La ilusión de los grandes descuentos del Black Friday se desmorona cuando exempleados de comercios revelan que las «ofertas» son más falsas que un billete de 3 euros. Entre etiquetas rascadas y precios inflados, el consumidor queda atrapado en una red de márketing descarado.
El día en que el consumidor compra con fe (y sin comparar)
El Black Friday, ese día del año en que miles de personas despiertan con el único propósito de gastar lo que no tienen en cosas que no necesitan. Las tiendas prometen rebajas históricas, y los consumidores, armados con sus tarjetas de crédito, se lanzan al campo de batalla. Sin embargo, tras la euforia inicial, llegan las sospechas: ¿realmente estaban tan baratos los productos?
La respuesta, tristemente, es no. Ejércitos de exempleados de comercios están empezando a confesar lo que muchos ya sospechaban: el Black Friday no es una jornada de descuentos, sino una obra maestra del ilusionismo. Lo único que desaparece aquí es tu dinero.
“La estrategia del ‘rasca y gana’ (pero tú pierdes)”
María Miñana, periodista de investigación, habló con exempleados de cadenas comerciales que explicaron las maniobras detrás de las «rebajas» del Black Friday. Una de ellas, en tono entre resignado y sarcástico, describió lo que llama el “método de la uña”:
- Se rasca la etiqueta con el precio original.
- Se sustituye por una nueva etiqueta que parece un descuento.
- Voilà, el cliente paga feliz pensando que ha hecho el negocio de su vida.
«Nos pasábamos horas cambiando etiquetas como si estuviéramos desactivando bombas. Algunas veces hasta te dolían los dedos. Pero lo peor era saber que, al final, el cliente estaba pagando lo mismo que un mes antes o más», confiesa la extrabajadora.
Rebajas que suben antes de bajar
Daniel Escalonilla, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), lo confirma: «La mayoría de estas ofertas son fraudulentas». Según la OCU, muchas tiendas suben los precios semanas antes del Black Friday para después bajarlos al precio original, creando la ilusión de un descuento. Es como si el supermercado subiera el precio de la leche a 3 euros y luego lo bajara a 2,90 en el Black Friday, vendiéndolo como una ganga.
Además, los productos más rebajados suelen ser modelos antiguos o de calidad inferior. La frase “lo barato sale caro” nunca había sido tan literal.
Redes sociales vs. Black Fraude
En la era digital, ya no es tan fácil engañar a todo el mundo. Usuarios en redes sociales están compartiendo capturas de pantalla que muestran cómo los precios de ciertos productos suben días antes del Black Friday. Ejemplo típico: un televisor que costaba 500 euros en octubre aparece con precio inflado de 650 euros en noviembre, para luego «rebajarlo» a 550 durante el Black Friday.
El hashtag #BlackFraude ha encendido las plataformas con denuncias y memes:
- «El Black Friday es como mi ex: promete mucho, pero al final solo te vacía la cuenta.»
- «Ofertas del Black Friday: 50% menos… de dignidad al caer en el engaño.»
¿Por qué caemos cada año?
La respuesta está en la psicología del consumidor. Las ofertas limitadas, los carteles de “última oportunidad” y las cuentas regresivas generan una sensación de urgencia que nos lleva a comprar sin pensar. Además, las tiendas usan términos como «hasta el 70% de descuento», pero la mayoría de los productos apenas bajan un 10%. Es como ir a un buffet libre y descubrir que solo hay pan.
Cómo evitar el timo sin morir en el intento
- Haz los deberes: Revisa los precios semanas antes del Black Friday para saber si las rebajas son reales.
- No te dejes llevar por las prisas: Si un producto está rebajado ahora, probablemente lo estará en otras épocas del año.
- Usa comparadores de precios: Herramientas como CamelCamelCamel o Idealo son tus mejores aliadas para descubrir el historial de precios.
- Piensa dos veces: Antes de comprar, pregúntate: “¿Realmente necesito esto, o solo me estoy dejando llevar por la locura del momento?”
Reflexión final
El Black Friday, más que un día de descuentos, parece un espectáculo de manipulación masiva. Nos venden la idea de que estamos ahorrando, cuando en realidad estamos pagando la entrada al gran teatro del consumo.
Y tú, querido lector, ¿has caído alguna vez en el “rasca y gana” de los precios inflados? ¿O eres de los que investigan antes de lanzarse? Cuéntanos tu experiencia, pero, eso sí, que no te cobren por participar. 💳