Por Joaquín Mompó Buchón
(Vocal de la Junta Directiva del patronato de la RACV)
El lenguaje como expresión del logos y mito valencianos
En el anterior artículo decíamos que lo que sintamos, hagamos y digamos obliga a nuestro cerebro a crear nuevos pensamientos, nuevas palabras, nuevos λόγος, nuevos mythos, y a renovar el lenguaje aprendido y utilizado. Así pues, la propia concepción de los valencianos formada a lo largo de su historia, ha creado su particular logos (razón y lógica) y su personal mito (imaginación y tradición) es decir, ha creado su inherente lenguaje. También decíamos que de igual modo la relación del individuo, del yo (utilizando el término clásico) con la especifica realidad, condiciona nuestro logos y mito y por ende nuestro lenguaje y que podíamos observar cómo nacen, se desarrollan y se consolidan o no, nuevas formas de utilización del léxico y de la semántica de una lengua, en este caso la lengua valenciana.
Por tanto, es necesario contextualizar los momentos históricos que influyeron en la configuración de la lengua valenciana para comprenderla y conocerla, tanto en sus manifestaciones verbales, como escritas. Al respecto podemos dar algunos pequeños apuntes:
Raíces históricas: la lengua ibérica y el romance valenciano, metástasis entre ibérico y latín
Se sabe y es incuestionable, que los íberos tenían su propio logos y mito, su propia lengua, y que utilizaban la escritura fundamentalmente en las ocasiones y eventos más importantes, normalmente relacionados con deprecaciones a las divinidades, como es el caso del importante hallazgo efectuado en la Serreta de Alcoy, al que más adelante en otros artículos tendremos la oportunidad de referirnos. El descubrimiento consistió en un plomo en el que se inventariaron las ofrendas que cada uno de los pueblos que acudieron a dicho lugar hicieron a la diosa de la fertilidad, diosa que representada en una terracota se halló junto al plomo. (Juan Luis Román del Cerro, “Desciframiento de la lengua ibérica en «La ofrenda de los pueblos» Edit. Agua Clara,1990)
Algo se ha avanzado en el conocimiento de la lengua ibérica, sobre todo atendiendo a los topónimos que son el gran reservorio de la lengua ibérica y en general de las lenguas muertas. Cierto que no se ha adelantado lo suficiente, pero errores, alguno de ellos crasos, han podido ser ya corregidos, por ejemplo “Roig”, no siempre en la lengua valenciana viene del latín “ruber” (en castellano “rojo”) sino del íbero “Ortsa” > “Rotsa” > “Roja” (“lugar escalonado”) Desciframiento referido a topónimos como “Font Roja”, “Arrabal Roig”, “Penyarroja”, etc (Juan Luis Román del Cerro, “La lengua ibérica en la ofrenda de los pueblos”)
También se sabe que junto con el árabe andalusí convivió el romance valenciano (Entre otros, José Vicente Gómez Bayarri, “100 años de la Historia de la lengua valenciana”; Xaviero Ballester Olmos, “Toponimia valenciana prejaimina”; Pedro Fuentes Cabello “La Biblia Parva”) y que en este lenguaje sobrevivieron fonemas iberos, como el “b” o el “n”. En palabras de Román “Las metástasis de intervención inicial de consonantes son muy abundantes cuando contacta el ibérico con el latín” (“Naltinge> * “Anltinge” > Ontigne > “Ontinyent”)
La lengua valenciana en los siglos de oro
No cabe duda que la lengua valenciana es el romance valenciano, latín vulgar que durante siglos se ha ido creando y definiendo a través del Logos y el Mito de los valencianos, hasta alcanzar su incuestionable y reconocida influencia en la cultura en sus “siglos de oro”. Esta forma de entender y expresar mediante la lengua el Logos y el Mito, encontró su madurez y máxima expresión en la literatura, con escritores por todos conocidos, pero dignos de volver a ser citados, como Francesc de Eiximenis, Joanot Martorell, Ausiàs March, Sor Isabel de Villena o Joan Roís de Corella. También es resultado de ese Mito y logos la asunción inmediata de la imprenta, que supuso un avance tecnológico definitivo para la lengua escrita. Como es sabido en 1474 Lambert Palmart editó las “Obres e trobes en lahors de la Verge María”. La lengua valenciana era la transmisora del “ser” valenciano no sólo en los ámbitos de la cultura y el tecnológico, sino que también en el mundo del comercio y del poder económico y financiero, ejercitando el “mito” y el “logos” en empresas decisivas como el descubrimiento de América posible gracias a la financiación de Luis de Santaguel, Colón y la reina de Castilla. Y finalmente, como colofón, a través de los papas valencianos Calixto III y Alejandro VI tuvieron su máxima expresión en el poder religioso y político, en Roma, es decir, en la Iglesia católica.
Los Borgia: un paradigma de la identidad valenciana
Los Borgia pueden ser propuestos como el paradigma del logos y mito de los valencianos, ya que fueron el resultado de la ebullición cultural y económica de una Valencia adelantada a su tiempo. Los Borgia desde el Vaticano, se situaron y ostentaron su poder en Europa y el Nuevo mundo. La fuerza expansiva de Valencia fue capaz de formar a los impulsores del renacimiento, terminando con el declive de la Edad Media. El Descubrimiento de América no fue una casualidad, sino el resultado en gran medida, como hemos dicho, de la puesta en práctica de un logos y un mito concretado en un proyecto propuesto a Isabel I de Castilla por Cristóbal Colón y financiado por Luis de Santángel.
