La operación “Acrodabae” de la Guardia Civil destapa una red de ciberestafadores que operaban desde Picanya
Un nuevo golpe al crimen organizado en el ámbito digital. La Guardia Civil ha desmantelado un grupo criminal especializado en sextorsión con base en Valencia, concretamente en la localidad de Picanya. La denominada operación “Acrodabae” ha resultado en la detención de tres varones presuntamente responsables de la ciberestafa y de un cuarto individuo, considerado colaborador necesario. Este último facilitaba a los delincuentes múltiples tarjetas de telefonía móvil registradas a nombre de terceras personas, muchas de ellas ficticias, para dificultar la trazabilidad de sus actividades ilícitas.
Las víctimas, más de 250 hasta la fecha, fueron extorsionadas tras haber interactuado con anuncios de contactos sexuales fraudulentos publicados en diversas páginas web. Los estafadores amenazaban con revelar su identidad y utilizaron tácticas de intimidación extrema, incluso sugiriendo el envío de sicarios a los domicilios de quienes no pagaran.
Un modus operandi basado en el miedo y la manipulación
El esquema de estafa de este grupo era meticuloso y bien estructurado. Primero, los delincuentes extraían imágenes de mujeres desde redes sociales para crear perfiles falsos en páginas de contactos. Una vez que los usuarios accedían a estos anuncios y se ponían en contacto, los estafadores recopilaban información sobre ellos.
Poco después, comenzaban las amenazas. Los ciberdelincuentes se hacían pasar por proxenetas de origen extranjero y acusaban a las víctimas de haber causado problemas a sus supuestas trabajadoras sexuales. Aseguraban que habían perdido grandes sumas de dinero por culpa de estas interacciones y exigían pagos inmediatos para “resolver el conflicto”.
Según fuentes de la investigación, las amenazas eran extremadamente violentas y persuasivas. Los delincuentes utilizaban expresiones como “varios de nuestros mejores hombres van a visitarte” y afirmaban conocer la ubicación exacta de las víctimas mediante el rastreo de sus teléfonos, lo que, aunque no era cierto, incrementaba el miedo y la presión psicológica.
“La sensación de terror era real. Te hacían creer que sabían dónde vivías y que podían hacerte daño. Fue una pesadilla”, relata una víctima que, por temor a represalias, prefiere mantenerse en el anonimato.
La investigación: pistas tecnológicas que llevaron a Valencia
La operación arrancó en 2023, cuando una de las víctimas denunció ante la Guardia Civil de Cantabria haber sido extorsionada tras interactuar en una web de contactos. Había llegado a pagar más de 5.000 euros a los estafadores, sin embargo, las amenazas y las exigencias económicas no cesaban.
Tras analizar varios casos similares en distintas comunidades autónomas, los investigadores del Equipo de Investigación Tecnológica (EDITE) detectaron un patrón idéntico en múltiples denuncias. Esto les llevó a sospechar que las amenazas provenían de un mismo grupo criminal.
Mediante análisis tecnológicos avanzados, los agentes identificaron que los responsables de los mensajes amenazantes y de la recepción de los pagos se encontraban en Valencia. En concreto, descubrieron que operaban desde una vivienda en Picanya y que adquirían tarjetas telefónicas falsas en un locutorio cercano.
Detenciones y hallazgos en los registros
En fechas recientes, la Guardia Civil desplegó un operativo en Picanya, logrando detener a los tres presuntos responsables de la estafa, de edades comprendidas entre los 26 y 36 años, así como al colaborador de 34 años que les suministraba las tarjetas telefónicas.
Durante los registros, los agentes incautaron 10 teléfonos móviles que contenían cientos de imágenes de mujeres obtenidas de redes sociales, utilizadas para crear los anuncios falsos. Además, en uno de los dispositivos encontraron evidencia de que en apenas dos meses se habían utilizado 106 tarjetas SIM con identidades ficticias, lo que dificultaba enormemente el rastreo de las comunicaciones.
En una de las cuentas bancarias analizadas, registrada a nombre de un tercero, se encontraron más de 23.000 euros procedentes de las extorsiones. Se calcula que los estafadores llegaron a recaudar más de 18.000 euros solo en los casos ya esclarecidos, aunque las cifras podrían ser mayores, ya que muchas víctimas optaron por no denunciar por vergüenza o miedo a ser descubiertas.
El impacto de la sextorsión y cómo prevenirla
La sextorsión es una de las formas de ciberdelincuencia en mayor auge, aprovechando el anonimato de internet para someter a las víctimas mediante el miedo y la vergüenza. Este caso demuestra la sofisticación con la que operan estos grupos y la dificultad que supone para las autoridades seguir su rastro.
Expertos en ciberseguridad recomiendan las siguientes medidas para evitar caer en este tipo de fraudes:
- Desconfiar de anuncios en páginas de contactos sin verificación.
- No compartir datos personales ni imágenes comprometedoras en internet.
- Si se recibe una amenaza, no ceder al chantaje y denunciarlo de inmediato a las autoridades.
- Evitar realizar pagos a desconocidos bajo presión.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de San Vicente de la Barquera dirige la investigación, en la que han colaborado tanto la Guardia Civil de Cantabria como la de Valencia.
Un problema creciente en la era digital
Este caso en Valencia es solo un reflejo del auge de la ciberdelincuencia en España. Las técnicas de engaño son cada vez más elaboradas, y la sextorsión se ha convertido en un negocio lucrativo para los criminales.
La actuación rápida de las fuerzas de seguridad ha sido clave para frenar las actividades de este grupo, pero las autoridades insisten en la importancia de la prevención y la denuncia.
¿Has sido víctima de una estafa similar o conoces a alguien que haya pasado por una situación así? Comparte tu experiencia en los comentarios y ayúdanos a visibilizar este problema creciente.
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