El espíritu navideño en el aire, y con él llegan esas tradiciones que nos hacen sonreír, sobre todo aquí en la Comunidad Valenciana.
Entre las luces brillantes, los villancicos y ese olor a turrón que inunda las casas, hay una costumbre que siempre destaca en nuestras celebraciones: las estrenas de Navidad, “les estrenes de nadal” (en valenciano).
Las estrenas son un regalo, una especie de aguinaldo que durante estas fechas se entrega a los más jóvenes de la familia.
En la mayoría de lugares de España se les llama “aguinaldo”, pero aquí, en Valéncia, es más común escuchar el término “estrenas”.
La tradición dice que el día de Navidad los más jóvenes de la familia reciben un sobre con dinero por parte de sus familiares y quien además tiene un padrino o madrina entre ellos, tiene la suerte de recibir un poco más.
Esta bonita costumbre tiene sus raíces en una mezcla de influencias culturales y un montón de historias que han ido pasando de generación en generación.
La idea detrás de las estrenas es que se convierten en una forma de celebrar la llegada de la Navidad y, sobre todo, de compartir con los más pequeños.
Los niños y niñas, los adolescentes e incluso bien entrados en la trentena, esperan con ansia estas fiestas, pero lo que más les motiva son los regalos y las estrenas, un dinero que supone un empujoncito para comprarse un capricho.
Origen romano
Debemos las estrenas a la reina romana Strenia.
Esta diosa romana tenía su templo a las afueras de Roma y según cuenta la leyenda fue el popular Rómulo, fundador de la ciudad, el que propuso a sus ciudadanos realizar a Strenia un homenaje con ramas de bosque con el objetivo de asegurar un año repleto de felicidad y bienestar cada 1 de enero.
Los lugareños sustituyeron las ramas por comida y pasaron de regalarlo solo a Strenia -de ahí la palabra estrena- a también familiares y amigos para que tuvieran un año dichoso y repleto de éxito.
Tras la conversión del Imperio Romano al Cristianismo, la nueva Iglesia no logró acabar con la costumbre pero sí que consiguió trasladarla una semana antes para que la strenia coincidiera con la Navidad.
Hay otros autores que sitúan el origen de les estrenes de Nadal mucho antes, en los pueblos celtas, que intercambiaban regalos a fin de año para atraer la buenaventura.
Sea como fuere, hoy en día continúa esta bonita tradición que va cada año en aumento.
El desfile
Alrededor de la mesa navideña, dónde cada familiar está posicionado en el mismo lugar del año anterior y siempre una vez se presenten los dulces y los cafés, da comienzo el ritual.
Los más jóvenes de la casa han de pasar por orden de edad, empezando por el más mayor, que inicia una vuelta por los familiares de más edad, los abuelos, luego pasa por cada uno de sus tíos y en un intercambio de abrazos, gritos, risas y besos se produce la lluvia de billetes que según familias pueden llegar a ser cifras importantes.
Se ha vuelto habitual que los niños que reciben las estrenas tengan que realizar alguna pequeña tarea o actividad: un dibujo, un villancico o incluso ayudar a poner la mesa, así la entrega se convierte en una manera de enseñarles el valor del esfuerzo y de apreciar lo que tienen.
En algunas ocasiones, hay familiares muy chistosos que entregan billetes de Monopoly para hacer rabiar a los más pequeños.
Recuerdos como esos son los que hacen que la Navidad sea tan especial: un aire ligero, risas y la calidez de la familia.
Las comida de navidad en familia y todo lo que con ella nos aporta, son momentos que nos llenan de alegría y nos hacen recordar que, más allá de los regalos, lo que realmente importa es el cariño y la conexión que mantenemos con nuestra familia y amigos a pesar de las ausencias que se van sucediendo.