Una vez más, el catalanismo en vena del Ajuntament de Valéncia da muestras, aunque gracias a la inacción de Catalá y la escasa presión de Juanma Badenas sigue siendo el Ajuntament de Val(è)ncia, basado en ese «científico» dictamen de la loca Academia Valencia de la Llengua «sense nom» que aseguraba que se escribía con acento abierto pero se pronunciaba con acento cerrado.
Recordemos que València en valenciano es la valencia química de los elementos, no el nombre de la Ciudad del Turia, del Cap i Casal.
De nuevo más catalán
De nuevo en unas bases de ayudas de la concejalía de Comercio, cuyo responsable es el concejal Santiago Ballester, recordemos, concejal de Fallas, presidente de Junta Central Fallera, cocnejal de pirotecnia, concejal responsable de la Batalla de Flores, concejal delegado en MercaValencia, concejal de comercio y concejal de mercados, aparece la terminología más catalana:
«Persones autònomes, petites empreses i microempreses»
Esas son quienes pueden solicitar estas ayudas, a «petites empreses», entre otras.
No es la primera vez y por desgracia la última que se utilizan palabras foráneas de la Comunitat Valenciana
Ya hace unos meses se utilizó para promocionar los Gay Games de la Ciutat de Valencia un «Ja hi som!» una expresión que no se utiliza ni es correcta en valenciano, más bien en el catalán del Instut d’Estudis Catalans, de nuevo una catalanada más de un gobierno que se declaró abiertamente valencianista pero que por contra ha efectuado desde homenajes al catalanista Vicent Andrés Estellés a difundir cartelería con el «Ja hi som» o ahora asegurar que una concesión de ayudas es para las «petites empreses»
¿Hasta cuándo?, ¿A qué María José Catalá nos creemos?
¿Nos creemos a la Catalá que asegura ama el valenciano, aunaue en su entrevista en À Punt asegurara que le veía de sus «avis»?, ¿o por contra recordamos a la consellera de Educación que devolvió las ayudas a los pancatalanistas y concedió el gran premio de la labor educativa a «Escola Valenciana»?. Escola Valenciana gracias a ello se financió con el dinero del premio y pudo actuar con total impunidad en colegios e institutos adoctrinando a los niños en los colegios.
Una dicotomía difícil de entender pero muy típica de los políticos de raza, esos que dicen una cosa y hacen justo la contraria, vamos, María José Catalá en esencia pura, y a los hechos nos remitimos una vez más…
Lo cierto es que en su ámplia nómina de asesores no hay uno sólo que conozca Les Normes d’El Puig, ni la normativa de la RACV, y por ello, estos lodos… No hay más ciego que el que no quiere ver y no parece una prioridad de Catalá desdeñar el catalanismo del Ajuntament de Valéncia.
Luego nos dirá su portavoz-guardia pretoriana que necesitan más de una legislatura para desterrar ese catalanismo que ellos tan bien practican y aplican… Juzguen ustedes.