Obras, retrasos y Fallas, el cóctel explosivo de las Cercanías en Valencia

Obras, retrasos y Fallas, el cóctel explosivo de las Cercanías en Valencia

El tren llega con retraso, otro día más, más de 20 minutos de retraso sobre el horario previsto, imposible hacer algún plan con el horario de Cercanías. Un tren simple a pesar de las Fallas y les mascletaes, no se ha unido dos convoyes, así que el tren va de nuevo completamente lleno. Obras y más obras que retrasan el viaje, pero para a la altura del nuevo cauce del río, hay hasta dos trenes distintos esperando, pero lo vuelve a hacer a la entrada de Valencia y a la entrada de la Playa de vías, en resumen, el trayecto que separa Alfafar-Benetússer de la estació del Nort dura 20 minutos, y los viajeros desesperan.

Una estació del Nort imposible. La Estació del Nort una vez llegados es un hervidero de gente y amasijos de hierros y obras, andamios que eliminan la mayoría del espacio y dificultan el acceso, vallas sinsentido dentro de la estación y dos andenes que se han reconvertido en espacio de espera sacando el andén de dos vías más de 300 metros ya fuera de la marquesina.

Poco personal, muchos viajeros, obras y comunicaciones sinsentido.

«Los viajeros con destino a Utiel deberán coger en la vía 1 el tren de Castello y bajar en la estación de Sant Isidre»

«Pero el tren de Castello sale de la Estacio del Nort y se dirige a Font de Sant Lluís, no a Sant Isidre», un lío del que pocos se aclaran, ni siquiera los empleados de Renfe, incluso más perdidos que los propios viajeros.

Los trenes continúan llenos, no hay refuerzos, y no hay plan B a las obras y se ha hecho el mismo operativo de Fallas caótico de todos los años.La paciencia de los viajeros una vez más llegará a límites insospechados de un núcleo de Cercanías completamente abandonado, ineficaz y cada vez peor.

No es posible que para recorrer menos de 5 kilómetros se tarde 20 minutos, algo sigue fallando estrepitosamente en las Cercanías más impuntuales y que acumulan más problemas de España, pero las autoridades en sus coches oficiales son ajenos a este problema de la población, el populacho y la casta sigue más viva que nuca, a pesar de que algunos se afanan a llamarse progresistas tras los cristales tintados de sus coches oficiales.

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