Desde el 20 de junio de 2025, los consumidores europeos encontrarán nuevos criterios obligatorios de sostenibilidad en tabletas y smartphones.
Dos reglamentos aprobados por la Comisión Europea entraron en vigor con el objetivo de mejorar la eficiencia energética, alargar la vida útil de los dispositivos y facilitar su reparación.
¿Mi smartphone o tablet cumple la nueva normativa europea?, puedes leer este artículo y ver si cumple con lo que desde ahora se va a exigir a todos los dispositivos que se vendan desde ya.
El cambio afectará directamente tanto a fabricantes como a compradores, fomentando un consumo más responsable y consciente.
Estas medidas llegan tras años de reclamaciones por parte de asociaciones de consumidores y organizaciones medioambientales, que han denunciado la obsolescencia prematura de muchos dispositivos.
Con estos reglamentos, la Unión Europea da un paso firme hacia la economía circular tecnológica, en la que los dispositivos duren más y se aprovechen mejor los recursos utilizados para fabricarlos.
Es de obligado cumplimiento en España desde el 20 de junio de 2025
¿Qué es la obsolescencia programada?
La obsolescencia programada es una estrategia en la que los fabricantes diseñan productos para que tengan una vida útil limitada, esa vida útil la programan de manera que dejan de funcionar cuando ellos lo deciden.
Al volverse obsoletos y sin poder darles uso, el consumidor no tiene más remedio que comprar uno nuevo
La obsolescencia programada es la obscenidad del consumismo
Si un producto como por ejemplo, una impresora deja de funcionar tal día por la programación que tiene, es posible reprogramarla y que funcione de nuevo.
Es decir. es un chip al que se le dice cuando va a dejar de funcionar, pero no significa que no sirva, sino que ellos dicen que ya no sirve...una locura.
Diseño ecológico y normas de durabilidad
El primer reglamento, centrado en el diseño ecológico, establece requisitos técnicos mínimos obligatorios para todos los modelos de tabletas y smartphones que se comercialicen en la UE. Entre ellos destacan:
- Mayor resistencia a rayones accidentales (nivel 4 en la escala de Mohs).
- Protección básica frente a derrames de agua.
- Baterías reemplazables por el usuario, a menos que duren más de 1.000 ciclos (unos 5 años) conservando al menos el 80 % de su capacidad original.
- Normas claras de desmontaje para evitar el uso de pegamentos y herramientas exclusivas del fabricante.
- Disponibilidad de piezas de repuesto hasta 7 años después del fin de la venta del modelo, y envío en un plazo máximo de 10 días hábiles.
- Actualizaciones del sistema operativo durante 5 años tras el descatalogado del producto.
Estas medidas permitirán que menos dispositivos se desechen prematuramente, reduciendo así el volumen de residuos electrónicos y el impacto ambiental de la industria tecnológica.
Nueva etiqueta energética: más información para elegir mejor
El segundo reglamento introduce una etiqueta energética específica para tabletas y móviles, que informará al consumidor de forma clara y visual sobre distintos aspectos clave del dispositivo.
Por primera vez, se incluirán criterios como la reparabilidad, junto a otros ya conocidos como la eficiencia energética o la duración de la batería.
Esta etiqueta incluirá:
- Código QR con acceso al registro EPREL para consultar detalles técnicos del modelo.
- Clase de eficiencia energética, basada en el tamaño, capacidad y consumo de batería.
- Autonomía real de la batería, expresada en horas y minutos.
- Resistencia a caídas, según pruebas de impacto desde un metro de altura.
- Clase de reparabilidad, según facilidad de desmontaje, disponibilidad de recambios y duración del soporte técnico.
- Vida útil de la batería, medida en ciclos de carga y descarga sin pérdida excesiva de capacidad.
- Protección frente a agua y polvo, según el estándar IP (cuanto mayor el número, mayor la protección).
Este etiquetado será obligatorio para todos los nuevos dispositivos comercializados a partir del 20 de junio de 2025, y permitirá a los consumidores comparar modelos con criterios objetivos y sostenibles.
Comprar bien y reparar mejor
Según encuestas recientes, la vida media de una tablet es de 5 años y 8 meses, aunque varía según la marca.
Muchas personas cambian de dispositivo por obsolescencia percibida más que por fallos reales.
Sin embargo, estos cambios frecuentes tienen un alto coste ambiental.
Cada tablet contiene más de 60 elementos, muchos de ellos materiales críticos y escasos, como el litio, y solo se recupera alrededor del 1 % de los componentes de alta tecnología durante el reciclaje.
Por eso, en la era de los recursos limitados, alargar la vida útil de cada dispositivo es una necesidad ambiental.
Escoger una tablet más duradera, con mejor procesador, batería y almacenamiento, puede suponer más años de uso sin perder rendimiento, frenando la obsolescencia y reduciendo el impacto ecológico. Además, reparar en lugar de reemplazar debe convertirse en la primera opción.
Desde organizaciones como OCU celebran que por fin se avance en la dirección correcta, aunque aún queda camino por recorrer, los consumidores deben seguir exigiendo dispositivos más justos, sostenibles y duraderos.
Consulta la normativa al completo
https://eur-lex.europa.eu/eli/reg_del/2023/1669