La paralización en 2021 de un plan clave para drenar la cuenca del barranco del Poyo genera controversia, con preguntas sobre su impacto en las inundaciones recientes en la Comunidad Valenciana
La historia de la Comunidad Valenciana es también la historia de sus tormentas. En medio de un nuevo episodio de lluvias intensas en el levante español, los vecinos de municipios como Paiporta, Torrent y Alaquàs vuelven a enfrentar la amenaza de la inundación. Esta vez, la polémica ha tomado un nuevo ángulo, señalando un proyecto de drenaje del barranco del Poyo que fue archivado en 2021 por el Ministerio para la Transición Ecológica, liderado por Teresa Ribera. El plan, que en sus inicios fue considerado como una obra de prioridad para evitar el desbordamiento en la región, ha regresado al debate tras las devastadoras lluvias de las últimas semanas.
Un proyecto pensado para proteger a 11 municipios
El proyecto para el barranco del Poyo y sus áreas adyacentes fue concebido en 2006 para proteger hasta once municipios de la Comunidad Valenciana. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) lo elaboró y propuso formalmente en 2009, señalando la urgencia de intervenir en esta cuenca particularmente vulnerable. Abarcando desde pequeñas obras de drenaje hasta soluciones de mayor escala, el proyecto buscaba encauzar el caudal de las aguas y proteger el Parque Natural de la Albufera, un punto estratégico para el ecosistema valenciano.
En 2011, bajo la dirección de la entonces secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, el proyecto recibió una declaración de impacto ambiental favorable, allanando el camino para su ejecución. Sin embargo, los cambios de gobierno y un replanteamiento de las prioridades medioambientales en la zona retrasaron su desarrollo hasta el punto de quedar en suspenso durante más de una década. En 2021, el Ministerio para la Transición Ecológica determinó archivar el proyecto, justificando su decisión en base a criterios de sostenibilidad ambiental y a un análisis de costes que consideraba insuficiente el beneficio previsto en relación con el elevado coste de la obra.
La Ley de la Huerta Valenciana: protección agrícola frente a infraestructura de drenaje
Una de las razones principales esgrimidas para archivar el proyecto fue la Ley de la Huerta Valenciana, aprobada en 2018 bajo el liderazgo de Ximo Puig. Esta normativa, creada para proteger la histórica huerta valenciana, establece límites en las obras de gran escala que puedan afectar estos terrenos agrícolas de alto valor cultural y económico. El Ministerio consideró que el proyecto del barranco del Poyo, en su forma original, no era compatible con el marco de protección que la ley impone para preservar estos paisajes.
Según el Ministerio, esta protección es esencial para mantener el patrimonio y la identidad valencianos, elementos intrínsecos a su cultura y economía. No obstante, algunos críticos afirman que la Ley de la Huerta podría estar impidiendo que se lleven a cabo obras necesarias para garantizar la seguridad de la población en momentos de emergencia climática.
El dilema de la sostenibilidad: alto coste y soluciones alternativas
Además de la Ley de la Huerta Valenciana, otro factor que influyó en la paralización del proyecto fue el criterio económico. En 2021, el Ministerio revisó el proyecto bajo un análisis coste-beneficio, concluyendo que la obra, con un presupuesto multimillonario, no era viable económicamente en comparación con los resultados que prometía. Javier Ferrer Polo, director técnico de la Confederación Hidrográfica del Júcar, señaló en su momento que el proyecto original incluía intervenciones de gran envergadura, difíciles de justificar bajo la óptica de una economía sostenible.
En lugar de invertir en estas obras, el Ministerio optó por proponer alternativas más sostenibles y de menor impacto, con el objetivo de preservar el equilibrio natural de la zona y reducir el riesgo de inundación de forma más gradual. Sin embargo, las recientes inundaciones en la Comunidad Valenciana han llevado a muchos a cuestionar si esas soluciones alternativas habrían tenido realmente la misma efectividad para proteger a los municipios y evitar los daños sufridos por las lluvias.
La DANA de octubre de 2024: un recordatorio de la urgencia de infraestructura de drenaje
La reciente DANA ha tenido un efecto devastador en varios municipios de la Comunidad Valenciana, poniendo de manifiesto la vulnerabilidad de la región. Las intensas lluvias provocaron el desbordamiento del barranco del Poyo, causando que el agua y el lodo arrasaran localidades como Aldaia, Torrent y Paiporta. El caudal del barranco del Poyo alcanzó niveles críticos, con un volumen estimado de hasta 2.000 metros cúbicos por segundo, llevando a los residentes y autoridades a preguntarse si el proyecto archivado podría haber mitigado en alguna medida los daños.
Este último episodio de inundaciones ha llevado a los vecinos a cuestionar la decisión del Ministerio de paralizar el proyecto. Los afectados lamentan que, por una combinación de razones políticas y económicas, la Comunidad Valenciana siga expuesta a desbordamientos periódicos. Las pérdidas económicas y los daños en infraestructuras, que incluyen viviendas y negocios afectados, refuerzan la urgencia de una solución definitiva para la cuenca del Poyo.
Las voces críticas y las demandas de revisión del proyecto
Tras las últimas inundaciones, voces desde distintos sectores sociales y políticos han pedido que el proyecto para el barranco del Poyo sea reconsiderado. Líderes de la oposición, junto con representantes municipales de las localidades afectadas, han solicitado que el Ministerio de Transición Ecológica evalúe de nuevo la viabilidad de la obra, adaptándola si es necesario, pero sin descartarla de forma definitiva. Argumentan que, si bien la protección de la huerta y el control del gasto son importantes, la seguridad de las personas y la protección de sus bienes deben ser también una prioridad.
Por otro lado, defensores de la Ley de la Huerta Valenciana y grupos ecologistas sostienen que la región debe buscar alternativas que respeten el entorno natural y agrícola sin comprometer la seguridad de los habitantes. Las soluciones innovadoras en ingeniería hídrica y el uso de sistemas de retención natural podrían, argumentan, reducir los riesgos de inundación sin necesidad de grandes infraestructuras de impacto.
Alternativas posibles: ¿existen soluciones sostenibles para evitar las inundaciones?
Los expertos en gestión hídrica advierten que la región necesita una planificación que equilibre la sostenibilidad con la seguridad. Entre las alternativas propuestas se incluyen soluciones menos invasivas, como la restauración de cauces naturales, la creación de humedales artificiales para retener el exceso de agua y la mejora de los sistemas de alerta temprana para la población.
Aunque estas medidas podrían ayudar a disminuir la fuerza del caudal en episodios de lluvias intensas, no garantizan la misma protección que un sistema de drenaje de mayor capacidad, como el planteado en el proyecto original para el barranco del Poyo. De hecho, algunos expertos señalan que los efectos del cambio climático, que están aumentando tanto la frecuencia como la intensidad de las lluvias, podrían hacer que estas soluciones alternativas resulten insuficientes.
Reflexión final: ¿es posible asegurar la región sin renunciar a la sostenibilidad?
El dilema entre protección ambiental y seguridad ciudadana se ha convertido en el centro del debate sobre el barranco del Poyo y las infraestructuras de drenaje en la Comunidad Valenciana. ¿Es posible alcanzar un equilibrio que permita a la región enfrentar los fenómenos climáticos extremos sin comprometer su patrimonio natural y cultural?
A medida que el cambio climático agrava la situación, esta pregunta cobra una importancia cada vez mayor. En este contexto, la Comunidad Valenciana enfrenta una elección crítica: apostar por infraestructuras robustas que ofrezcan una protección completa o desarrollar soluciones sostenibles que podrían no ser suficientes ante futuras DANAs.