La auto estima sin complejos propia del Mito de los valencianos queda reflejada en que los papas valencianos en Roma siguieron manteniendo la lengua valenciana y sus costumbres. Calixto III sigue utilizando el valenciano en sus cartas privadas (Archivo Apostólico del Vaticano) y Alejandro VI, en las cartas dirigidas a su hijo Joan de Borja (Archivos de la Catedral de Valencia) ambos se hicieron acompañar en Roma por valencianos que continuaron con su lengua y costumbres, dejando su impronta en calles, “Vía della Pilotta” y “Piazza della Pilotta”, (Josep Vicent Boira Márquez, “Roma i nosaltres” EBook en catalán; Elies Tormo i Monzó “monumentos de españoles en Roma y de portugueses e hispano-americanos (1942) Y la autoestima sin complejos del logos propio de los valencianos queda reflejado en el acceso y desarrollo de su poder papal en todas sus intervenciones artísticas en la Roma borgiana, en su actuación política, como la llevada a cabo por Alejandro VI mediando entre la Coronas de Castilla y Reino de Portugal, estableciendo la Bula Inter Caetera o el Meridiano Alejandrino, antecedente del Tratado de Tordesillas, por la que se establecieron los derechos de conquista y de evangelización entre Castilla y Portugal (en todo caso la evangelización quedaba asegurada) Logos tan pragmático que el hijo de Alejandro VI, Cesar Borgia, inspiró a Maquiavelo su obra “rompedora” “El Principe” (Juan M. Najemi,“El papado y Julio II, el mundo roto de Maquiavelo” Oxford, 2022; edición en línea, Oxford Academic , 19 de mayo de 2022; Roberto Jurado, “La influencia de los Borgia en el pensamiento político de Maquiavelo”Argumentos (Méx.) vol.26 no.72 Ciudad de México may./ago. 2013
El valenciano como lengua vehicular en la Iglesia
Pero más importante aún a efectos de constatar la fuerza y vitalidad del valenciano en la Iglesia latina es su utilización pública como lengua vehicular materna entre los predicadores y el pueblo. El Vaticano por medio de sus predicadores también impartía su doctrina en gran parte de Europa, a través del logos y mito de la lengua valenciana. El ejemplo más claro y siempre mentado es San Vicent Ferrer y sus “Sermones” (a modo indicativo y entre otros muchos citaremos a José Sanchís Sivera, “Dos sermones inéditos de San Vicente Ferrer”, Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo 89 (1926), pp. 420-440)
Y también en su ámbito más cuidado y formal, el litúrgico. Sin necesidad de detenernos en la Biblia Parva, debemos necesariamente referirnos a la edición y publicación de la conocida Biblia Valenciana, traducida a dicha lengua por fray Bonifacio Ferrer y editada en 1478 por Lambert Palmart, ya que es el ejemplo más claro de la influencia e importancia que, sobre las demás lenguas romances y a la par con la lengua italiana (edición de la biblia en italiano de 1471) tuvo la lengua valenciana en la élite de Roma.
La influencia religiosa en el valenciano culto
La lengua valenciana siempre ha acompañado, con mayor o menor presencia a la Iglesia Católica. Sant Pere Pascual (1227/1300) escribió todas sus obras de carácter religioso en valenciano (fuente principal: Real Academia de la Historia)
En sentido contrario las religiones judeocristianas y especialmente en su versión católica – latina, han influido decisivamente en el logos y mito de la lengua valenciana, ya que esta durante siglos ha conformado e influido en las relaciones y organización de la sociedad valenciana, empapando y estructurando nuestra cultura (en materias como la ética, la filosofía y la moral) e influyendo en el valenciano escrito culto, mientras que ontológica y formalmente el valenciano popular ha seguido su curso natural basado en las expresiones inmediatas y prácticas del lenguaje adaptado en cada momento al hábitat y a las necesidades de la vida cotidiana.
La diversidad de la lengua valenciana: del lenguaje popular al culto
Las lenguas se alimentan de la realidad y de su uso en el hábitat de cada grupo social, mostrando diferentes caras de su poliedro formal (gramática, pronunciación y contexto social) El latín vulgar, expresado en las lenguas romances es el mejor ejemplo, Gonzalo de Berceo con su “Quiero fer una prosa en román paladino en la cual suele el pueblo fablar a su vecino” (1246/1252) se presenta como el creador de los primeros versos en lengua castellana, y refiriéndonos a la lengua valenciana, diferentes caras de su poliedro las tenemos por ejemplo en los valencianos Bernat Fenollar, Narcís Vinyoles y Francesc de Castellví, quienes en 1475 describieron el nuevo movimiento de la reina en el poema alegórico Scachs d’amor (Ajedrez de amor) o en Joanot Martorell con su novela de caballeria “Tirant lo Blach” (publicada en 1490) o con José Bernat y Baldoví y su sainete “El Virgo de Vicenteta”. Así respecto al romance nos encontramos al final con distintas lenguas y dentro de la lengua valenciana con distintas caras del poliedro que la conforman, tanto en cuanto a estilos, como “mito” y “logos”.
La Palabra y el Verbo: una pregunta abierta
Pero volviendo a dar un paso previo ¿qué consideración tiene en la Iglesia Católica “la Palabra”? ¿“el Verbo”? ¿es decir la lengua?
Veremos en los próximos capítulos como la lengua es el espejo de los proyectos y fines de los grupos humanos. Si para los judeocristianos la Palabra, el Verbo, es el mismo Dios, así se expresa con reiteración sobre todo en el Antiguo testamento, y su misión es transmitirla, para el marxismo es una herramienta de poder revolucionaria (Lenin y Stalin)
Por Joaquín Mompó Buchón
(Vocal de la Junta Directiva del patronato de la RACV)
















