El difuso criterio de permitir o no verbenas junto a BRL y BIC
El palacete y el jardín de Ayora (ojo Ayora, por el apellido Ayora, propietarios del edificio y del jardín, aunque el Ajuntament de Valéncia se empeña en cambiarlo de nombre por Aiora), es BRL y tiene su correspondiente ficha dentro del catálogo municipal, con su protección patrimonial. Aún así, el extraño y caprichoso criterio del Ajuntament de Valéncia ha sido el de permitir, pegado a la fachada, una verbena de San Juan, junto al muro del BRL, en un espacio que se encuentra dentro del área de protección libre de ocupación del jardín.
El Festival VIHvisibles no, pero otras fiestas sí
El Ajuntament de Catalá deniega el permiso de ocupación para el festival VIHsibles
Todo esto surge precisamente por la negativa de autorizar conforme a ley un festival de música el VIHvisibles del Comité Antisida de Valencia que coorganiza con la falla Plaza del Árbol por estar pegado a un BIC, la excusa esgrimida fue el propio Plan de Protección de Ciutat Vella (PEP), el mismo que se salta a la torera el Ayuntamiento de Valencia casia diario sin ningún rubor, como estos días sucede frente a la puerta principal de la Lonja donde el propio Ayuntamiento ha autorizado un contenedor de obra.
¿Cuál es el criterio objetivo?
Pues parece que no lo hay, puesto que con estas decisiones el consistorio demuestra una total ausencia de objetividad, autorizando verbenas y orquestas de la Asociación de Vendedores del Mercado Central pegadas al Palau dels Eixarchs; permite también cocinar paellas dentro del monumento del Mercado Central (aunque sigue negando la evidencia el concejal); y también se ha permitido a la misma asociación elaborar unas paellas en un solar del centro protegido. Sin embargo, al festival VIHsibles no se le autoriza aplicando un criterio patrimonialista que debería ser extensible a todos los BIC y BRL de la ciudad de Valencia y no a unos sí y a otros no, dependiendo desde donde sople el viento.
¿Cuál es el criterio? ninguno…
El propio concejal Santiago Ballester devolvió los fuegos artificiales a la terraza del Ayuntamiento de Valencia, y en una reunión de la Comisión Municipal de Patrimonio llevó un informe de parte de la propia empresa pirotécnica, no permitiéndose sobre la parte BIC del edificio (parte superior de la terraza del museo), pero consintiéndolo desde otros puntos de la terraza, a pesar de ser un BRL, sin especificar en que articulado de las normas urbanísticas del PEP se hace diferenciación alguna entre la protección extensible en un BIC y en un BRL, escudándose única y exclusivamente en el informe de la Comisión Municipal de Patrimonio que acepta como válidos los informes de la parte interesada en lanzar los fuegos artificiales.
Una Comisión cuya credibilidad está más que en entredicho, desde hace años, cuando autorizó el anclaje de unos focos en el puente del Real (BRL), que se tuvieron que retirar deprisa y corriendo tras la denuncia de la asociación Círculo por la Defensa del Patrimonio y la intervención del Síndic. Una Comisión que parece intervenir sólo cuando le interesa, poniéndose de perfil en temas mucho más graves y serios, como todo lo que ocurrió en las Fallas de 2018 y 2019, cuando se autorizaron verbenas, macro conciertos, etc. en el entorno monumental más importante de la ciudad: La Lonja de los Mercaderes, Patrimonio de la Humanidad UNESCO.
Con actuaciones como esta, queda patente que el criterio del Ayuntamiento de Valencia es aleatorio, caprichoso y subjetivo. Un criterio que responde más al deseo del concejal de turno y de la alcaldesa, y que a estas alturas nadie puede entender. Parece que el criterio va en función del amiguismo con la alcaldesa o con el concejal de turno de los organizadores. Con actuaciones como esta, el Ayuntamiento de Valencia de María José Catalá vuelve a quedar en evidencia. Sin rumbo, sin criterio y sin objetividad.