La organización agraria AVA-ASAJA pide a la nueva Eurocámara un replanteamiento de las políticas para garantizar la rentabilidad de los agricultores y ganaderos
Si había un sector especialmente atento a los resultados de las elecciones europeas ese es el agrario, porque de las normativas que emanan de Bruselas depende su futuro. El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), Cristóbal Aguado, subraya “la enorme abstención que hay en los comicios europeos (la participación en España no llega ni al 50%, once puntos por debajo de las anteriores elecciones) y el castigo evidente a los políticos que no escuchan lo suficiente a la sociedad y al sector agrario en particular. A la vista de los resultados, algo no estarán haciendo bien los políticos que están en los gobiernos y especialmente en la Comisión Europea”.
Aguado resalta “la preferencia por los grandes partidos europeístas” pero añade que “sería bueno que dependieran menos de pequeños grupos con filosofías radicales que están tensando demasiado las diferencias de producción entre los europeos y los países terceros que exportan a Europa. Cuando se tensa en exceso la ideología, el bienestar social también se resiente”.
Por ello, el dirigente agrario apunta como reto que “los europeos se sientan debidamente escuchados y atendidos. Hay que recuperar el diálogo y el consenso con los sectores económicos como el agrario y reorientar las políticas priorizando la agricultura europea sobre las normativas medioambientales, siempre basadas en criterios científicos y no ideológicos”.
AVA-ASAJA pide a la nueva Eurocámara un replanteamiento de las políticas para garantizar la rentabilidad de los agricultores y ganaderos y, por tanto, la soberanía alimentaria europea. Entre sus principales reivindicaciones destacan la reciprocidad con las importaciones para evitar la competencia desleal, un mayor control fitosanitario, la disponibilidad de soluciones contra las plagas y enfermedades, reducir la burocracia, flexibilizar las exigencias agroambientales, reequilibrar la cadena alimentaria europea, apostar por las nuevas técnicas genómicas, una política hidrológica europea y una Ley de Restauración de la Agricultura.