Entre 2000 y 2005, la vedette Bárbara Rey presentó el programa de cocina En casa de Bárbara en Canal 9, la televisión pública valenciana. Aunque no tenía experiencia en cocina, el programa fue un éxito. Sin embargo, detrás de este show culinario había una historia de secretos, poder y acuerdos que involucraban a la propia Casa Real.
En el año 2000, los espectadores valencianos vieron nacer un nuevo programa de cocina en la televisión pública. En casa de Bárbara, presentado por la popular vedette Bárbara Rey, prometía ser un espacio donde aprender recetas tradicionales, con un toque personal y cercano. A pesar de que Bárbara no tenía conocimientos culinarios, el programa se mantuvo en antena durante cinco años, emitiéndose de lunes a jueves con buenos niveles de audiencia. Pero detrás de las cámaras, lo que parecía un simple programa de cocina escondía una trama mucho más compleja, vinculada a uno de los mayores secretos de la crónica social española.
El origen del programa
La creación de En casa de Bárbara estuvo lejos de ser un proyecto común. A finales de los 90, Bárbara Rey protagonizó un polémico episodio en el programa Tómbola, también de Canal 9, donde se esperaba que desvelara detalles comprometidos sobre su relación con el rey Juan Carlos I. Sin embargo, la entrevista fue cancelada en el último momento por órdenes superiores, lo que desató rumores sobre un acuerdo entre la vedette y el Estado para mantener su silencio.
Según diversas investigaciones, como las del exdirector del CNI Alberto Saiz y el periodista Manuel Cerdán, Bárbara Rey habría recibido importantes cantidades de dinero y otros beneficios, incluyendo la concesión de un programa de televisión, para no revelar detalles de su relación con el rey emérito. En casa de Bárbara fue, según estas teorías, parte de este acuerdo.
Una presentadora sin experiencia en cocina
A pesar de las especulaciones sobre el origen del programa, En casa de Bárbara logró conectar con el público. Bárbara Rey, conocida por su carisma y presencia frente a las cámaras, se convirtió en el rostro del programa, donde supuestamente preparaba platos tradicionales junto al chef David Alcocel. Sin embargo, según ha confesado el propio productor del programa, Ximo Pérez, Bárbara nunca cocinó un solo plato durante las grabaciones.
«Había un cocinero fuera de cámaras que era el verdadero responsable de los platos que se veían en pantalla», explica Ximo Pérez. «Bárbara simplemente seguía el guion, presentaba las recetas y dejaba el trabajo duro a los cocineros. Pero su experiencia en televisión y su capacidad para improvisar la hicieron muy popular entre los espectadores».
El programa se grababa en un estudio en Valencia, y cada día se rodaban tres episodios, donde Bárbara iba guiando a los espectadores a través de las recetas. Aunque no era una experta en cocina, su habilidad para comunicarse con la audiencia y su actitud desenfadada hicieron que el programa fuera un éxito.
Un pago por su silencio
A pesar de la aparente simplicidad del programa, la verdadera historia detrás de En casa de Bárbara es mucho más intrigante. Diversas fuentes han confirmado que el espacio televisivo fue parte de un acuerdo más amplio para mantener en silencio a Bárbara Rey sobre su relación con el rey Juan Carlos I. Según estas versiones, el programa fue una forma de compensar a la vedette económicamente, además de otros pagos que habría recibido a través de fondos reservados del Estado.
Durante los cinco años que estuvo en antena, En casa de Bárbara fue un éxito en términos de audiencia, pero para muchos en la industria de la televisión valenciana, siempre estuvo claro que el programa no había sido creado por casualidad. Su duración y la generosa remuneración que Bárbara Rey recibió por presentar un programa de cocina, a pesar de no ser cocinera, fueron señales de que había algo más detrás.
El legado de En casa de Bárbara
Aunque En casa de Bárbara terminó en 2005, su historia sigue siendo objeto de debate y curiosidad. El programa fue repuesto en 2012, el año antes del cierre de Canal 9, y sigue siendo recordado como un espacio curioso dentro de la parrilla televisiva de la época. Sin embargo, su verdadero legado es la historia que se esconde detrás: la de una mujer que, a través de un acuerdo secreto con el Estado, logró mantener su vida personal fuera del escrutinio público, utilizando la televisión como una forma de sellar su silencio.
El caso de Bárbara Rey y su programa de cocina es un ejemplo de cómo el poder y la televisión pueden entrelazarse de maneras sorprendentes. Más allá de las recetas y los platos que presentaba en pantalla, En casa de Bárbara es parte de una historia mucho más amplia sobre secretos, poder y acuerdos que siguen resonando en la crónica social española.
¿Es posible que un programa de televisión tenga tanto detrás? ¿Cuántos otros programas podrían estar ocultando secretos similares?