La Guardia Civil desmantela una organización criminal que ofrecía tigres blancos, panteras nebulosas y caracales a través de redes sociales a precios desorbitados; los animales eran criados en Mallorca y procedían de Rusia, Bielorrusia y Ucrania
La otra cara del lujo: animales salvajes convertidos en mercancía
Detrás de cada fotografía viral en redes sociales con un tigre blanco o un leopardo negro, existe una trama de sufrimiento, explotación y crimen organizado. La Guardia Civil de Valencia ha sacado a la luz una compleja red internacional de tráfico de animales protegidos que operaba desde Mallorca y extendía sus tentáculos por toda Europa.
El caso, bautizado como Operación Kotach, revela la existencia de un lucrativo negocio clandestino en el que especies en peligro de extinción se venden como símbolo de estatus, sin ningún control ni respeto por las leyes medioambientales internacionales.
Animales salvajes en fincas privadas: Mallorca como punto de partida
Los investigadores descubrieron que los cabecillas de esta organización eran una pareja de nacionalidad rusa, instalada en una finca de Ariany (Mallorca), donde criaban y mantenían ejemplares de serval, caracal y diversos híbridos.
En sus redes sociales ofrecían abiertamente la venta de estas especies, que incluían incluso tigres blancos, panteras nebulosas, pumas o hienas. Los precios eran estratosféricos: un híbrido de serval y gato doméstico podía superar los 18.000 euros, mientras que por una pantera nebulosa se pedían hasta 60.000 euros.
Un entramado internacional que desangra la biodiversidad mundial
La red internacional operaba introduciendo los animales desde Rusia, Bielorrusia y Ucrania, burlando los controles fronterizos y falsificando documentación. El recorrido habitual comenzaba en países del este, cruzaba Polonia y llegaba a la Unión Europea a través de la frontera con Bielorrusia.
Veterinarios, criadores y transportistas colaboraban en esta organización criminal, proporcionando documentación fraudulenta para legitimar la venta de animales protegidos.
El peligro de las modas: animales salvajes como mascotas
El fenómeno de adquirir animales salvajes como símbolo de poder o riqueza es especialmente popular en Rusia y Ucrania, y se está extendiendo a otras partes de Europa.
Lo que comienza como un capricho caro acaba convirtiéndose en un problema grave. Los nuevos propietarios descubren que estos felinos requieren cuidados específicos, espacio, y que conservan su instinto agresivo. Muchas veces terminan abandonados, vendidos de nuevo o sacrificados.
En el caso de los híbridos, se añaden los riesgos de agresividad y problemas de salud derivados de la cría forzada de especies incompatibles.
La intervención de la Guardia Civil: un golpe a un negocio cruel
Durante la fase de explotación de la Operación Kotach, la Guardia Civil detuvo a dos personas y localizó 19 animales:
- 2 servales
- 1 caracal
- 16 híbridos de diferentes generaciones
Los animales fueron trasladados inicialmente al Safari Zoo de Son Servera y posteriormente serán reubicados en el centro de recuperación Prima Domus, en Alicante.
La amenaza de los mercados ilegales de fauna salvaje
Este tipo de tráfico atenta no solo contra las leyes internacionales, sino también contra la biodiversidad mundial. Las especies protegidas son fundamentales para mantener el equilibrio de los ecosistemas y garantizar la supervivencia de la fauna silvestre.
Además, el tráfico ilegal de animales está asociado a otros delitos graves como el contrabando, la falsificación de documentos, la organización criminal y, en algunos casos, la transmisión de enfermedades zoonóticas.
CITES: un marco legal indispensable pero vulnerado
Todos los animales implicados en esta trama están amparados por la normativa internacional CITES, que regula el comercio de especies protegidas. Sin embargo, los delincuentes recurren a la falsificación documental y a la utilización de países con controles más laxos para alimentar este mercado clandestino.
En este caso, los detenidos no contaban con ningún permiso CITES ni estaban registrados como criadores autorizados.
Reflexión final: el lujo no puede construirse a costa de la vida salvaje
El tráfico ilegal de animales exóticos no es un problema lejano o ajeno. Es una amenaza directa a la biodiversidad, a la seguridad pública y al respeto por los seres vivos. Cada vez que un animal salvaje es capturado, vendido o criado en cautividad para satisfacer un capricho humano, la naturaleza pierde.
La operación de la Guardia Civil en Mallorca es solo una pequeña victoria en una guerra que aún está lejos de ganarse.