El empresario Víctor de Aldama, implicado en el Caso Koldo, lanza graves acusaciones contra el presidente del Gobierno tras salir de prisión, asegurando que aportará pruebas para respaldar sus declaraciones.
Víctor de Aldama, conocido por su papel en el mediático Caso Koldo, abandonó este jueves la prisión de Soto del Real tras una extensa declaración de 11 horas en la Audiencia Nacional. Apenas unos minutos después de recuperar su libertad, el empresario aprovechó para cargar duramente contra Pedro Sánchez, acusándolo de mentiroso y asegurando que aportará pruebas para respaldar sus palabras. “Como tantas pruebas quiere, que no se preocupe, que las va a tener”, afirmó a los medios congregados en las inmediaciones del centro penitenciario.
El enfrentamiento entre Aldama y Sánchez se remonta a las declaraciones del presidente en las que negó cualquier relación con el empresario. Sin embargo, una fotografía publicada por el diario El Mundo, que mostraba a ambos juntos en un mitin político de 2019, puso en entredicho su versión. Para Aldama, esta imagen es solo el principio de una serie de pruebas que desmienten las palabras del presidente. “Sánchez es un mitómano y parece tener alzhéimer. Cuando le preguntaron en el Congreso y en Portugal si me conocía, no contestó. Pero cuando aparece la foto, cambia su versión”, declaró, aludiendo a una supuesta contradicción en las respuestas del presidente.
El empresario fue más allá al insinuar que su encuentro con Sánchez no fue fortuito, como este ha asegurado. “Él dice que se hace fotos con cualquiera, pero esas fotos no se hacen en la calle, sino en zonas privadas”, afirmó Aldama, poniendo en duda las explicaciones dadas por el líder del Ejecutivo. Estas declaraciones, cargadas de insinuaciones, alimentan aún más el interés público y mediático en torno al Caso Koldo, una investigación que sigue bajo secreto de sumario y que involucra la supuesta gestión irregular de comisiones y contratos públicos.
La puesta en libertad de Aldama se produce después de que el juez Santiago Pedraz dictara su excarcelación, argumentando que el empresario ha mostrado disposición para colaborar con la justicia. Desde su ingreso en prisión el pasado 10 de octubre, Aldama estaba siendo investigado por un caso de fraude relacionado con hidrocarburos, pero su defensa ha subrayado su intención de facilitar el esclarecimiento de los hechos en todas las causas abiertas en su contra. A pesar de su liberación, Aldama deberá cumplir ciertas condiciones impuestas por el juez, como fijar un domicilio, comparecer semanalmente en el juzgado y no salir del territorio nacional.
Mientras tanto, desde Moncloa han mantenido silencio sobre las nuevas acusaciones vertidas por Aldama. Fuentes cercanas al Ejecutivo han calificado las declaraciones como “infundadas” y han reiterado que las acusaciones del empresario forman parte de una estrategia de defensa para desviar la atención de sus propios problemas legales. Sin embargo, el eco mediático de sus palabras y la promesa de nuevas pruebas ponen a Sánchez en una posición complicada, especialmente en un contexto político ya marcado por la tensión y la desconfianza.
El Caso Koldo, en el que Aldama juega un papel central, ha suscitado gran interés debido a las implicaciones políticas y económicas que podría tener. Aunque los detalles permanecen bajo secreto judicial, se investiga una presunta red de corrupción vinculada a comisiones irregulares y blanqueo de capitales. Las acusaciones de Aldama y sus insinuaciones sobre una relación directa con el presidente del Gobierno añaden una nueva dimensión al caso, que podría tener repercusiones en el panorama político nacional.
El futuro de este enfrentamiento dependerá en gran medida de las pruebas que Aldama asegure presentar en los próximos días. Si estas evidencias resultan ser contundentes, podrían abrir nuevas líneas de investigación y poner en aprietos a Pedro Sánchez. Por el contrario, si las pruebas no se materializan, las declaraciones del empresario podrían ser percibidas como un intento desesperado por desviar la atención sobre su propia situación judicial.
¿Estamos ante un caso que cambiará el rumbo de la política española o es una estrategia más de un imputado para librarse de la justicia? La respuesta a esta pregunta dependerá del desarrollo de las investigaciones y de la solidez de las pruebas que Aldama dice tener. En un contexto donde la credibilidad y la transparencia están en el centro del debate público, este caso se presenta como una prueba de fuego tanto para la justicia como para el Ejecutivo.