Cada año, la Dirección General de Tráfico (DGT) intensifica los controles en las carreteras para garantizar la seguridad vial.
En 2024, los radares captaron a más de 1.100 conductores circulando a velocidades que superaban en más de 80 km/h el límite legal en vías interurbanas.
Muchos de estos casos fueron remitidos a la justicia por la posible comisión de un delito contra la Seguridad Vial.
La mayoría de estos excesos de velocidad fueron detectados por radares fijos y móviles, aunque también destaca la labor del radar Pegasus, instalado en helicópteros que sobrevuelan las carreteras.
Entre los casos más graves registrados, destacan:
- Un conductor en la A-7 circulando a 238 km/h y realizando adelantamientos antirreglamentarios. La Guardia Civil logró interceptarlo y fue puesto a disposición judicial por conducción temeraria, un delito castigado con hasta dos años de prisión y retirada del permiso de conducir hasta seis años.
- Otro conductor en la N-610 a 206 km/h en una vía limitada a 90 km/h. Este conductor se dio a la fuga en un control preventivo y fue localizado posteriormente por patrullas del subsector de Tráfico de Zamora.
- Un motorista detectado a 185 km/h en una carretera limitada a 80 km/h por un helicóptero de Tráfico, lo que derivó en su puesta a disposición judicial.
- Otro conductor en la N-611 circulando a 192 km/h de media, con picos de hasta 198 km/h. El operador del helicóptero alertó a la Guardia Civil, que logró interceptarlo.
El exceso de velocidad aumenta las víctimas mortales
La velocidad inadecuada es un factor determinante en la siniestralidad vial.
En 2024, estuvo presente en el 21% de los accidentes de tráfico.
Desde la DGT se insiste en la importancia de respetar los límites de velocidad para reducir el número de víctimas en las carreteras.
Algunas razones fundamentales para cumplir con las normas de velocidad son:
- Respetar los límites podría evitar una cuarta parte de las muertes en accidentes de tráfico.
- A partir de 80 km/h, es prácticamente imposible que un peatón sobreviva en un atropello. A 30 km/h, el riesgo de muerte se reduce al 5%.
- Mayor velocidad implica mayor riesgo de accidente y menor tiempo de reacción.
- El impacto de un accidente es más grave a altas velocidades, lo que aumenta la gravedad de las lesiones y la probabilidad de fallecimiento.
Según el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC):
si las velocidades medias descendieran solo 1 km/h en todas las carreteras de la UE, se podrían prevenir 2.200 muertes al año.
Por ello, la DGT continúa reforzando los controles y concienciando sobre la importancia de respetar los límites de velocidad.