Brigadistas de la República enseñaron a leer y escribir a vecinos de Benimàmet

Brigadistas de la República enseñaron a leer y escribir a vecinos de Benimàmet

EL PALCO DE VAREA: De cómo brigadistas del XIV Cuerpo del Ejército de la República enseñaron a leer y escribir a vecinos de Benimàmet

La historia es historia y siempre lo será escrita de un lado y de otro, pero siempre deberán leerse documentos de todas las partes para tener una visión objetiva y veraz porque no siempre en todos los libros se relata todo, sobre todo, que así debería ser.

Viene esto a cuento de un momento peculiar de la vida diaria de la pedanía de Benimámet de Valencia durante la Guerra Civil. En este lugar de la capital se puso en marcha durante la estancia del Gobierno de la II República, entre noviembre de 1936 y octubre de 1937, la Escuela de Formación de las Unidades Guerrilleras del Ejército Popular de la República (EPR), para formar a los integrantes de las citadas unidades encuadradas en el XIV Cuerpo, nada menos que la élite del EPR, a propuesta de José Diaz y Dolores Uribarri.

Para ello se acordó la puesta en marcha de escuelas y campos de entrenamiento, todo ello llevado a cabo con la lógica discreción. Fue la Escuela Principal que se trasladó a mediados de 1938 a un anónimo lugar del centro de Jaén. Hubo bases en Cataluña, Extremadura y Andalucía,

Nos importa, evidentemente, lo ocurrido en Benimámet. Y todo este documentado y relatado en el libro “La España del Maquis. 1936-1965 de José Antonio Vidal Castaño, doctor en Historia Contemporánea de España y Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Valencia, y editado por “Punto de Vista Editores”, publicado en 2016.

Un ejemplar de dicho libro cayó en mis manos hace ya algún tiempo y gratamente leí con más detenimiento la parte valenciana, creo desconocida para la mayoría de valencianos e igual para muchos de los habitantes de esta pedanía que, no hace mucho, quiso ser Entidad Local Menor.

La escuela en Benimámet tuvo el nombre de Batallón de Instrucción de la Defensa contra Aeronaves y, en ella, se impartía formación ideológica y capacitación para el manejo de toda clase de armas y explosivos, vamos la base de entrenamiento para las guerrillas cuyo fin era estar detrás de las líneas de las tropas alzadas contra el gobierno republicano golpistas del General Franco. Vamos la escuela de subversión y sabotaje.

El capítulo del libro, bien documentado, donde se relata el episodio de Benimámet indica que la Escuela estuvo en el conocido “Chalet de Panach”, actual sede de una biblioteca municipal con un jardín interior a cuidar, además de un edificio donde había una comunidad de monjas trinitarias.

Tuvo la escuela a brigadistas alemanes, rusos, combatientes de la Brigada Lincoln además de españoles que, con posterioridad, fueron importantes responsables de la Agrupación Guerrillera de Levante. Visitantes ilustres tuvo la escuela como el escritor Ernest Hemingway e incluso componentes de la citada brigada norteamericana que inspiraron al personaje Robert Jordan de la película “Por quién doblan las campanas”.

Lo realmente importante para la sociedad de Benimámet es lo relatado por brigadista Frits Mergen quien escribe sobre como vivían sus residentes en cuevas y de la pobreza de esos momentos y lo prioritario tanto para él como para sus compañeros era aprender la lengua española pero la mayoría de ellos eran analfabetos”

A partir de ahí viene lo positivo de la escuela para Valencia y Benimámet. Sus integrantes, los brigadistas, apadrinaron a vecinos de la pedanía para enseñarles a leer y a escribir y gracias a esta iniciativa pudieron aprender rápidamente español los integrantes de este cuerpo de Ejército.

“No olvidaré nunca estos días. Aquí se sentía la pertenencia común al conjunto de la clase social a pesar de las diferentes nacionalidades. Todos, jóvenes y viejos, habían echado raíces en mi corazón”, relata el brigadista alemán.

Todo esto merece tener un recuerdo en el Chalet de Panach. De esto tuvo conocimiento la concejala del Rialto y responsable de Cultura, Gloria Tello, para ampliar la Ruta de la Memoria Histórica de Valencia de la II República en Valencia, pero este planteamiento pasó al cajón de las propuestas.

Miren en este caso cabría resaltar la escuela que hubo en esta pedanía valenciana y la labor social de los brigadistas con los valencianos. Fueron momentos duros pero la historia debe escribirse y conocerse.

Quizás a algunos les parece ñoña esta petición para poner un poste dentro del chalet, pero es justo y meritorio conocer y difundir la historia, de unos y de otros. Quizás aún vivan vecinos que aprendieron a leer y a escribir de manos de estos brigadistas alemanes, rusos y estadounidenses. Estaría bien que lo anunciaran.

Paco Varea

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