En un nuevo capítulo de la tragicomedia político‑inmobiliaria que nos ha regalado la “trama Koldo”, descubrimos que hacerse el tonto ya tiene nombre propio: “hacerse el Dumbo”, y al parecer, el galardonado en esta categoría es nada menos que Santos Cerdán, ese que ahora promete entregar el acta de diputado… el lunes. Porque claro, hay que cuadrar agenda.
El asunto arranca con un audio fechado en noviembre de 2020, donde Koldo García, el eterno asesor de lo inconfesable, propone a su jefe, el ministro Ábalos, hacer negocio con el empresario Víctor de Aldama, ese benefactor de lo público‑privado. ¿La razón? Porque Cerdán, según Koldo, se hacía “el Dumbo” con los pagos de las mordidas. Sí, como lo lees. Ni el Rey León tuvo tanto drama con sus familiares.
En su brillante análisis financiero, Koldo sugiere a Ábalos lo siguiente (atención porque esto se dice con voz de asesor con corbata suelta):
“Te lo compras por ciento cincuenta, ciento sesenta, y a tomar por culo. Et lleves esta merda d’ací.”
Esa “merda” era nada menos que una hipoteca sobre un bajo. Pero claro, Koldo no hablaba de reformas del hogar: hablaba de blanquear pasta vía inmobiliaria, como se hace en los manuales de corrupción para dummies. Para que luego digan que no se aprende nada en el PSOE.
Según la UCO, el asunto se refiere a dos proyectos de construcción millonarios: uno en Sant Feliu de Llobregat (71,5 millones), otro en el barrio murciano de Santiago El Mayor (158 millones). Cosas pequeñas, que se hacen sin querer mientras se toman cafés en ADIF.
Koldo no se corta y se queja directamente del compañero de partido:
“El tío me tiene hasta la polla.”
Y claro, como toda buena mafia necesita su momento de conciliación, Ábalos responde con la serenidad de quien regenta un despacho público:
“De eso ya me encargo yo. No le insistas más a Santos.”
Traducción: tú encárgate de los favores, yo de la diplomacia.
La cosa no mejora con la conversación de enero de 2021, en la que Koldo, como buen contable del horror, enumera los pagos recibidos por Ábalos. Un pequeño resumen para que lo puedas repetir en la cena familiar:
– 450.000 € por tres contratos
– 50.000 € por otros dos
– 70.000 € por “el bajo”
Y todo esto dicho como quien repasa los tickets de un súper. Todo muy natural.
Pero lo mejor viene cuando Koldo se indigna, como si fuera el único con dignidad moral en este teatrillo:
“A veure, que m’és igual, com si renúncies. Me la sua.”
Porque claro, cuando uno ya ha visto de todo, lo único que queda es el nihilismo funcional. Koldo está ya en modo “voy a terminar esto y luego me hago youtuber explicando cómo financiar campañas sin que te pillen (spoiler: te pillan)”.
Y mientras tanto, Santos Cerdán, ese Dumbo socialista, dice que lo suyo es inocencia, que él no sabía nada, y que el lunes entrega el acta. Como si el lunes fuera el día nacional del arrepentimiento político. Solo falta que diga que también se casará consigo mismo como Soriano. Total, ya puestos.
Conclusión nada provisional:
Estamos ante la perfección burocrática del saqueo elegante. Una hipoteca, dos obras públicas, tres amigos del alma y un asesor que reparte dinero como quien reparte naranjas en la plaza. Todo esto, claro, con diálogo digno de película de Tarantino rodada en Castelló.