El Abandono persistente de los Tinglados 4 y 5: otro capítulo amargo del gobierno de María José Catalá
Los Tinglados del Puerto de Valencia representan un testimonio vivo de la arquitectura industrial modernista, erigidos entre 1911 y 1914 como parte del ambicioso Plan General de Ensanche y Mejora del Puerto, impulsado por los ingenieros José María Fuster y Fausto Elío Vidarte.
Estas estructuras de hierro, decoradas con multitud de elementos ornamentales, fueron diseñadas para almacenar mercancías agrícolas en auge, como naranjas y arroz, reflejando el boom exportador de la época.
Clasificados como Bienes de Relevancia Local (BRL), forman parte del patrimonio marítimo de la ciudad, integrando funcionalidad con estética art nouveau, y han sido testigos de transformaciones urbanas, desde el comercio tradicional hasta eventos como la Copa del América o la Fórmula 1.
Sin embargo, su historia reciente es un relato de negligencia, donde el deterioro avanza inexorablemente ante la inacción administrativa y las disputas políticas. El declive comenzó a hacerse evidente en las primeras décadas del siglo XXI, con los tinglados sufriendo el paso del tiempo y la exposición al salitre marino.
En febrero de 2013, hace más de doce años, la asociación Círculo por la Defensa del Patrimonio Cultural presentó su primera denuncia ante el Ayuntamiento de Valencia y la Conselleria de Cultura, alertando sobre el abandono y la degradación de los Tinglados 2, 4 y 5. Esta queja inicial, fechada el 14 de febrero, no recibió respuesta, lo que llevó a la entidad a acudir al Síndic de Greuges en junio de ese año.
El expediente se cerró prematuramente debido a la pérdida y/o desaparición, por parte de los responsables del Registro de Entrada, quienes no asignaron el correspondiente número, colocando únicamente un sello que no sirvió para nada. Un episodio que ya entonces revelaba la desidia y el desinterés burocrático de las administraciones públicas valencianas.
Denuncias desde hace más de doce años
La persistencia de la asociación fue notable: reaperturas de quejas en febrero de 2015, abril de 2016 y diciembre de 2017 documentaron un agravamiento del estado, con vidrieras rotas, estructuras oxidadas, vegetación invasora, excrementos de aves y grafitis vandálicos.
El Síndic emitió tres recomendaciones clave: en agosto de 2015, urgiendo medidas de conservación; en septiembre de 2016, exigiendo esfuerzos extremos para el mantenimiento; y en abril de 2018, recomendando una rehabilitación integral.
Sin embargo, las respuestas administrativas fueron evasivas, citando un convenio de 2013 que transfería responsabilidades al Consorcio Valencia 2007, aunque este nunca asumió plenamente las obras. Por ejemplo, el Ayuntamiento alegó que los Tinglados 4 y 5 no habían sido entregados por la Generalitat, limitándose a parches temporales en el Tinglado 2. En 2018, el Servicio de Patrimonio rechazó la tercera recomendación, argumentando que no existía obligación legal para una rehabilitación completa, pese a que se iniciaron procesos preliminares.
La prometida rehabilitación que nunca llega
Este patrón de dilaciones culminó en marzo de 2024, cuando el Ayuntamiento de Valencia, bajo el equipo de gobierno de María José Catalá, anunció a bombo y platillo la aprobación de los proyectos de rehabilitación. El Tinglado 4, con un presupuesto de 3,7 millones de euros adjudicado a una empresa especializada, y el Tinglado 5, redactado por otra firma, sumaban un total de 7,2 millones.
https://noticiasciudadanas.com/rehabilitacion-tinglados-4-y-5-del-puerto/
La Junta de Gobierno Local destacó que estos trabajos conectarían La Marina con la ciudad, restaurando elementos ornamentales y adaptando los espacios para usos culturales e innovadores.
El proceso, iniciado en 2019, había tardado casi cinco años en aprobarse, tras superar trabas urbanísticas y actualizaciones de fichas de protección. Sin embargo, este anuncio, que parecía un punto de inflexión, se reveló como otro espejismo. A fecha de septiembre de 2025, las obras permanecen paralizadas, acumulando más de un año de inactividad desde la aprobación.
Nuevas denuncias por el estado de los tinglados en septiembre de 2025
Denuncias recientes de Círculo por la Defensa del Patrimonio, destacan que el deterioro se acelera: pérdida de carpinterías de madera, oxidación avanzada y pintadas delictivas continúan degradando estas joyas patrimoniales.
El Ayuntamiento culpa al gobierno anterior (de Compromís y PSPV) por los retrasos iniciales, mientras la oposición contraataca recordando compromisos incumplidos del actual equipo.
https://x.com/GHPatrimonioVLC/status/1963553795880726761
Pero esta «guerra de siglas» se evidencia en la hemeroteca: respuestas absurdas a denuncias pasadas, como la pérdida de expedientes o transferencias de culpa entre entidades, ilustran una hipocresía bipartidista donde el patrimonio se usa como pelota política. Mientras tanto, iniciativas paralelas en el puerto, como la regeneración del Paseo Elevado o el Edificio del Reloj en 2025, avanzan, resaltando la incongruencia.
Los Tinglados, que podrían revitalizar La Marina como espacios culturales, languidecen en un limbo administrativo, con retrasos y dilaciones que pretenden ser justificadas con argumentos tan manidos y desgastados tanto por el gobierno, como por la oposición, en el presente y en el pasado.
Es imperativo que gobierno y oposición cesen sus peleas absurdas e infantiles y prioricen la acción: licitar las obras, asegurar fondos y cumplir recomendaciones pendientes. Valencia no puede permitirse perder más de su herencia industrial; urge una rehabilitación real, no más promesas vacías, para preservar estos emblemas del patrimonio industrial valenciano para generaciones futuras.