En apenas siete meses, Santos Cerdán pasó de ser el Messi de la organización socialista a un “desconocido sin relación con el PSOE”. María Jesús Montero y Pedro Sánchez protagonizan una de las piruetas políticas más espectaculares del año. ¡Ni Houdini se atrevió a tanto!
Cuando el mejor amigo se convierte en ese “conocido de vista”
A ver si nos aclaramos: ¿Santos Cerdán era uno de los mejores dirigentes del PSOE o un transeúnte que pasaba por Ferraz para usar el baño? Porque, según el día y la gravedad del caso, el relato cambia más que los precios del aceite.
En este episodio (que parece más un capítulo de Aquí no hay quien viva que una declaración institucional), María Jesús Montero y Pedro Sánchez se han marcado un elegante “cambiazo político” que dejaría boquiabiertos hasta a los guionistas de El Ministerio del Tiempo. Donde antes había honores y halagos, ahora hay silencio, amnesia selectiva y desvinculación emocional.
Y todo esto mientras Cerdán duerme en prisión preventiva, asegurando que lo suyo fue gasolina y no corrupción. Vamos, la trama más barata de la historia reciente de España… al menos según él.
Hablemos claro: la hemeroteca es muy mala compañera
Retrocedamos al 29 de noviembre de 2024. Fecha mágica. María Jesús Montero, en plena efervescencia política, lanzaba flores a Santos Cerdán como si fueran confeti en una boda gitana:
“Este partido tiene a un extraordinario secretario de organización, Santos Cerdán. Es uno de los mejores de la historia de este partido, y espero que continúe muchos años”.
¡Casi nada! Con esa frase se podría bautizar una avenida, montar una estatua ecuestre o, mínimo, un monólogo de Buenafuente. Pero ¡ay!, cómo cambian las cosas cuando la Guardia Civil saca informes y los jueces dictan prisión.
Este 30 de junio de 2025, apenas siete meses después, la misma Montero, con la misma boca (que no siempre con la misma coherencia), dice sin despeinarse:
“Es una persona que no tiene que ver con el Partido Socialista”.
O sea, que pasamos del “hermano del alma” al “¿Santos qué?” en un abrir y cerrar de sumarios judiciales. El Partido Socialista, ese que presume de memoria histórica, parece tener una memoria selectiva más rápida que la RAM de un iPhone 27.
Pedro Sánchez y su GPS moral: “Recalculando… recalculando…”
No solo Montero ha protagonizado esta gran voltereta semántica. Pedro Sánchez, en su habitual tono grave de “profesor de instituto cabreado pero progresista”, también pasó de defender con uñas y dientes a Cerdán a mirar para otro lado mientras su antiguo número 3 era enviado a la trena.
En mayo, cuando salieron los primeros rumores, Moncloa cerró filas. Se hablaba de “acoso de ultraderechistas disfrazados de periodistas”, se tuiteaba “solidaridad total” y se decía que Cerdán era una víctima más del fango mediático. Vamos, que si le haces caso a Sánchez entonces, te daba por pensar que Cerdán estaba a punto de recibir el Premio Princesa de Asturias a la Ética Pública.
Pero luego apareció el informe de la UCO con nombres, datos, grabaciones y más gasolina que un surtidor de Repsol. Y ahí sí: Sánchez pidió la dimisión y el PSOE hizo limpieza exprés, como quien borra mensajes comprometidos antes de que entre la pareja al WhatsApp.
“No tiene nada que ver con el PSOE”: cuando la frase lo dice todo
Que no nos tomen por tontos. Cuando Montero dice que “no tiene que ver con el PSOE”, no habla de ideología, ni de trayectoria, ni de la fiesta de Navidad donde Cerdán cantó villancicos con Bolaños. Habla de algo más básico: desmarcarse del escándalo como si fuera una caca en la acera.
Esto es lo que podríamos llamar el “síndrome del paraguas roto”: cuando llueve mierda, mejor que el salpicado no te toque. Y el PSOE, que ya tiene experiencia en tormentas judiciales, ha optado por abrir el paraguas institucional… y dejar que Santos se moje solito.
¿Y qué pasa con Vicente Fernández y Servinabar? ¡Aquí hay más tela!
Como si fuera poco con Cerdán, María Jesús Montero también ha querido desmarcarse de otro personaje clave en este embrollo: Vicente Fernández, vinculado a Servinabar, la empresa con más misterio que una herencia de tía abuela rica.
Montero ha dicho, muy dignamente, que “no sabe nada de él desde hace seis años”, y que “por lo visto trabaja en esa empresa desde 2024, según lo que ha leído en la prensa”.
Vamos, que se entera de los escándalos por los periódicos, como tú y como yo, y que no sabía que su colega estaba metido en una empresa cuyo 45% era propiedad del mismísimo Santos Cerdán.
Esto ya es el colmo. Si fuera una comedia, se titularía: “¿Y este quién es? ¡Ah, era mi amigo!”
De “confianza total” a “desconocido habitual”
No hay que tener la memoria de un elefante para recordar que hace menos de dos semanas, Cerdán seguía siendo “uno de los más estrechos” colaboradores de Montero, un gran negociador, un excelente secretario de organización.
Pero bastaron unas escuchas, unos informes judiciales y un juez con ganas de ordenar cárcel para que, como por arte de magia, la confianza se esfumara, las fotos se borraran y los elogios se olvidaran.
Es más: el PSOE ahora presume de haber actuado “de forma contundente” y con rapidez. Que lo apartaron, lo despidieron y lo despidieron con todo el protocolo de “tú ya no eres de los nuestros”.
Conclusión: ¿Política o magia negra? ¿Cambio de postura o hipocresía institucional?
La transformación de Santos Cerdán en cuestión de meses es de manual de prestidigitación política. De estrella del partido a apestado institucional sin que apenas dé tiempo a procesar el cambio.
Pero el problema no es que haya una investigación judicial (eso va en el cargo, casi casi como el acta de diputado). El problema es la gestión del relato, esa doble cara del discurso que cambia según sople el viento del Supremo.
Hoy toca negar, olvidar, ocultar. Mañana, si todo sale bien, puede que vuelva a haber abrazos, tuits solidarios y alguna portada con sonrisa forzada.
Y tú, querido lector: ¿te tragas esta metamorfosis política o crees que los políticos tienen más caras que una baraja de poker? ¿Santos Cerdán es el Judas de la política… o el chivo expiatorio de turno? ¡Déjanos tu opinión antes de que también te digan que no tienes nada que ver con nosotros!