La tradición del intercambio de cromos ha marcado la vida de Valencia durante décadas. Desde la histórica Plaza Redonda hasta su actual emplazamiento en la Plaza de Brujas, este mercado ha sido testigo del apasionado mundo del coleccionismo que cada domingo reúne a entusiastas de todas las edades.
En el corazón de Valencia, los domingos por la mañana adquieren un significado especial para una comunidad que, a pesar del paso del tiempo, sigue viva y coleando: los coleccionistas de cromos. Esta tradición, que comenzó hace décadas en la Plaza Redonda, ha pasado por varios traslados hasta encontrar su actual hogar en la Plaza de Brujas. A lo largo de los años, el mercado de cromos no ha perdido su esencia y sigue atrayendo a cientos de personas en busca de esa pieza clave que complete su álbum.
La Plaza Redonda: El inicio de una tradición
El intercambio de cromos en Valencia tiene sus raíces en la Plaza Redonda, un espacio icónico por su estructura circular y su atmósfera única. Durante muchos años, este fue el punto de encuentro de los aficionados al coleccionismo. Cada domingo, la plaza se llenaba de niños, padres y coleccionistas veteranos que extendían sus álbumes sobre las mesas en busca de ese cromo que tanto les faltaba.
Las colecciones de fútbol, especialmente las de la Liga española y los Mundiales, eran las más codiciadas. Sin embargo, la Plaza Redonda también ofrecía un espacio para los coleccionistas de cromos de dibujos animados, películas y otras temáticas populares. Este lugar fue durante mucho tiempo un epicentro cultural para los valencianos, donde la compra, venta y el intercambio de cromos se mezclaban con la historia y el comercio tradicional.
Pero en 2009, con las obras de remodelación de la plaza, este ritual tuvo que buscar un nuevo espacio, iniciando así una serie de traslados que marcarían el devenir del mercado de cromos en Valencia.
Los traslados: De Mariano Benlliure a la Plaza de Brujas
Tras dejar la Plaza Redonda, el mercado se trasladó inicialmente a la Plaza Mariano Benlliure, otro lugar histórico en la ciudad, aunque menos icónico. Este emplazamiento sirvió temporalmente de refugio para los coleccionistas hasta que, en 2014, el mercado de cromos encontró su actual hogar en la Plaza de Brujas.
La Plaza de Brujas, situada junto al Mercado Central y al final de la Avenida del Oeste, se ha convertido desde entonces en el centro neurálgico del coleccionismo en Valencia. Con más espacio que en las anteriores ubicaciones, esta plaza ofrece un lugar ideal para que los entusiastas del cromo desplieguen sus álbumes y repasen los cromos que les faltan. Desde tempranas horas de la mañana, la plaza se llena de mesas y tenderetes donde es posible encontrar desde los cromos más comunes hasta aquellos que parecen imposibles de conseguir.
El mercado de cromos en la Plaza de Brujas
Todos los domingos, de 8:00 a 14:00 horas, la Plaza de Brujas se convierte en un hervidero de actividad. Los coleccionistas, tanto locales como visitantes, acuden en masa para intercambiar, comprar y vender cromos de diversas temáticas. Aunque las colecciones de fútbol siguen siendo las protagonistas indiscutibles, en la Plaza de Brujas también es posible encontrar cromos de series infantiles, películas y superhéroes, que han ganado gran popularidad en los últimos años.
La Asociación de Coleccionistas de Cromos de Valencia, que se encarga de organizar este mercado, despliega cada semana una serie de mesas y puntos de intercambio donde es posible adquirir o intercambiar las piezas más codiciadas. Para muchos, este mercado es una oportunidad de socializar y compartir su pasión con otros aficionados, ya que, más allá de la simple transacción de cromos, el mercado se ha convertido en un espacio de encuentro intergeneracional.
Los tesoros del mercado: Los cromos más buscados
Uno de los aspectos más fascinantes de este mercado es la diversidad de cromos que se pueden encontrar. Mientras que algunos acuden buscando los clásicos cromos de fútbol de la Liga española o de eventos internacionales como el Mundial, otros buscan piezas más raras o difíciles de encontrar, que pueden incluir cromos antiguos de películas o ediciones especiales de franquicias de superhéroes.
El mercado de la Plaza de Brujas es un lugar donde tanto los coleccionistas veteranos como los más jóvenes pueden encontrar su lugar. Muchos padres llevan a sus hijos a vivir la experiencia, transmitiendo una tradición que ellos mismos disfrutaron en su infancia. De hecho, para muchos, completar una colección se convierte en un reto familiar, donde la búsqueda de un cromo específico puede llevar semanas o incluso meses.
El coleccionismo en la era digital
A pesar de vivir en la era digital, donde muchas colecciones de cromos han dado el salto al formato virtual, el mercado de la Plaza de Brujas demuestra que el coleccionismo físico sigue siendo una actividad vibrante y emocionante. La sensación de tener el cromo en las manos, de intercambiarlo con otros y de pegarlo en el álbum es algo que no ha perdido su atractivo. El contacto directo y la interacción cara a cara siguen siendo parte fundamental de la experiencia.
Para los coleccionistas, la llegada de nuevas tecnologías no ha sustituido, sino que ha complementado, su amor por los cromos físicos. Las redes sociales y plataformas de venta online han permitido a los coleccionistas ampliar sus horizontes, conectarse con otros aficionados de todo el mundo y acceder a cromos más raros y exclusivos. Sin embargo, el mercado en persona sigue siendo insustituible por la interacción humana y la posibilidad de ver físicamente los cromos antes de adquirirlos.
El futuro del mercado de cromos en Valencia
Con la Plaza de Brujas como su hogar actual, el mercado de cromos de Valencia sigue atrayendo a una comunidad diversa de coleccionistas que mantienen viva esta tradición. Aunque ha pasado por varios traslados a lo largo de los años, su esencia sigue siendo la misma: un espacio donde la pasión por los cromos une a personas de todas las edades y donde la búsqueda de ese cromo esquivo es la excusa perfecta para disfrutar de una mañana diferente en Valencia.
El futuro de este mercado parece asegurado mientras siga habiendo coleccionistas que valoren el intercambio, la paciencia y la dedicación que supone completar una colección. La Plaza de Brujas ha demostrado ser un lugar perfecto para este mercado, y cada domingo renueva su papel como el epicentro del coleccionismo en la ciudad.
Reflexión final
El mercado de cromos de Valencia es mucho más que un simple lugar de intercambio. Es una tradición que conecta generaciones, que une a familias y que sigue siendo tan relevante hoy como lo fue en el pasado. Para aquellos que disfrutan del coleccionismo, Valencia sigue siendo una ciudad de referencia, donde los domingos de cromos se viven con la misma intensidad y emoción que hace décadas.
¿Tienes algún recuerdo especial del intercambio de cromos en Valencia? ¿Te ha sorprendido alguna vez encontrar un cromo que pensabas imposible?