El Bar Central del Mercado Central comienza las obras para habilitar un comedor
Unos tienen libertad para cerrar los pasillos, colocar taburetes sobre estos mismos pasillos, o tener un horario distinto. Nos referimos al Bar Central del Mercado Central, propiedad de Ricart Camarena. Mientras tanto, otros puestos llevan años esperando unas obras en sus paradas.
Sin embargo, ya hemos podido comprobar en más de una ocasión, que en el Mercat Central hay clases y clases y vendedores con privilegios, y pobres currelas a los que ignora y apalea el Ayuntamiento de Valencia por todos los lados…
Unas obras de urgencia en unas paradas cerradas 3 años
A pesar de que la ordenanza municipal es clara y que hay ya una demanda judicial por medio admitida en los Tribunales, el Ajuntament de Valéncia, primero con Ribó y luego con Catalá, sigue desoyendo e incumpliendo las ordenanzas municipales. Puestos comprados y mantenidos cerrados durante tres años, cuando la ordenanza es clara y a los puestos sin actividad se le debería quitar la concesión.
Recordemos el caso de un puesto cuyo concesionarios tuvo un problema cardíaco y que fue obligado a traspasar para «que no le quitaran la concesión de la parada». Una falta total de humanidad de la Concejalía de Mercados del Ajuntament de Valéncia, ahora si te apellidas Camarena puedes hacer lo que te dé la gana, ya que Ribó era su mejor cliente en el Restaurante montado en Bombas Gens, un chef que se convirtió en aliado de Compromís, pero cuando llegó Catalá ahora la actual alcaldesa trata como amigo y colega, mientras denigra y margina al resto de vendedores del Mercado Central.
Ya lo aseguraba el concejal de Compromís, Carlos Enrique Galiana, que había clases para todo, así a los currelas y autónomos se les persigue y a los grandes empresarios se les premiaba si apoyaban la causa de Compromís. Muy progresista todo, claro, con un alcalde que era habitual en los restaurantes que pocos bolsillos se pueden permitir, eso sí, «hacía como que iba en bici».
¿Daños al patrimonio?
Las obras han empezado y con martillos neumáticos y distintas herramientas los obreros están arrasando con todo, sin ninguna supervisión, ya que acuden a trabajar justo cuando cierra el Mercado Central a las 15:00h y la ausencia de funcionarios técnicos de tarde hace que las obras no sean supervisadas por absolutamente nadie.
Recuerden aquella obra junto a la Cúpula del Mercado central, en la plaza central donde se arrancó y destruyó el suelo Nolla protegido en el PEP de Ciutat Vella de 2020. Luego se justificó y se argumentó este destrozo diciendo que a un funcionario «se le olvidó trascribir que el suelo estaba protegido». Eso sí, la Concejalía de Mercados, ya en manos del popular Santiago Ballester se negó a reconocer al funcionario en cuestión que no había sabido hacer su trabajo, ni siquiera fue sancionado, por lo que muchos dudan de esa excusa esgrimida desde la concejalía de Ballester y creen que es una excusa para no reconocer su total falta de diligencia con el Patrimonio del Ajuntament de Valencia.
Segunda vez que se destruye pavimento Nolla en el Mercado Central de Valencia en dos años
Este diario ayudó a recuperar el pavimento Nolla, que sólo se pudo recuperar en parte aquella vez y que fue colocado en el suelo nuevamente, y todo el resto de la parada fue rellenado con cemento… otra vez sin ninguna supervisión.
¿Se acuerdan del fantasma de la Llongeta?
Aquel funcionario captado de noches entrando y sacando expedientes a la concejalía y utilizando la fotocopiadora… la propia Catalá llegó a sugerir que igual estaba fotocopiando cosas para Compromís, pero extrañamente con la nueva alcaldesa sigue en su puesto y entrando de tardes y noches a la concejalía, ahora resulta que «no tiene horario fijo y él decide cuándo va a trabajar». ¿Y por qué no se permite lo mismo para los 5.000 funcionarios municipales?¿Cuál es el criterio a seguir?.¿Hay un informe que lo habilite?.
La reja histórica del Mercado Central de 1928
Ha salido a la luz tras el derribo de las paradas, el vallado histórico que primigeniamente separaba las paradas, y en el suelo está el pavimento Nolla original protegido desde 2020 por el Plan especial de Protección de Ciutat Vella.
Obras sin ninguna supervisión para hacer algo que la normativa prohíbe. ¿Qué nos hemos perdido? ¿Está intentando María José Catalá beneficiar a una gran empresa saltándose las normas?. No hay problema, si las normas no nos gustan, pues se cambian y parece van camino de ello.
Fuentes del propio consistorio consultadas por Noticias Ciudadanas han constatado que en la Concejalía había reparos técnicos a la propuesta hecha por el Bar Central, pero que la propia alcaldesa Catalá podría haber mediado para acelerar los trámites, a pesar de saber perfectamente que un comedor no es posible con las actuales ordenanzas municipales. Por ello quizá con total rapidez y opacidad, llevan semanas asegurando que habrá una «actualización de las ordenanzas municipales» y que se están elaborando de espaldas a los concesionarios, quizá busquen beneficiar a unos frente a otros, una vez más volvemos a las clases, los grandes empresarios o los currelas, lo mismo que hacía Galiana y Ribó, lo mismo que hace Santiago Ballester y Catalá.