La impugnación presentada por el Gobierno central pone en suspenso parte de los cambios aprobados por el Consell, que podrían alterar la protección del histórico paisaje agrícola valenciano
Una ley que protege un símbolo de identidad
El Tribunal Constitucional ha decidido admitir a trámite el recurso interpuesto por el Gobierno de España contra la modificación de la Ley de la Huerta de Valencia aprobada por el actual Consell. La decisión, comunicada este jueves, activa automáticamente la suspensión cautelar de algunos de los artículos reformados y abre un proceso legal que podría marcar un antes y un después en la gestión del patrimonio agrícola y ambiental valenciano.
La Ley de la Huerta, aprobada en 2018 tras un amplio consenso político y social, establecía un marco legal de protección para uno de los paisajes culturales más emblemáticos de la Comunitat Valenciana. Con la modificación impulsada por el nuevo ejecutivo autonómico, que cuenta con el apoyo de PP y Vox, se introdujeron cambios que según el recurso del Estado podrían vulnerar competencias estatales y debilitar la defensa de este entorno singular.
¿Qué cambia la nueva ley?
La reforma del Consell elimina algunos mecanismos de protección urbanística, reduce el control del Consell de l’Horta como ente de coordinación y permite usos no agrícolas en determinados suelos hasta ahora blindados. Desde la Generalitat se argumentó que estos cambios facilitarían la viabilidad económica de los pequeños agricultores y desburocratizarían la gestión del territorio.
Sin embargo, organizaciones ecologistas, sindicatos agrarios, plataformas ciudadanas y formaciones de la oposición denunciaron que la reforma abría la puerta a una mayor presión urbanística y a la pérdida de cohesión en la planificación del área metropolitana.
“El nuevo texto debilita la planificación unificada y permite decisiones aisladas que podrían ir en contra del interés general del territorio”, advertía un portavoz de Per l’Horta.
El Gobierno central, en defensa de la competencia estatal
El recurso presentado por el Ejecutivo estatal se basa en la posible invasión de competencias sobre ordenación del territorio y medio ambiente, así como en la vulneración de los principios constitucionales de protección del patrimonio natural. La Moncloa señala que algunas de las modificaciones podrían desvirtuar el carácter estratégico de la huerta como sistema agrícola periurbano y recurso cultural protegido.
Al admitir a trámite el recurso, el Constitucional activará una suspensión cautelar de los artículos impugnados durante al menos cinco meses, o hasta que dicte sentencia definitiva.
Reacciones en clave valenciana
La noticia ha generado una fuerte reacción política y social en Valencia. Desde la oposición, Compromís y PSPV han celebrado la decisión del tribunal como una “oportunidad para frenar el deterioro legal de la huerta”. La diputada Aitana Mas ha afirmado que “es una victoria para quienes defendemos el paisaje, el territorio y un modelo de ciudad sostenible”.
Por su parte, desde el Consell se ha restado importancia a la admisión a trámite y se ha defendido la legalidad y legitimidad de la reforma. “Es una cuestión competencial, no de fondo. El Constitucional aún no ha dicho que la norma sea inconstitucional”, afirmó el conseller de Medio Ambiente.
Las plataformas ciudadanas, mientras tanto, piden más: la retirada total de la reforma y la apertura de un nuevo proceso de diálogo participativo para redefinir el futuro de la Huerta.
¿Qué está en juego?
Más allá del debate jurídico, el conflicto sobre la Ley de la Huerta es también una disputa sobre el modelo de ciudad, la relación con el territorio y la sostenibilidad futura de Valencia. La huerta no es solo un espacio agrícola; es también un patrimonio vivo, un filtro climático, una reserva de biodiversidad y una memoria histórica del vínculo entre ciudad y campo.
Su preservación es vital en un contexto de cambio climático, expansión urbana y pérdida global de suelo fértil.
Conclusión: la batalla legal por la Huerta no ha hecho más que empezar
La decisión del Constitucional supone una pausa necesaria para evaluar el impacto de los cambios legislativos impulsados por el Consell. Pero también evidencia que la Huerta de Valencia es mucho más que un terreno cultivado: es un símbolo, un pulmón y una promesa de futuro sostenible.
¿Debe la legislación adaptarse a nuevos usos o blindarse ante cualquier intento de transformación? ¿Qué papel debe jugar la ciudadanía en esta protección?
📷 Sugerencias de imágenes:
- Campos de la huerta con Valencia al fondo, mostrando el contraste urbano-rural.
- Manifestación ciudadana en defensa de la Huerta.
- Panel explicativo del Parc Agrari de l’Horta o zona regada con acequias tradicionales.
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- Vista aérea de la Huerta de Valencia junto a zonas urbanas afectadas por la reforma de la ley.
- Ciudadanos protestan contra la modificación de la Ley de la Huerta frente al Palau de la Generalitat.
- Paisaje agrícola de la Huerta con sistema de acequias tradicionales.