Se atisba un conflicto internacional después del estado de guerra decretado por Israel y que amenaza la seguridad de toda la zona, en un territorio ya de por sí complicado. La aparición de la facción Hamás en Palestina y su control sobre la franja de Gaza desde 2007 es el caldo de cultivo de un territorio con un conflicto nunca cerrado desde hace casi un siglo.
Los colonos israelies necesitan cada vez más sitio y ocupan espacios que los palestinos aseguran ser suyos, siempre se ocupa de manera impositiva y expulsan a los palestinos de la zona. Una radicalización que no hace más que aumentar el tono del conflicto, con guerrillas que de manera continuada lanzan artefactos explosivos contra Israel en su guerra santa.
La división del territorio tras la resolución de Naciones Unidas, Esta resolución dividió la región en dos Estados: uno árabe y otro judío. A este último se le asignó el 54% del territorio. Estando la Ciudad Santa de Jerusalén, santa para ambas partes, un estatus internacional de protección.
Un ataque a un festival de música israelí inicio de esta nueva guerra
El origen de esta guerra es la incursión de las milicias radicales de Hamás en un festival de música donde habrían fallecido más de 100 personas y aún por determinar la cantidad de civiles secuestrados. Esto produjo una cadena de reacciones de Israel al ataque terrorista, que culminó con la declaración de guerra del estado de Israel a Hamás, con ataques indiscriminados contra zonas palestinas y de la franja de Gaza.
Este conflicto en unos pocos días ha generado ya cerca de 10.000 muertos en los dos bandos, con incursiones de las milicias de Hamás en territorio israelí y con el despliegue de todo el ejército israelí sobre la zona. Ambos bandos se acusan de ataques indiscriminados contra la población.
La Organización de Estados Árabes denuncia que Israel no permite corredores humanitarios para llevar ayuda a los refugiados palestinos, y desde estados cercanos empiezan a lanzarse obuses contra Israel que amenaza extender el conflicto a países árabes cercanos.
La situación internacional
Israel es el dinero, las grandes fortunas, por lo que su influencia en Estados Unidos es máxima, sea cual sea el color del gobierno, tanto es así, que el presidente demócrata Joe Biden ya ha aclarado que apoyarán a «Israel para defenderse del terrorismo de Hamás». El problema es que la Unión Europea a través de su responsable de exteriores ya ha asegurado que ayudará a Palestina a defenderse, dos grandes bloques que cada cuál apoya a un bando no traerá nada bueno, con intereses cruzados y contrapuestos hace pensar que las consecuencias del conflicto se extenderán en breve a nivel internacional.
Ahora también se mira a Irán, ya que en algunos foros internacionales se asegura que podría haber apoyado a Hamás en su ataque contra Israel.
A estos e une la guerra de Ucrania con Rusia, que sigue sin tener un final a corto o medio plazo. Rusia sigue con su invasión del territorio soberano de Ucrania. Además se suma al conflicto de Azerbaiyán.
Nagorno-Karabaj es una región disputada por Armenia y Azerbaiyán que se encuentra dentro de las fronteras de Azerbaiyán reconocidas internacionalmente, pero desde hace décadas ha estado gobernada en forma autónoma por una población de etnia armenia en la autodenominada –y no reconocida– República de Artsaj. El problema es que a un bando le apoya Rusia mientras el otro es apoyado por Turquía.
Una situación internacional cada vez más complicada y llena de intereses privados cruzados que desestabilizan cada vez más una geopolítica internacional muy inestable en los últimos años y si Naciones Unidas no lo impide puede extenderse a territorios cercanos.