El Consell prorroga la suspensión de licencias para salas de apuestas y tragaperras en bares, mientras se evalúa su efecto social y sanitario en las zonas más afectadas por el temporal
Más tiempo para reflexionar sobre el modelo de ocio
La Generalitat Valenciana ha decidido extender hasta un año más la moratoria que impide la apertura de nuevos establecimientos de juego y la instalación de máquinas tragaperras en locales de hostelería. La medida, que ya estaba en vigor desde hace meses, responde ahora a un doble objetivo: finalizar los estudios sobre el impacto social de estas actividades y adaptarse a las consecuencias derivadas de la DANA del pasado 29 de octubre.
Desde el Consell se señala que esta decisión no es solo una respuesta técnica, sino también política y social. “Queremos planificar de forma responsable el crecimiento de un sector que ha generado preocupación en barrios vulnerables y que ahora, tras la DANA, podría agravar situaciones ya delicadas”, han declarado fuentes de la administración autonómica.
DANA y vulnerabilidad: una relación preocupante
El temporal del 29-O dejó huella en muchas zonas de la Comunitat Valenciana, especialmente en municipios de La Ribera, l’Horta Sud y la Safor. La pérdida de viviendas, empleo e infraestructuras ha aumentado la fragilidad social de miles de personas, en contextos donde la presencia de salones de juego ya generaba debate.
Según expertos en salud pública, tras una catástrofe natural existe un riesgo elevado de que las personas recurran a formas de evasión o de esperanza económica rápida, como el juego. Por eso, la Generalitat considera que mantener el “bloqueo preventivo” a nuevas aperturas es una medida de protección frente a posibles dinámicas de adicción o sobreendeudamiento.
Estudios en marcha: salud pública y planificación urbana
Durante el periodo de moratoria, la administración está llevando a cabo varios estudios para evaluar el impacto real del sector del juego en la salud mental y económica de la ciudadanía. Se trata de un análisis conjunto entre las consellerias de Sanidad, Igualdad y Hacienda, con la colaboración de universidades y centros de investigación.
Además, se revisarán criterios de planificación urbana. La proliferación de salas de juego cerca de centros escolares, espacios de ocio juvenil o barrios de renta baja ha sido una constante preocupación en los últimos años. La intención es establecer nuevas reglas que limiten la densidad y proximidad de estos locales.
Apoyo del tercer sector y asociaciones vecinales
La medida ha sido bien recibida por plataformas vecinales, colectivos de prevención de adicciones y asociaciones juveniles. En barrios como Orriols, Patraix o el Cabanyal, donde el impacto del juego se ha hecho notar especialmente, la noticia ha generado un alivio palpable.
“Es una oportunidad para pensar en un modelo de ocio más saludable, más comunitario y menos dependiente de la adicción al azar”, afirmó una portavoz de una asociación de madres en València. Para estas entidades, la clave está en aprovechar esta moratoria para impulsar alternativas culturales, deportivas y educativas en los entornos más afectados.
El sector del juego, en alerta
Por su parte, los representantes del sector del juego han manifestado su malestar por lo que consideran “una criminalización injusta” de su actividad. Argumentan que la mayoría de locales cumple con la normativa y que el juego recreativo es una forma de ocio legítima para miles de personas.
Algunas patronales han advertido de que la prórroga de la moratoria podría suponer el cierre de pequeñas empresas y la pérdida de empleos. También exigen que los estudios se hagan con rigor y sin sesgo ideológico. No se descarta que presenten recursos legales si consideran que la paralización se prolonga sin justificación suficiente.
Una decisión que marca tendencia
Con esta decisión, la Comunitat Valenciana se alinea con otras regiones que han optado por frenar la expansión del juego presencial, como Baleares, Aragón o Navarra. La diferencia es que en este caso, la medida se articula no solo desde una visión preventiva, sino como respuesta a un contexto de emergencia social post-DANA.
Para el Consell, se trata de una decisión estratégica. “El juego debe ser regulado con criterios sociales, no solo económicos. Y ahora mismo, lo social exige prudencia”, concluyen desde la Generalitat.
Conclusión: tiempo para repensar el juego
La ampliación de la moratoria no es una medida aislada, sino parte de una reflexión más profunda sobre qué tipo de ocio queremos fomentar tras una crisis como la vivida el 29-O. Con los estudios en curso y la sociedad movilizada, se abre una ventana para repensar el equilibrio entre libertad económica y protección ciudadana.
¿Y tú? ¿Crees que hay demasiadas salas de juego en tu barrio? ¿Qué alternativas propondrías para un ocio más sano?