Arsène Wenger fue el encargado de tomar el bastón frente a los miles de fanáticos presentes para marcar el inicio de las actividades.
Ambas selecciones buscaban su segunda medalla de oro olímpica en este deporte. Francia lo logró en Los Ángeles 1984, mientras que España lo hizo en Barcelona 1992, ya con el formato actual (sub 23).
Aupados por su público, los franceses salieron a presionar y buscar una temprana ventaja en el marcador.
A los 11 minutos un remate de Enzo Millot sorprendió al portero Aranu Tenas, que a pesar de desviar el balón no evitó que entrara al fondo de las redes. El estadio explotaba de emoción.
La remontada de España
España tenía ahora una tarea compleja, marcarle a Francia. Los locales solo habían recibido un gol en todo el torneo, en semifinales ante Egipto, pero si hay alguien que en este torneo ha convertido cada situación en una oportunidad para brillar es Fermín López.
Álex Baena trasladó el esférico por derecha a los 18 minutos y encontró el espacio adecuado para filtrar el balón a López que no dudó en rematar de primera intención para igualar el marcador.
Partido empatado, pero el ciclón español no pararía todavía, tan sólo siete minutos después, una nueva acción colectiva, ahora por izquierda, terminó en un centro al área que un inspirado Fermín López cazó en el segundo palo.
El equipo español, dirigido por Santi Denia, lograría aumentar aún más la ventaja a los 28 minutos, cuando Álex Baena cobró de manera magnífica un tiro libre para anotar el tercer gol de los ibéricos.
España había conseguido en 10 minutos anotarle tres goles a la férrea defensa francesa
Al cierre de la primera parte, Francia gozó de dos ocasiones para recortar distancias.
España se marchaba mandado al descanso, pero Francia llevaba su resistencia al límite