En el Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores, la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) ha alertado de que la brecha laboral entre las personas con y sin discapacidad permanece prácticamente inalterable.
A pesar de la ligera reducción de la tasa de paro general en España, los datos demuestran que las personas con discapacidad continúan enfrentándose a una discriminación estructural en el acceso y la calidad del empleo.
Según el Observatorio de las Ocupaciones del SEPE, la tasa de actividad de las personas con discapacidad se sitúa en un 35,5%, es decir, 40,3 puntos porcentuales menos que la población sin discapacidad.
Aunque la tasa de paro ha descendido por debajo del 20%, la diferencia con la población general sigue siendo de ocho puntos, una brecha que apenas ha disminuido un 0,7% en la última década.
«El empleo sigue sin ser un derecho real para muchas personas con discapacidad física y orgánica», ha denunciado Anxo Queiruga, presidente de COCEMFE, quien subraya la necesidad de medidas estructurales y compromisos firmes por parte de toda la sociedad para revertir esta situación.
Alta temporalidad y precariedad en los contratos
Uno de los problemas más alarmantes señalados por COCEMFE es la elevada temporalidad en las contrataciones.
En 2024, el 46,6% de los contratos realizados a personas con discapacidad física y orgánica fueron temporales, casi el doble que el 24,7% de temporalidad registrado entre las personas sin discapacidad.
Esta precariedad laboral afecta de forma diferenciada según el género: mientras que en los hombres responde principalmente a contratos por circunstancias de producción, en las mujeres está relacionada con sustituciones y empleos fijos discontinuos.
Además, apenas el 16,95% de los contratos a personas con discapacidad fueron indefinidos en 2024.
COCEMFE también ha puesto el foco en la situación de las mujeres con discapacidad, quienes sufren tasas de paro más elevadas, contratos de peor calidad, una mayor incidencia del trabajo a tiempo parcial y una afiliación a la Seguridad Social un 17% inferior a la de sus compañeros varones.
Propuestas para un cambio real
Para abordar esta brecha, COCEMFE propone una serie de medidas urgentes.
Entre ellas destaca la aprobación de una Ley de Inclusión Laboral que fortalezca las políticas activas de empleo y fije objetivos claros y medibles.
Asimismo, se solicita impulsar los Centros Especiales de Empleo de Iniciativa Social (CEEIS) como modelos de inclusión y sostenibilidad.
La Confederación también insiste en garantizar la accesibilidad universal en los entornos laborales, aplicar ajustes razonables de forma efectiva, establecer políticas específicas para las mujeres con discapacidad y tomar medidas contra la pobreza laboral, que afecta al 20% de los trabajadores con discapacidad.
Actualmente, COCEMFE y su Movimiento Asociativo cuentan con 75 Servicios de Empleo que han facilitado más de 5.000 contrataciones en 2024 y gestionado más de 8.600 ofertas.
Más de 65.000 personas están inscritas en sus bolsas de empleo, un dato que demuestra la necesidad de seguir reforzando estas redes de apoyo.
«El empleo es un derecho, no un privilegio, y desde COCEMFE seguiremos trabajando para que se garantice para todas las personas», ha concluido Queiruga, reiterando el llamado a las instituciones y empresas para construir una sociedad verdaderamente inclusiva.