La invasión de los supermercados: ¿el principio del fin del pequeño comercio frente al Mercado Central de Valencia?
No solo no atiende las necesidades urgentes del Edificio BIC del Mercado Central , como la falta de climatización , suciedad del edificio y entorno , goteras , …
Una nueva apertura de la cadena de supermercados Eroski en pleno corazón de Valencia ha encendido las alarmas entre vecinos, comerciantes y defensores del comercio de proximidad. El cartel que anuncia “Próxima apertura” en un imponente portal modernista frente al histórico Mercado Central no es solo una promesa comercial, sino el símbolo de una tendencia que amenaza con desdibujar la esencia misma de nuestros barrios.
Este hecho no puede analizarse como un caso aislado. La instalación de una gran cadena justo frente a un mercado municipal —uno de los más emblemáticos de Europa— supone una bofetada directa al comercio tradicional. El Ayuntamiento de Valencia, con María José Catalá al frente, parece haber optado por favorecer a las grandes superficies, incluso cuando ello significa atacar el corazón de los mercados municipales, espacios que deberían protegerse como patrimonio económico, social y cultural.
Supermercados de marca junto a Mercados municipales
La concesión de licencias para supermercados justo al lado de los mercados municipales no es solo una cuestión urbanística; es una clara declaración de intenciones. ¿Cuál es el modelo de ciudad que se quiere impulsar?. ¿El que pone alfombra roja a cadenas y multinacionales o el que cuida, promueve y protege al pequeño comercio que da vida, carácter y cohesión a los barrios?
Estas políticas continúan la senda iniciada durante la etapa de Joan Ribó, cuando muchos comercios históricos desaparecieron paulatinamente, absorbidos por la voracidad del mercado global y la indiferencia institucional. Ahora, lejos de corregir el rumbo, el nuevo gobierno municipal parece decidido a acelerar el proceso.
Permitir que cadenas como Eroski se establezcan en ubicaciones tan sensibles no solo pone en jaque al comercio de proximidad, sino que abre la puerta a un futuro aún más desolador: ¿será el siguiente paso entregar directamente la gestión de los mercados municipales a estas mismas cadenas? ¿Veremos estands de marca ocupando los puestos donde antes vendía una familia de fruteros de toda la vida?
Las Elecciones Municipales están a la vuelta de la esquina y los ciudadanos no creerán las promesas de apoyo al pequeño comercio con todo lo que se está viendo en la actuación del Ayuntamiento con los mercados Municipales y en particular con el Mercado Central , por sus actos los conoceréis.
Es urgente abrir un debate ciudadano serio sobre qué tipo de ciudad queremos construir. Porque cada licencia otorgada sin visión de futuro, sin respeto por el equilibrio comercial del centro histórico, es un ladrillo menos en el edificio de una Valencia viva, diversa y sostenible
Desaparición de los comercios de toda la vida del centro de la Ciudad
La triste realidad es que cada semana cierra una tienda histórica que semanas después se convierte en una franquicia de una multinacional, despersonalizando el centro de Valencia, que cada día se parece más al de cualquier otra ciudad del mundo, mismas tiendas con al misma decoración.
Existe un Plan Especial de Ciutat Vella que ni el Ayuntamiento cumple, una normativa municipal que el propio consistorio municipal declara papel mojado e infringe casi cada día, en cambio vemos un escaso interés en proteger lo propio, lo autóctono, y se nos está quedando una ciudad con un centro quan atracción turística copia de casi cualquier ciudad del mundo…Somos Valencia, y la alcaldesa María José Catalá, hasta hace casi un cuarto de hora torrentina parece no valorar esta situación, y no entiende la realidad del mayor Centro Histórico de Europa, sigue con la política de Ribó, nada ha cambiado.
El pequeño comercio vs la gran superfície ¿qué modelo de ciudad queremos?
El debate está abierto cuando conocemos de la construcción de un nuevo centro comercial, eso sí, se dice que de ocio, en el entorno de TuriaNova, y parece que no es el único centro comercial proyectado en el Cap i Casal y su entorno más inmediato…
¿Qué modelo de ciudad queremos el que los bajos de los edificios se queden vacíos y sirvan como apartamentos turísticos y existan decenas de centros comerciales a los que para llegar es necesario el coche?. También podemos optar por una ciudad amable, con comercio de barrio que da empleo a familias y que hace unas calles vivas, unos barrios con actividad, no barrios dormitorio. ¿Qué modelo de ciudad queremos? ¿Apoyamos a los grandes centros comerciales o apoyamos al pequeño comercio?.