendas, sino también la conservación patrimonial de las bodegas originales. Aunque aún no se ha concretado el uso exacto de estos edificios emblemáticos, se baraja una función cultural y comercial, como centro gastronómico o espacio de ocio.
¿Qué incluye el plan urbanístico de Vinival?
El desarrollo de Vinival abarca una superficie extensa y ha sido rediseñado para dar respuesta a las inquietudes de los vecinos. Algunas de las claves del proyecto son:
- Casi 1.000 viviendas, de las cuales 313 serán de protección oficial, para facilitar el acceso a la vivienda.
- 37.000 m² de zonas verdes y plazas públicas, creando pulmones urbanos que favorezcan la vida vecinal.
- 630 plazas de aparcamiento público para responder a la futura demanda.
- 20.000 m² destinados a uso terciario, donde se instalarán comercios, oficinas y servicios.
- Una parcela de más de 7.000 m² para un centro escolar y otra de más de 3.000 m² para un centro de salud.
- Modificación en la altura de los edificios y reducción del número de viviendas respecto al plan original, para mejorar la integración con el entorno.
Opiniones vecinales: del escepticismo a la esperanza
En sus inicios, el proyecto generó dudas entre los vecinos, especialmente por la escala de las edificaciones y la falta de información. Sin embargo, tras los cambios introducidos y el diálogo abierto con la comunidad, gran parte del vecindario se muestra ahora a favor.
Jerusalén Sierra, Lucía Guardiola y Rosalía Martínez, miembros de la Asociación Sí al Proyecto de Vinival, expresan con claridad su postura: “Lo que antes era un terreno olvidado, ahora puede convertirse en un barrio con vida. Necesitamos servicios, un centro de salud y colegios. Vinival no es solo un proyecto, es una oportunidad para mejorar nuestras vidas”, comenta Rosalía.
Un horizonte temporal: obras en 2026
La hoja de ruta contempla que la urbanización de la zona comience en 2026, una vez se obtenga el visto bueno definitivo por parte de la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, encargada de aprobar la planificación y aspectos técnicos del espacio público. Solo entonces Metrovacesa podrá iniciar las obras previas a la edificación y, posteriormente, la comercialización de las viviendas.
Este proceso, aunque todavía requiere tramitaciones administrativas, representa un paso decisivo en la regeneración urbana del área metropolitana de Valencia. Para muchos vecinos, esta actuación supone dejar atrás un pasado de abandono y dar la bienvenida a una nueva etapa marcada por la cohesión urbana y la sostenibilidad.
Reflexión: ¿puede Vinival ser un modelo de regeneración?
El caso Vinival plantea una pregunta clave: ¿pueden las antiguas zonas industriales convertirse en espacios vivos, sostenibles y llenos de oportunidades para sus vecinos? La apuesta de Alboraya y Valencia por transformar este entorno en un nuevo barrio podría convertirse en un ejemplo replicable para otras áreas metropolitanas que aún conservan solares vacíos o en desuso.
Sin embargo, para que este modelo tenga éxito, es imprescindible que se mantenga una escucha activa a las necesidades vecinales, se garantice la accesibilidad a la vivienda y se respeten los valores culturales del lugar. La rehabilitación del patrimonio, la creación de zonas verdes y la dotación de servicios deben ir de la mano con una planificación participativa y transparente.
¿Crees que el proyecto de Vinival cambiará para bien esta parte de la ciudad? ¿Qué elementos crees que deberían priorizarse en la nueva urbanización? Déjanos tu opinión en los comentarios.